Columnas

La Grilla en Rosa |Adiós, Yasmincita, adiós

Por Fabio  

(versión que se alegra de que se demostrara lo obvio del plagio de tesis de la Yas)

Si sigue como va, 2023 va a ser un año que nos va a caer muy bien a los que no estamos dentro de la secta del mesías. En otro golpe de realidad a los sueños de eternización de la trampa y la mediocridad, se demostró (ooootra vez) que Yasmín Esquivel, desde hoy «La Pasante», copió la tesis que le dio el título de abogada.

Para eso, los de la Facultad de Estudios Superiores de Aragón, perteneciente a la UNAM, la hicieron de escandaloso ensarapado una vez que la universidad misma llegó a esa conclusión hace unos días.

En pocas palabras: el Maestro Guillermo Sheridan tuvo razón todo el tiempo al señalar que esta ñora obtuvo la licenciatura copiando completita una tesis presentada anteriormente. Suyos, nomás son los agradecimientos, aunque de haber podido se los copia a alguien más.

¿Qué debe seguir? Uy, un montón de cosas chidas. Digo, chidas para los que estamos hartos de la arrastradocracia inepta: que la UNAM, a la voz de «te me vas a ondear changos por la cola» retire el título indebidamente otorgado a La Pasante; que la Suprema Corte de Justicia de la Nación la destituya de gacha manera y de forma igual de express que el retiro del título por no ser abogada -requisito indispensable para el puesto-, ni honrada ni capaz.

Con la inhabilitación de La Pasante, también deben tener repetición instantánea todas las decisiones en las que metió mano mientras jugaba a ser abogada de a devis. Eso va a traer muchas broncas, que espero le cobren demandándola por usurpar funciones en su calidad de pasante pasada de rosca.

Desde ahora estoy oyendo las chilletas del mesías este jueves, defendiéndola, como defendieron a La Pasante todos los minions de la secta, incluidos la Guayaba Claudia Sheinbaum y la Tostada Ernestina Godoy, con pruebas fabricadas en microondas.

Espero que la ñora ya no salga a querer defenderse, porque eso nomás le de más armas a los fiscales del caso con su rosario de mentiras y pruebas falsas para «probar» que el abogado original viajó al futuro, la copió a ella y volvió para titularse un año antes con su texto.

Increíblemente, la UNAM dice no tener artículos para invalidar tesis balines. Difícil de creer, así que la Secretaría de Educación Pública, que expide los títulos, está obligada a quitárselo.

Por lo pronto, este gol lo festejamos todos, diría el Pelón Bermúdez.

DOS NACOS EN PALACIO NACIONAL

El título de este apartado, que bien podría ser sacado de la Era de Hojalata del cine nacional entre los 70’s y los 80’s del siglo pasado, en una película protagonizada por Alfonso Zayas y Lalo «El Mimo», tiene la particularidad de que se demostró en la visita del presidente gabacho Joe Biden y el Primer Ministro canadiense Justin  Trudeau.

De vergüenza ver al Iluminado ser relegado no por los dos líderes mundiales, si no por su propia ignorancia, pues como el asno no habla inglés, no entendía nada de lo que entre ellos estaban platicando.

Más pena verlo querer dar explicaciones no pedidas a Joe Biden del funcionamiento del Zócalo, la Campana de la Independencia y del Grito. Las caras de Biden son elocuentes: condescendencia ante el pobre ignorante que ya frente a él se porta tan mansito y agachón.

Peor el cierre: lo que era una rueda de prensa conjunta la convirtió el naquito macuspano en una minimisa de siete, impidiendo hablar a los presidentes visitantes, que no disimularon la cara de fastidio y desesperación por las babosadas que éste respondía y que en nada tenían qué ver con lo preguntado.

Si el prohombre estuvo mal, la no escritora, no investigadora, no primera y no dama, alias la Zopi, estuvo lucida tanto con su incapacidad de saber y seguir un protocolo diplomático como por su comportamiento de comadre borracha en bautismo.

La Zopi se cree que los presidentes del mundo son sus cuatazos de toda la vida y que puede ir a sobarles el lomo, torcerles el brazo, jalarles la ropa hacerles perreo estilo No Primera Dama. Las confiancitas no las tomaron nada bien ni Biden ni Trudeau.

De las esposas de los visitantes, podemos decir que ya estaban hasta el queque de la Zopi, que tiene imposibilidad genética de pararse en el lugar designado por protocolo, que les parloteaba como si sus platiquitas fuera siquiera mínimamente interesantes y a quien de de plano la esposa del canadiense evadió en público.

Que bueno que la no cantante no tuvo un músico con guitarra a la mano, si no, les sorraja una de sus megarolas que ni al Peje le gustan.

Del vestuario escogido para recibir a las visitas de parte de la Zopi, se deduce que los consejos de moda se los da su peor enemigo y ella le hace caso en todo. De ahora en adelante, Dona Florinda y la Zopi quedaron ligadas por ser enemigas de la moda y dos nacas que se creen superiores.

Qué pena con las visitas. Qué pena por México.

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