Columnas

Cortina de humo

Por: ERNESTO MADRID

Bajo el argumento de que los contratos que tiene el gobierno con empresas privadas bajo el esquema de Asociación Público-Privada (APP) son perjudiciales para la hacienda pública y afecta la economía del pueblo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los están revisando para indagar si pueden adquirir 12 hospitales concesionados al IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Salud.

Lo controvertido del caso es de acuerdo con la organización Cero Desabastos, durante 2022, las principales instituciones públicas de salud dejaron de surtir 15.2 millones de recetas de medicamentos, con mil 732 quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) convirtiendo al 2022 como el año con más inconformidades por falta de medicamentos desde 2017.

De acuerdo con el documento de 73 páginas “Radiografía del Desabasto de Medicamentos en México, 2022” realizado y presentado en mayo por 103 organizaciones que integran el colectivo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está en primer lugar de quejas recibidas, seguido por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el sistema penitenciario. En cuanto a la proporción por entidad, la Ciudad de México está a la cabeza seguida por Morelos, Jalisco, Durango y Sonora.

A esto hay que sumar las deficiencias en la infraestructura que quedó al descubierto el pasado martes cuando una niña de seis años murió aplastada en un elevador del hospital número 18 del IMSS en Playa del Carmen, Quintana Roo, lo que podría decirse es apenas ‘la punta del iceberg’ de los pendientes que tienen los hospitales públicos que López Obrador pretende usar para crear un modelo de salud mejor que el de Dinamarca.

La realidad del caso es que, al visitar diversos hospitales del IMSS en la Ciudad de México, es común escuchar a los directivos, médicos y pacientes, sobre la falta de presupuesto que prevalece para llevar a cabo diversas cirugías, donde, se rolan los equipos entre los hospitales, se les descomponen frecuentemente por viejos y las citas para llevar a cabo los tratamientos, se vuelven eternas.

De acuerdo con el colectivo Cero Desabasto conformado por pacientes, familiares de pacientes, personal del sector salud, organizaciones y académicos y con base en la información del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 31 millones de personas afirmaron no tener ninguna afiliación ni acceso a servicios médicos, por lo que no pueden solicitar atención sanitaria en instituciones públicas de salud y, por lo tanto, tampoco pueden acceder a medicamentos de forma gratuita. La estadística indica que uno de cada cuatro mexicanos no tiene algún tipo de seguro o respaldo sanitario, a lo que hay que sumarle las deficiencias en el sector público de salud.

Pero ahora el presidente López Obrador, sin cumplir con estas deficiencias, le quiere entrar al negocio de recomprar los hospitales concesionados bajo el argumento de que se está afectando la economía del pueblo, pero la realidad es que su salud está afectada por las carencias que existen y se justifica.

“Son buenos negocios para estos empresarios, pero muy malos negocios para los mexicanos porque se paga muchísimo”, por lo que se le propondrá hacer un avalúo y “te compramos el hospital”, nosocomios que no tienen ni la infraestructura ni los medicamentos necesarios para atender a la población.

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