Mujer

A 13 años no llega la justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakkola

Bety Cariño era una mujer muy comprometida con los pueblos en resistencia y siempre luchó por los derechos de las mujeres indígenas.

El 27 de abril pasadose cumpieron 13 años del cobarde asesinato de Bety Cariño, fundadora de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) y directora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajamos Unidos (CACTUS); y de Jyri Jaakkola, observador internacional proveniente de Finlandia, sin que hasta el momento se les haya hecho justicia.

Bety Cariño era una mujer muy comprometida con los pueblos en resistencia y siempre luchó por los derechos de las mujeres indígenas, la soberanía alimentaria, la defensa del agua, contra el modelo extractivo con sus proyectos de muerte qye se imponen en las comunidades, y por defender el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

Al respecto, REMA señaló que, es grande la indignación qye genera el grado de impunidad con que operan los grups paramiliatres que apoyan a las empresas en complicidad con los gobiernos que pretenden despojar de los territorios a las comunidades indígenas, lo que nos muestar la realidad que enfrentan los defensores del territorio en todo el país.

“Desde REMA, expresamos nuestra rabia y preocupación por la impunidad que sigue prevalenciendo, la falta de voluntad política para escalarcer los ataques, y la clara protección a los perpetradores del crimen y apostar por el olvido. Lo que nunca pasará”, sentenció.

“Enviamos un fuerte abrazo a las familias de Bety y Jyri y exigimos al gobierno federal y estatal de Oaxaca que dejen de ser omisos y simular la aplicación de la justicia, encerrado y luego liberando a los paramilitares responsables del ataque. ¡Ya Basta! Exigimos la detención y castigo a los responsables materiales e intelectuales de estos asesinatos que arrebataron la vida a Bety y Jyri”, concluyó.

Los hechos

El 27 de abril de 2010, Bety Cariño y Jyri Jaakkola fueron asesinados cuando una caravana de ayuda humanitaria de la que formaban parte, fue emboscada por paramilitares en el paraje La Sabana, en la región triqui de San Juan Copala, Oaxaca. 

La emboscada en la que fueron asesinados Bety y Jyri, también hirió a periodistas y defensores de derechos humanos que asistían a llevar ayuda y a registrar lo que en San Juan Copala estaba sucediendo desde hacía 5 meses, un cerco paramilitar que tenía secuestrados en su propia comunidad a niños y niñas, hombres y mujeres adultos y ancianos promotores de un municipio autónomo.

Foto: Archivo 

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