“La rebeldía es la vida, la sumisión es la muerte”.
Ricardo Flores Magón fue precursor de la Revolución mexicana, quien decía que “La rebeldía es la vida, la sumisión es la muerte”.
Nació el 16 de septiembre de 1873, en Eloxochitlán, Oaxaca, y murió en la Penitenciaria Leavenworth Kansas, en Estados Unidos, el 21 de noviembre de 1922.
Las causas de su fallecimiento aún guardan reserva; por una parte, la versión oficial de la policía estadounidense fue expresada en un telegrama enviado a sus familiares: “Ricardo Flores Magón murió repentinamente a las cinco de la mañana, de enfermedad cardíaca”, por otro lado, existe la versión de su compañero Librado Rivera, quien aseguró que fue ahorcado, y una más, la cual asevera fue apaleado por los custodios de la prisión.
Ricardo luchó toda su vida en pos de la justicia, la libertad y el bien común. Fue uno de los periodistas más críticos a la dictadura de Porfirio Díaz y, junto a sus compañeros de lucha, fundó en 1906 uno de los grupos políticos que asentaron las bases ideológicas de la Revolución mexicana: el Partido Liberal Mexicano.
Durante tres décadas de constante lucha revolucionaria nunca abjuró de sus ideales, a pesar de la represión y de las diversas estancias en prisión. En sus últimos años de vida escribió:
“No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizá inscriban en mi tumba: ‘Aquí yace un soñador’, y mis enemigos: ‘Aquí yace un loco’. Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: ‘Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas’”.
Sobre la personalidad de Ricardo Flores Magón, su compañero de lucha, Librado Rivera, destacó en 1924: “el gesto permanente de desafío al poder establecido, la fe inquebrantable en sus ideales, la persistencia y obstinación a pesar de todas las adversidades o intentos de corrupción”, y lugar sin dudas, Rivera lo calificó como “el arquetipo para la militancia, para templar el espíritu de los individuos en la fragua del duro camino a la Revolución”.
Fue un precursor de la Revolución mexicana, pero también un ser humano sensible al sufrimiento y al proceso de deshumanización. Ricardo grabó en su corazón, “todos los dolores y las lágrimas de los que habitan pocilgas, así como los detalles más íntimos de esa vida de desesperación y muerte”, agregó Librado.
Ricardo persiguió la utopía como persigue el día a la noche. “Su carácter altivo, recto y firme, como la roca en medio del océano embravecido, le servía como la coraza por donde pasan y se deslizan todas las inclemencias del tiempo, donde se desatan las tempestades y la furia de las olas que se estrellan sin dejar la menor huella”, recordó en su estampa Librado Rivera.
Revolucionario, hombre, anarquista de firmes convicciones y humanista, así fue Ricardo Flores Magón.
Foto: Archivo