Mujer

#14deFebrero Repensando un amor libre de violencias

A lo largo de la vida pueden llegar distintas parejas y no una única ‘media naranja’; eso no nos debe asustar, indicó la experta.

Nos rodean los poemas, las canciones, las películas y las series que insisten en que el amor duele. “Amar es sufrir, querer es gozar”, dice la canción de José José. 

Esta concepción asume que el amor todo lo puede y todo lo perdona, y bajo esa lógica se soportan maltratos, humillaciones, desatenciones y otros tipos de violencias en la pareja, señaló la doctora Elvia González del Pliego Dorantes, coordinadora del Programa de Género e Inclusión de la Universidad Iberoamericana (Ibero) CDMX.

La idea “arcaica” de la media naranja que aparece una sola vez en la vida refuerza esta problemática, pues genera dependencia y temor a terminar esa relación, lo que puede derivar en conductas posesivas, celosas y controladoras, continuó.

En 2021, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70.1% experimentaron al menos un incidente de violencia, que puede ser psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En 2022, se contabilizaron en el país 67 mil 315 mujeres víctimas de lesiones dolosas (intencionales), de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). La violencia desmedida puede incluso llegar a consecuencias fatales: este mismo organismo registró 2 mil 807 víctimas mujeres de homicidio doloso y 947 feminicidios en ese mismo año.

¿No existirá una concepción del amor más positiva y menos desgarradora, menos generadora de violencias y de maltratos? Tendríamos que pensar en un amor que no se confunda con el sufrimiento, “el amor no es sufrir, llorar, soportar que te hagan daño ni hacerle daño a otra persona”, explica Elvia González del Pliego. Esta resignificación del amor tendría que partir desde el compañerismo, desde el compartir, desde la igualdad de derechos en una relación, donde pueda haber un compromiso que no se base en la sumisión, ni en la idealización de la otra persona, ni en expectativas completamente irreales, puntualiza. Sería un amor mucho más aterrizado, más humano.

Las personas nos son mitades, sino seres completos, cada uno responsable de su propia felicidad, indica la doctora. “Y ese ser completo puede compartir con otro ser completo; y pueden estructurar una vida juntos, o el tiempo que eso dure”, sin el temor de perder a la otra persona, sino el gusto de compartir con ella, a sabiendas de que a lo largo de la vida pueden llegar distintas parejas y no una única media naranja.

Incluso las parejas que duran toda la vida se van reconfigurando, van generando nuevos acuerdos, encontrando nuevas formas de relacionarse, son personas que “cada día eligen permanecer en esa relación”, y no por comodidad, inercia o conveniencia, sino porque comparten gustos, aficiones y momentos, y se dan la libertad de manera respetuosa de cultivar aquello que no comparten cada quien con sus amistades, “desde una mirada no posesiva, sino igualitaria”.

Y tú, ¿cómo resignificarías el amor? Son precisamente las juventudes las que nos van diciendo que ya hay esquemas muy caducos, destacó Elvia González del Pliego, y es por eso que el Programa de Género e Inclusión lanza esta convocatoria para que plasmes tus ideas en un cartel, que puedes enviar al correo [email protected]

Foto: Archivo (Ilustrativa)

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