Finanzas

Pemex hundirá a México

Por Guillermo Barba*

Como si no bastara con la creciente turbulencia financiera global, México enfrenta otro grave desafío, ya que un mayor apoyo (derroche) económico del gobierno federal a Petróleos Mexicanos (Pemex) podría resultar en recortes a su calificación crediticia soberana, llevándola a niveles de «bono basura», lo que plantea serias preocupaciones sobre la capacidad del país para administrar su deuda de manera sostenible.

Siguiendo los pasos de la Unión Americana, que recién sufrió una rebaja en su calificación crediticia, ahora las señales de alerta se dirigen a nuestro país, luego que la influyente agencia calificadora Fitch Ratings emitiera una seria advertencia en torno de la ayuda financiera gubernamental a esa empresa productiva del Estado y su potencial impacto en la deuda soberana de la nación.

El caso es que el estatus de Pemex como un activo neto o un pasivo para el país depende en gran medida del nivel de soporte financiero que el gobierno esté dispuesto a (o pueda) proporcionarle.

Y aquí los números son relevantes, pues resulta que los ingresos de la hacienda pública procedentes del petróleo han experimentado una drástica caída al pasar del 44 por ciento en 2008 a un promedio del 10 por ciento en los últimos cinco años, un declive que ha impactado negativamente en las finanzas del gobierno federal, reduciendo aún más su margen de maniobra para afrontar desafíos económicos.

Así podemos entender mejor por qué Fitch Ratings señala que si el apoyo gubernamental a Pemex supera los ingresos provenientes del petróleo, sin un avance significativo en la situación financiera de la compañía, podría tener consecuencias negativas para la deuda soberana de México. Una simple cuestión de sumas y restas.

Si bien se espera que el gobierno continúe brindando al menos 15,000 millones de dólares anuales de ayuda a Pemex, los desafíos persistentes en términos operativos, financieros y de deuda de la empresa podrían requerir un mayor respaldo en el futuro.

De ahí que la calificadora enfatice que el impacto crediticio de ese respaldo adicional dependerá de la manera en que el gobierno –en respuesta– maneje sus propias finanzas.

Es ahí donde está el problema, pues el gasto corriente en esta administración se ha disparado lo mismo que el dispendio de recursos en megaproyectos inviables y financieramente no autosostenibles (Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, AIFA, Corredor Interoceánico, etc.).

Una preocupación más tiene que ver con la falta de visibilidad de los aspirantes presidenciales en las agendas política y energética, especialmente en un período electoral como el que se avecina en 2024.

La incertidumbre sobre posibles reformas fiscales para aumentar los ingresos agrava aún más la situación, lo que podría limitar la capacidad del próximo gobierno para abordar los desafíos financieros de manera efectiva.

Un patrón que no se limita a Pemex

Usualmente, las agencias calificadoras entran tarde a escena, y en el caso de México ya parece postergado el momento de rebajar su calificación crediticia a grado basura, de manera similar a la situación que enfrenta Pemex.

La preocupante realidad es que la deuda de la petrolera nos está costando más caro de lo que podemos permitirnos. Estamos asumiendo esta carga como si fuera una deuda soberana, incurriendo en un costo más elevado que refleja el riesgo inherente de prestar a una entidad como Pemex, que ya ha caído, incluso, en la categoría de grado especulativo, según su propia evaluación.

Aunque parezca reiterativo, hay que decirlo: Pemex se ha convertido en un enorme “agujero negro” financiero que absorbe los recursos de los contribuyentes de manera implacable. Es una suerte de hoguera en la que arden los fondos públicos por una causa que deja mucho que desear.

En lugar de destinar esos recursos a proyectos cruciales como la construcción de carreteras, el suministro de medicamentos o el mantenimiento de instalaciones hospitalarias, se diluyen en el fallido intento de «salvar» a Petróleos Mexicanos.

Como queda claro, no sólo no se está rescatando a la petrolera más endeudada del planeta, sino que ésta hundirá más tarde al país en una profunda crisis fiscal que nunca habrá debido existir. ¿Está usted preparado?

*Economista y autor de Top Money Report

Se posiciona en el Top de Influencers financieros de EUA, España y Latinoamérica

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