Columnas

Ignacio Mier en picada; anda nervioso

POR PEDRO ORNELAS

Tristemente, Ignacio Mier Velazco observa como sus aspiraciones se desvanecen. 

Hace unas semanas, el diputado federal, quien infringe la ley al tapizar varios municipios con su rostro en espectaculares y anuncios en mobiliario urbano, escudándose en la promoción de una portada de “revista” de reciente creación, para intentar posicionar su nombre ante el próximo proceso electoral, mencionaba, a través de “medios de comunicación”, que él encabezaba las encuestas como principal abanderado de Morena para la gubernatura, presumiendo fotos con actores políticos, sin embargo, actualmente asegura “que va en segundo lugar en las encuestas de preferencia”.

Tal es su autosabotaje y nerviosismo, que ahora se autopercibe en segunda posición, hecho que le causa enojo, ya que su imagen va en picada y prácticamente es borrada entre la ciudadanía.

Ejemplo de ello, es la buena aceptación de los poblanos que ahora tienen otros personajes, como lo es Julio Huerta, donde el nerviosismo del legislador lo delata, ya que cuestiona al funcionario estatal en cada espacio que tiene con la prensa. Lo que demuestra su preocupación, ya que “le están comiendo el mandado”.

Además, cabe mencionar la triste actuación de Mier como diputado del Congreso de la Unión, pues ha dejado mucho a desear, por su incapacidad como legislador, lo que provoca que su nombre se esfume de la contienda electoral. 

El panorama es muy complejo para Mier Velazco, y es que ni en su natal Tecamachalco es arropado, pues su historia en aquel municipio, y el fatal desempeño que realiza su hijo, -actual presidente municipal-, en nada ayuda para mejorar la imagen de su padre, ya que lo califican como pésimo gobernante, pues su mandato se basa en delincuencia organizada, y donde las familias no pueden ser escuchadas ni atendidas por el alcalde, quien solo está preocupado por sus intereses familiares, rumbo a 2024 .

Así la triste historia de Ignacio Mier, a quien se le pronostica desde este momento una derrota contundente, ya que no le ha caído el veinte, que a la ciudadanía hay que brindarle un trato digno, sin mentiras y de frente, aspectos que él no conoce ni aplica.

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