Por Carlos “El perro” Yáñez
No es necesario que el Vesubio estalle o que se incendie el puerto por tres días, o que sigan los homicidios dolosos, mucho menos que llegue una peste porque estamos en medio de ella, para que se perpetúe el pan y circo romano.
Grrrrr… En la Roma imperial, los emperadores recreaban al pueblo con grandes y repetidas fiestas. Lo que hoy es el Coliseo Romano fue mandado construir en el año 72 D.C. para celebrar una serie de fastuosas fiestas y espectáculos que duraron 100 días en su inauguración. En ese lugar, leones y gladiadores servían de diversión a una sociedad altamente estratificada, donde predominaba el control y sometimiento de los esclavos, con exclusión, miseria y total ausencia de derechos del pueblo, mientras los emperadores vivían con excesos, riquezas y movidos por la ambición de poder.
Grrrrr… Ciertos dirigentes autoritarios -surgidos de la oclocracia- siempre han procurado mantener activo el ocio colectivo de masas, porque mientras la gente está embebida con el espectáculo, olvida sus problemas personales y se mantiene pasiva ante los abusos del poder. El conformismo del pueblo aumenta si se le conceden favores de tipo asistencialista.
Grrrrr… Tal es el caso de la alcaldesa de “mentiritas” Abelina López Rodríguez y su gabinete de lujo – Marcelino Miranda Añorve, Rene Lobato, al timorato José Juan Ayala Villaseñor, y no se diga el poder tras el poder, la secretaria de Bienestar y Desarrollo Comunitario, Leticia Lozano Zavala, que siguen equivocándose en su proyecto de política.
Grrrrr… Hoy, ante la crisis del coronavirus y los confinamientos, la falta de agua potable, recolección de la basura, lo más urgente y prioritario para la oriunda de Santa María Tonameca, Oaxaca; no es mejorar la sanidad, ni frenar los homicidios dolosos registrados a diario, sino que siga la fiesta, que el pueblo salga a las calles, primero con un “carnaval” fuera de tiempo, con una inversión de seis millones de pesos.
Grrrrr… Le siguió la inauguración del “parque incluyente de la playa Golfito, donde instalaron un par de ordinarias estructuras metálicas, que carecen de significado al lugar, con un costo al erario de 600 mil pesos.
Grrrrr… Obra atribuida a la esposa del cuñado de David Jiménez Rumbo, un aliado coyuntural de la administración actual y quien en su época de esplendor – siendo senador, diputado local, federal y secretario de Desarrollo Social de Guerrero – recomendaba a su cuñado Raúl Fombona, a instituciones y gobiernos para que expusiera en diversas partes del país y hasta fuera de él, obviamente siempre cobrando muy bien su obra.
Grrrrr… Coincidentemente cuando el poder dejó de acompañar a Jiménez Rumbo también dejaron de invitar al escultor, al grado de prácticamente desapareció de la escena cultural.
Grrrrr… Lo curioso es que de un tiempo para acá la pareja le dio un giro al modus operandis pues el artista de marras dejó de aparecer pero comenzó a figurar su esposa Azalea como escultora.
Grrrrr… No conforme con el derroche de recursos para la fiesta, esta semana inició la segunda edición del “Jolgorio” Acapulqueño, organizado por la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Comunitario, en homenaje póstumo a Juan Morales López, el “Rey de la Chilena”. Sin reportar costo al erario del evento que concluyó este domingo.
Grrrrr… No cabe duda que deja mucho que desear la alcaldesa en conocimiento cultural, tanto la jaula del zócalo- kiosco-, el “carnaval como las desplumadas alas para la foto, y ahora el “Jolgorio”, son fiesta a la categoría de Santa María Tonameca, Oaxaca, donde ni siquiera la toman en cuenta para ser mayordoma.
Grrrrr… Más claro que las aguas negras de la coca cola, no puede haber que la corrupción permea en las finanzas de del ayuntamiento, donde está enquistado un pariente cercano de Leticia Lozano Zavala, quien es responsable de organizar las pachangas para darle pan y circo al pueblo.
Grrrrr… Lo del circo está en marcha, pero el pan, donde queda… puras chaquetas mentales en los que propusieron los eventos para tapar el “desvío de recursos”. Ya se vera al final de la administración quien cojea más. ¿Será Leticia?
Grrrrr… Pan y circo. Ciertamente una fórmula que ha probado su efectividad a lo largo de nuestra vida como “principal puerto turístico del país”. O para decirlo de una manera más propia, desde que el presidente Miguel Alemán, impulsa internacionalmente Acapulco, y lanza la Perla de Pacífico.
Grrrrr… Qué poquito necesitamos los acapulqueños para sentirnos felices, para convencernos de que la vida es bella, de que caminamos sobre un lecho de rosas, a diferencia de nuestro pobre Cuauhtémoc (no, no Cuauhtémoc Blanco, sino aquel tlatoani al que le quemaron los pies), a pesar de las lindezas que a diario vemos por televisión, oímos en el radio o vemos por internet.
Grrrrr… Pan y circo. Efectiva combinación para mantener a la gente en el dulce letargo de la indiferencia, de la indolencia, del conformismo. No existe experiencia más sublime que tener la panza llena (aunque sea de papas fritas, cacahuates y una buena chela), mientras observamos a nuestro equipo favorito dirigirse a una nueva victoria (o derrota, según a quién le vayas).
Grrrrr… Pan y circo. ¿Qué importa que nuestros políticos y dirigentes se comporten como barbajanes, ventaneándose en fiestecitas acompañados de damiselas de dudosa procedencia, le levanten el vestido a una muchacha en algún evento multitudinario, o que la primera autoridad morbosamente disfrute los senos de Niurka, como se aprecia en un video?
Grrrrr… ¿O que utilicen los recursos del pueblo para sus necesidades personales, cuando tenemos a las chivas resurgiendo en busca de calificar directamente a la liguilla, o en espera de que el tri derrote a Estados Unidos en un partido molero, o cuando en unos cuantos días veremos a Canelo Vs. John Ryder en el Estadio Akron.
Grrrrr… La frase “pan y circo” fue traída de la Satira X de Juvenal, en la antigua Roma y es conocida para referirse al entretenimiento del pueblo mientras padece sufrimiento. Esta denuncia del poeta Décimo Junio Juvenal decía puntualmente así:
Grrrrr… “Desde hace tiempo -exactamente desde que no tenemos a quién vender el voto – , este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo”. (Juvenal, Sátiras X, 77-81)
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