Mujer

El pensamiento sobre el feminismo y el género

Por: SALVADOR HERNÁNDEZ VELEZ

El libro “Teoría feminista. Teoría de género. Lecturas de iniciación”, de la doctora Maricela Guzmán Cáceres, profesora de la Escuela de Ciencias de la Comunidad de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), fue publicado recientemente por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Las líneas de investigación de la autora son epistemologías feministas y teoría de género, liderazgo educativo y metodologías de la investigación.

El libro, parte del reconocimiento sobre la importancia que tiene el activismo feminista por su valor y por la concientización que genera en la lucha en contra de los feminicidios y las diversas injusticias y opresiones que, aún en pleno siglo XXI, sufren las mujeres en el mundo. La autora, en este ensayo se propone un análisis de las ideas y las construcciones teóricas sobre las teorías de la diferencia, de la desigualdad, de la opresión, del feminismo posmoderno y de la teoría queer. En suma, podemos decir que nos deja un excelente trabajo de análisis y reflexión, para lograr una mejor comprensión de las situaciones de las mujeres y los hombres en el mundo.

Lo que se presenta en esta obra, en esta coyuntura en la UAdeC, es un tema de gran relevancia, pues en la universidad las mujeres representan el 58 por ciento de la matrícula actual. Por ello, la institución se encuentra inmersa en un proceso de análisis y discusión sobre una propuesta que contempla la igualdad entre hombres y mujeres en el Consejo Universitario, en los Consejos Directivos y en los cargos de la administración central. Estas modificaciones al Estatuto Universitario colocarán a la UAdeC a la vanguardia en el tema de la equidad de género.

El libro que presenté junto con las doctoras Sandra López Chavarría, Lorena Argentina Medina Bocanegra y la propia autora, Maricela Guzmán, está organizado en siete capítulos. El texto comienza con un recorrido histórico que arranca desde la Grecia antigua hasta nuestros días, pasando por la edad media, el Renacimiento, la Revolución francesa y el feminismo de la primera ola de los siglos XIX y XX, y en la época contemporánea, con la segunda ola. Sigue con un análisis de las principales teorías y corrientes de pensamiento que sobre el tema de género se han propuesto desde la academia y en el seno del activismo femenil militante.

La autora Guzmán nos plantea que, aunque existan diferencias en los conceptos y en las líneas de acción, las une el propósito de cambiar la situación de dominio y discriminación que desde tiempos milenarios enfrentan las mujeres. Nos dice que, a pesar de existir una gran variedad de estudios y teorías, no hay aún consenso sobre un nombre para este tipo de estudios. Sin embargo, poco a poco, ha ido logrando una mayor aceptación “estudios de género”. Una lectura del texto nos aclarará una serie de cuestionamientos que surgen cuando reflexionamos sobre este tema, ya que conoceremos sobre las teorías de género, la distinción entre teoría feminista y teoría de género y sus diferencias; y también saber cuál es su objeto de estudio. El texto de la doctora Maricela nos aclara, como también ocurre en otras áreas del conocimiento, que la teorización feminista y de género aún no ha sido suficientemente definida ni comprendida a setenta años de existencia como tal, ya que no se ha establecido una diferenciación clara, entre teorías feministas y teorías de género, entre académicos.

Si bien la igualdad se ha alcanzado gradualmente en distintos países y sectores poblacionales, aún persiste una gran disparidad en diferentes áreas (personal, política, científica) y en distintos vectores de opresión (clase, etnia, raza, edad, nivel educativo, etcétera). Por ello, en la parte final de su libro, la autora nos deja un estudio meta teórico con la finalidad de llevar a cabo una revisión a fondo de las teorías, de las teóricas, de las comunidades a las que pertenecen, así como del contexto cultural del que surgieron.

Finalmente, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo establece: “La igualdad de género es tanto un objetivo de desarrollo esencial en sí mismo como un factor impulsor del desarrollo humano. El derecho internacional reconoce el derecho de todas las personas a participar en la vida pública, pero sigue constituyendo un desafío alcanzar una participación igualitaria de las mujeres, especialmente en la toma de decisiones”.

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