Por: SOCORRO «COCO» VALDEZ GUERRERO
Los días transcurren, y ¿qué se dice de la última tragedia o del supuesto sabotaje?
Que él, ellos ¡Todos! Son responsables, y cómplices de silencio, de ¡peligro! Y ¡Muerte! En el Metro.
No es sólo una ni uno los culpables, hay también, responsables de manipulación y justificación de ¡Complot!
Son ¡Muchos! Y más, los involucrados, que saben lo que en realidad sucedió.
También los que conocen deficiencias y hechos, sin reparar, detener ni ¡Denunciar!
Son culpables, los que saben las necesidades, hacen recortes, cometen fallas y no ¡Enmiendan!
Los que no evitan que convoyes naranjas, con millones de vidas, sean ataúdes que transportan también a la ¡Muerte!
Hay, indolencia, omisiones, irresponsabilidad, negligencia, silencio y abusos con actos, evidentes e intencionales.
En unos, la responsabilidad gubernamental ¡Incumplida!
En otros, la facultad, sin ejercer y en unos más, el silencio o aprovechamiento para desconcertar, dañar y causar ¡Víctimas inocentes!
Con riesgo, para ti, para ellos, para millones de usuarios que buscan llegar a su destino y se trasladan con temor.
Tú, ellos, todos los que usamos el Metro, queremos transporte seguro, que ¡Nada! Tiene que ver con pugnas ni sindicales ni laborales y menos ¡Políticas!
Con tirrias ideológicas y ambición de ¡Poder! Que no investigan con imparcialidad qué sucedió y sucede.
Con pasiones que se desbordan en odios, que eximen de castigos y de culpas a quienes merecen ¡Cárcel!
Responsable, no es uno, no es una, son ¡Muchos! Y castigos, los menos, con versiones confusas y riesgos, cada vez más.
Con errores humanos, por el alcance de trenes, la separación de vagones y otros incidentes, sin resolver y sólo declarar, acusar y limpiar culpas.
Con los mismos riesgos y un responsable, trabajador/conductor (que revelan en pasillos entre ellos) llevaba compañía en cabina y él ¡No! Conducía.
¿Por eso la confusión inicial de la muerte de una conductora?
La fiscalía local, debe aclarar, silenciar esas voces, si no son verdad y no ocultar las investigaciones, porque ella, sí fue cierto,
comentan, no tenía conocimientos para conducir trenes.
Tampoco para respetar, la advertencia, que él sabía previamente, de no ir a más de 15 kilómetros de velocidad ante una curva.
¿Un culpable por distracción, y la muerte de su acompañante joven?
No se revela oficialmente, aunque se dice, dejó huellas dactilares en un dispositivo de conducción, de aquel tren que alcanzó 55 kilómetros de velocidad y no supo frenar.
Aseguran, al interior del Metro, que él cedió el control y fue fatal para ella.
En eso, hay un director general, ¡responsable!, por sumisión y sometimiento al Ejecutivo.
Un titular del Metro, que a pesar de dirigir un sistema ¡Autónomo!, con personalidad y patrimonio propio, no tiene y acciones ¡Independientes!
Ni da seguridad al usuario, o buen funcionamiento del sistema y omite el cumplimiento de las obligaciones de los conductores.
¡Silencio! Ante la realidad de hechos.
Una ex directora, a la que se le eximió de culpas desde el legislativo, y que aún, oculta, tiene control en algunas áreas de un STC.
Cómplice, muchos que apoyan desde un palacio de gobierno y una fiscalía local.
Sindicatos de rodillas, que solapan a quien no revisó, antes de salir a transportar usuarios, tornillos de convoy, difíciles de desatornillar solos.
Responsables muchos, que ven, oyen, saben la verdad y guardan silencio por miedo a despidos o pérdida de canonjías en sus sindicatos.
Además, culpables aquellos que aprobaron la compra de un monitor de trenes -PCC-1 en el C5- que mostró ineficacia para alertar, coordinar operaciones y reacción de seguridad en el Metro.
Sistema que por lo diminuto e imperceptible del acercamiento de los convoyes, no se pudo evitar su colisión.
Un monitor, inoperante y nada comparado a la eficacia de aquel Puesto Central Control 1 que se quemó hace dos años.
La realidad, que tú usuario, eres verdadera y única víctima en riesgo.
Con poder y capacidad para exigir a ¡Todos!, transporte seguro.
Cárcel, no a uno, no a una, a ¡Todos! Los involucrados y responsables de la muerte y riesgos constantes, para ti y tu familia.
Exigir, no declaraciones que sólo escupen culpas, sin responsables ni presupuesto suficiente y acciones eficientes para un transporte al nivel, de tus necesidades.
No ataúdes naranjas, indemnizaciones, atención médica ni luchas intestinas o guerra fratricida, entre trabajadores, funcionarios, líderes sindicales y políticos, que te llevan a viajar inseguro, con miedo y peligro de ¡Muerte!
Lo advertimos, en este y en otros espacios; fue una alerta dos meses antes de aquella tragedia en la línea 12 del Metro.
Denunciamos recortes presupuestales, exhibimos pruebas con documentos y alertamos…”Metro, peligro silencioso”
¡Nadie!Escuchó, éramos una sola voz, los usuarios somos millones para exigir.
No te inclines ni te enfrasques, te pierdas o ¡Enganches! En la versión oficial y mediática del riesgo en el Metro.
No dejes te utilicen y desvíen tu atención, ¡demanda! Lo urgente y necesario:
¡Responsabilidad! Castigos, inversión y compromiso para viajar en un transporte seguro.
No en un ataúd naranja, condolencias públicas o la visita en un hospital de un funcionario.