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La víctima Édgar Salazar, documentan tortura de la FEADLE

Por: Guadalupe Lizarraga

Hijo de Crispín Salazar con evidencia documental de tortura a manos de la FEADLE

Édgar Salazar Gaxiola, hijo de Crispín Salazar Zamorano, salió positivo en tortura por parte de agentes de la FEADLE que buscaban que incriminara a su padre.

Edgar Salazar Gaxiola, en el examen médico del protocolo de Estambul.

Agentes enviados por la FEADLE pedían 2 mdp a hijo de Crispín Salazar para no torturarlo y dejarlo libre.

“Ellos (FEADLE) me decían “¿conoces a fulano y a zutano?”, como por ejemplo lo del presidente de Chínipas, y me dicen “él está involucrado porque dicen que lleva esto y esto”, que llevaba recados, que daba ubicaciones, y les dije “yo no sé qué pedo con él”, y me dijeron “pues vas a declarar”.

Manuel Castro, abogado de Los Salazar, advirtió a esta periodista que “el muchacho era un mentiroso, decía una cosa a un juez, luego se desdecía; en su declaración escribió puras mentiras, no le creas mucho”. Se refería a quien los agentes del Ministerio Público de la FEADLE, Iris Gabriela Santoyo Cuervo y Jean Paul Rodríguez habían fabricado como Testigo protegido Apolo en la investigación del asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea.

Julio Iván Ramírez Muñoz, quien fue abogado del expresidente municipal de Chínipas, Hugo Amed Schultz Alcaraz, en entrevista con Los Ángeles Press, dijo que uno o dos meses después de la declaración del Testigo Apolo, volvió a su despacho con su madre para cambiar su declaración.

“Dos meses después el MP nos corre traslados de la investigación y él pone la denuncia a la FGR y dice que lo torturaron y que a él lo obligaron a declarar… No sabemos si la persona que tenemos enfrente nos dice la verdad, pero con un caso de esa magnitud de exposición mediática la fiscalía no se va a arriesgar”, apunta el abogado Ramírez Muñoz, y advierte: “esto es off the record, si no habrá consecuencias”.

El testigo Apolo era Édgar Salazar Gaxiola, de 21 años en su momento de detención, en 2019, hijo de Crispín Salazar Zamorano, hermano de ‘Don Adán’, el primer líder del grupo Los Salazar, de Chihuahua, señalado de tráfico ilegal de estupefacientes hacia Estados Unidos.

La denuncia del supuesto secuestro por el que detuvieron a Édgar fue hecha por la madre de una mujer de 27 años con quien Édgar tuvo una relación sentimental. Fue el anzuelo para que los agentes del Ministerio Público de la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) recibieran el pitazo y lo detuvieran sin orden judicial.

Era 21 de enero de 2019, en un centro comercial de Chihuahua, e iba acompañado con la mujer con la que supuestamente había secuestrado y una prima a las que también detuvieron. Los hombres que los aprehendieron iban vestidos de civiles, pero con identificación de la Fiscalía General de la República.

Después de su detención, lo mantuvieron a él solo en un sitio de seguridad que no pudo ver porque lo mantenían con los ojos vendados. Allí lo torturaron para que hablara de su padre Crispín Salazar Zamorano y de otros familiares, y los incriminara del asesinato de la periodista Miroslava Breach.

Por ese supuesto secuestro, del que no hubo víctima ni ratificación de la denuncia, Édgar pasó dos años en prisión, con las visitas extrajudiciales de los agentes de la FEADLE, Iris Gabriela Santoyo Cuervo y Jean Paul Rodríguez.

El protocolo de Estambul positivo en tortura

Pese a la incredulidad de los abogados mencionados, Los Ángeles Press hizo la primera entrevista a Édgar Salazar en 2021 y, posteriormente, a su madre, para demostrar que sus declaraciones habían sido bajo tortura. Un caso que se denunció por este mismo medio al presidente Andrés Manuel López Obrador y al subsecretario de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.

Las declaraciones de Édgar y su madre llamaron la atención de la nueva defensa de Hugo Amed Schultz, la cual requirió los servicios de peritos para la aplicación del protocolo de Estambul. El médico cirujano Emmanuel Santos Narváez, con especialidad en Psiquiatría, bajo la cédula profesional número 7250239, junto con la maestra Mariana Castilla Calderas, licenciada en Psicología Social, con cédula profesional número 5092320, y maestría en Derechos Humanos y Democracia, dieron los resultados del protocolo de Estambul de Édgar Salazar a finales de junio de 2023, cuatro años después de haber sufrido la tortura.

Los Ángeles Press obtuvo este documento completo, cuyo resumen digital consta de 48 páginas, 20 fotografías y dos tablas gráficas con una línea de tiempo, además de las firmas digitales de los peritos. Por su contenido con información sensible, se alude sólo al capítulo 8, referente a las “Quejas de tortura y malos tratos” así como las conclusiones, quienes exponen que los responsables de estas violaciones de derechos humanos apuntan a los agentes Iris Gabriela Santoyo Cuervo y su asistente Jean Paul Rodríguez, de la FEADLE.

Testimonio de Édgar Salazar ante perito médico

“Yo llegué al centro comercial a una comida, a un restaurante, llegan los oficiales y me detienen y me suben a la camioneta. Pero como que llevaban dudas, como que no sabían si era yo o no, porque decían “este no es”, “no, que sí es”, y así, y al último “no, que sí es”. Ellos iban vestidos normales, de civiles, traían un gafete de que eran oficiales. La camioneta era normal, no me fijé si tenían placas.

