Ecología

Emergencia Climática: índice de riesgo para mamíferos

Algunas especies están en alto riesgo de desaparecer.

Por María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC

El cambio climático y la deforestación son una gran amenaza para distintas especies. Algunos de los impactos que han tenido en ellas son los cambios de hábitat, la desaparición e, incluso, la extinción.

Frente a este panorama, en México se realizó uno de los estudios más completos sobre los impactos en escenarios de cambio climático para el grupo de los mamíferos. En este trabajo se combinaron dos factores: cambio climático y cambio de uso de suelo, y participaron investigadores del Instituto de Biología, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM y de CONABIO.

Los investigadores realizaron un índice de riesgo basado en el marco conceptual propuesto en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Analizar el riesgo

La doctora Carolina Ureta, del ICAyCC, destaca que este trabajo fue importante porque en el ámbito de las ciencias biológicas no se ha había actualizado el marco conceptual y se hablaba indistintamente de sensibilidad, vulnerabilidad y riesgo.

Por ello, para este estudio realizaron un índice de riesgo que dividieron en tres partes: vulnerabilidad, exposición y peligro. La primera incluye la sensibilidad de un sistema a las condiciones del cambio climático, así como su capacidad adaptativa a escenarios cambiantes del clima.

Para evaluar la exposición utilizaron modelos de nicho ecológico que permiten ubicar geográficamente las áreas de mayor aptitud climática para las especies. Fue en esta parte del estudio cuando incluyeron escenarios de cambio de uso de suelo (que no es común utilizarlos en estudios de cambio climático) y obtuvieron dos escenarios: con principio precautorio y sin principio precautorio.

Para el primero se consideraron las áreas agrícolas que no son óptimas para los mamíferos y, para el segundo, las que sí lo eran, “porque hay algunos mamíferos que sí pueden estar dentro de las áreas agrícolas, sobre todo las de temporal”, puntualiza la investigadora.

Para analizar la parte del peligro, los investigadores consideraron los eventos extremos y se basaron en la tendencia de los últimos 20 años sobre intensidad y frecuencia de eventos como huracanes e incendios. Así, proyectaron en escenario de cambio climático las áreas geográficas donde puede haber cambios mucho más drásticos de temperatura y de precipitación.

Medición del riesgo 

Para estudiar el impacto que tendría la vulnerabilidad, la exposición y el peligro sobre los mamíferos, estos últimos se analizaron desde sus diferentes niveles de diversidad: el de especies, el de diversidad taxonómica y el de grupos funcionales.

En cuanto al nivel de las especies, el doctor Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, explica que detectaron 20 de ellas con un alto riesgo, de las cuales se proyectó que 15 perderán su idoneidad climática en el país, es decir, no van a tener condiciones óptimas climáticas para establecer poblaciones residentes. Respecto a las otras 5, tuvieron valores de riesgo más altos e incluyen a dos especies de mono aullador, dos especies de marsupiales y otras especies de murciélagos.

Además, encontraron que para todas las especies hubo una reducción en sus áreas de distribución, tanto por el impacto del cambio climático como por la deforestación. En este sentido, diferentes especies enfrentarán la imposibilidad de transitar entre cultivos, zonas ganaderas, etcétera.

“Esto tiene una consecuencia importante en el sentido de que muchas poblaciones de las especies van a desaparecer y va a haber un impacto sobre la diversidad genética y, consecuentemente, sobre su conservación”, expuso el doctor Sánchez Cordero.

A nivel de la diversidad taxonómica, los resultados fueron que 5 de las 11 órdenes de mamíferos en México mostraron altos grados de riesgo frente al cambio climático y la deforestación. Entre ellas se encuentran los lagomorfos y los insectívoros, entre otros.

En cuanto a nivel de los grupos funcionales (quienes cumplen importantes funciones en el ecosistema, como la polinización de plantas y que tienen un impacto evolutivo en los ecosistemas en México), algunas de sus funciones van a disminuir e inclusive a desaparecer en algunas regiones específicas de nuestro país.

Otro dato que arrojó este índice de riesgo para los escenarios a futuro es que todas las especies de mamíferos que tienen un peso mayor de 15 kg, es decir, las más grandes, van a estar en un problema en términos de su distribución y manutención. Esto aumentará el número de especies que posiblemente ingrese a la lista de aquéllas en peligro de extinción.

El doctor Sánchez Cordero explica que este índice de riesgo es el estudio integral más completo que se ha desarrollado en México. Además, puede servir como base para establecer programas de monitoreo: “desde ya y a largo plazo para ir calibrando cómo están respondiendo las poblaciones de las especies a estos cambios climáticos y a los cambios de uso del suelo dados por la deforestación”.

Puntualiza que sería importante repetir este estudio para otros grupos faunísticos y florísticos que sean buenos indicadores de la biodiversidad, lo cual ayudaría a entender mejor el impacto del cambio climático y la deforestación sobre la biodiversidad en general.

Integración de la información

Para poder realizar las proyecciones de este índice de riesgo al año 2070, los investigadores utilizaron capas climáticas (en donde se encuentra información del clima) de diferentes modelos de circulación general, que integran información atmosférica y oceánica.

“Lo que hacemos es ver cuál de estos modelos de circulación general tienen mejor desempeño para México, basándonos en la climatología observada. Lo que se hace son proyecciones, y todas éstas tienen un grado de incertidumbre importante, porque no podemos controlar todos los factores que están relacionados con el clima, que tiene un comportamiento caótico”, explica la doctora Ureta.

Asimismo, realizaron modelos correlativos en los que incluyeron variables de temperatura y precipitación que tratan de darle un poco más de sentido biológico a los modelos, es decir, no sólo presentar las variables promedio del año, sino del trimestre más cálido o frío, porque en las especies también existe estacionalidad y algunas son más vulnerables a ciertos extremos.

En este estudio evaluaron 470 especies, en las cuales analizaron el riesgo de manera individual y luego promediaron ese riesgo dependiendo del grupo al que pertenecían; de esa manera, obtuvieron cuáles grupos estaban en mayor riesgo.

Por último, el doctor Sánchez Cordero explica que este tipo de estudios también es posible realizarlos gracias a que se tienen digitalizadas las colecciones biológicas nacionales, por parte de la UNAM, y también al Sistema Nacional de Información de Biodiversidad creado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), quienes “proveen esta información de manera libre para que la comunidad científica pueda hacer buen uso de estos recursos”.

Por su parte, la doctora Carolina Ureta señala que en materia de cambio climático todos estamos siendo testigos de lo que está ocurriendo en el planeta, pero no todos tenemos la misma capacidad adaptativa para poder ser resilientes a estos impactos.

“Las especies silvestres son las más afectadas. Como humanidad debemos de ser muy empáticos para poder conservar lo que tenemos y como país megadiverso tenemos una enorme responsabilidad, porque somos hogar de muchas especies endémicas y si se extinguen en nuestro país se extinguen del mundo”, concluye.

Esta investigación fue publicada en la revista Global Change Biology, en agosto de 2022. Puedes consultarla en el siguiente enlace: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/gcb.16411

Arriba