Yo me amacicé, o sea, no me quería subir a la camioneta, pero como había cámaras y todo, me decía el otro “súbete”, y yo le decía “no me voy a subir”, y ya con coraje me empezó a decir “súbete”, y le dije “no me voy a subir”, y ya fue cuando me agarraron y me subieron. Cuando me subieron a la camioneta me pusieron una capucha, no sé qué sería. Me subieron en medio, y se subió otro por el otro lado, y otro a un lado de mí e iban dos adelante. Era una Cheyenne roja, creo.

Y ya cuando me suben a la camioneta y me ponen esa cosa me dice un vato “por tu culpa no pude ir a ver a mi novia”, y le dije “¿y a mí qué chingados me importa?”, le dije. Uno de los que iba manejando me dice “tu familia tiene mucho dinero”, y le digo “pues mi familia, pero yo no”, y me dice “danos 2 millones de pesos y te dejamos ir ahorita”, y le dije “no, yo no tengo dinero, no te los voy a dar”. Y ahí hubo silencio y de ahí me llevaron como a un almacén.

Yo digo que sí era un lugar oficial porque había celdas y había otros oficiales de ellos mismos, pero no sé dónde sería, era grande. Me acuerdo que, cuando llegamos, se escuchó la torreta, abrieron y caminó buen rato la patrulla y ya como que se mete así como a una cochera. Y ya fue cuando me bajan y me meten agachado con una como capucha, y yo nomás iba viendo por abajo el piso. Camino, me dan vuelta a la izquierda y me meten a una celda. Yo digo que estuve como unas 20 horas en ese lugar, porque me agarran en la tarde, paso toda la noche y hasta al otro día me llevan a la PGR.

Cuando llegan ahí, me bajan, camino, como que abrieron una celda, y es cuando llego, me empiezan a encintar toda la cabeza, ya llevaba unas esposas, pero me ponen otras. Me encintan las manos también, y le encintan los pies. Desde ese momento me empezaron a amenazar, me decían “te vamos a mochar la cabeza si no pones a tu papá”, y yo les decía “pues móchamela, ya qué”. Y luego llegó otro con un rifle que me pusieron y me dieron culatazos en la cabeza.

Aún tengo las marcas de las esposas, y me encintan los pies y me empiezan a golpear, me cuelgan de un, no sé de qué, pero me colgaron y me empezaron a golpear, y sentí cuando me empezó a calar las esposas, y se me quedaron marcadas.

Era la tortura típica, que te golpean, te dan toques, me ponían la bolsa en la cabeza, me metían la cabeza en agua. Todo eso, y pues sí mucho, mucho golpe. No dejaban que me durmiera. Llegaban y me pateaba para que no me durmiera, yo ya quería descansar, estaba muy cansado y no me dejaban, o me empezaban a golpear de nuevo.

Cuando me agarraron me cortaron un pedazo de oreja, bueno no sé si me lo cortaron o con los mismos golpes me lo volaron, pero me falta un pedacito de la oreja derecha. Estaba bien golpeado, no supe ni cómo pasó. Me daban choques y me golpeaban en mis partes, en la cabeza. Me metían la cabeza en un tambo, me tenían en una celdita, cabían como unos dos o tres. Ahí tenían un tambo y tenían como unos cables que eran con los que me daban los toques, yo creo

Me tiran al suelo y es cuando me empiezan a golpear, me dan toques, golpes, agua, todo eso. Me golpearon como una hora, yo creo. De ahí se fueron y volvieron, y había mujeres y hombres golpeándome, y me golpearon todo completito, en mis partes nobles, todo me golpearon. Hacían como que me ponían cuchillos, como que me iban a mochar la cabeza, me ponían la pistola en la cabeza.

Me preguntan que si conozco a Larry, que si mi papá, y yo me negaba de todo. Me preguntaban que qué sería de la periodista Miroslava, y todo eso me preguntaban, puras preguntas de eso, del secuestro casi no me preguntaban, puras cosas de la periodista y de todos los que estaban involucrados en ese pedo. “Yo no sé qué pedo, yo tengo pedos con mi papá, pero yo no sé qué pasó”, les decía yo. Y me decían “Dinos dónde está para ir por él”, y les decía yo “Ya sabe dónde está, vayan por él”. Y los vatos me golpeaban, y me seguían preguntando de la periodista”.

Después de estos eventos de tortura, Édgar aceptó un acuerdo con la agente del Ministerio Público, Iris Gabriela Santoyo Cuervo. El acuerdo consistía en firmar unas hojas en blanco, aprender de memoria una declaración para decirla ante el juez y señalar a Hugo Amed Schultz Alcaraz como parte de una conspiración para matar a la periodista Miroslava Breach. La declaración sobre su padre y sus otros familiares la habían también escrito los mismos agentes.

Diagnóstico

Las conclusiones en el informe pericial médico psicológico especifican que “De acuerdo con los datos recabados y las consideraciones expuestas, se puede concluir que existe una firme relación entre las lesiones y secuelas físicas y psicológicas documentadas y el relato de los hechos referidos por Édgar Salazar Gaxiola”. Y alude a los síntomas y discapacidades relacionadas con la tortura.

Fuente: www.losangelespress.com

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