Ciencia y tecnología

Los fósiles no se han ido, siguen aquí para que los apreciemos y los investiguemos

Los fósiles no se han ido, siguen aquí para que los apreciemos y los investiguemos; por eso, la revista Arqueología Mexicana en su edición especial No. 110, correspondiente a agosto de 2023, presenta un recorrido por los contenidos del Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin. En sus páginas revela secretos detrás de las investigaciones de la megafauna mexicana y de su contexto descubiertos en ese yacimiento, el más grande del Pleistoceno en América Latina y uno de los más importantes del continente.

«Mamuts, dientes de sable, leones, osos gigantes, ¿todos en un mismo sitio?, ¡un sueño hecho realidad!», tal como escribe el artista visual Sergio de la Rosa, director del Taller Smilodon, encargado de ejecutar las 40 obras escultóricas que conforman la muestra pelontológico-artística del Museo Quinametzin, exhibidas en el pasillo dedicado al Pleistoceno; piezas de apariencia hiperrealista que dan vida a seres extintos de grandes dimensiones, inspirados en el mural Fauna extinta del Pleistoceno (1964), del Museo Nacional de Antropología, autoría del museógrafo Iker Larrauri Prado.

Así lo explica De la Rosa en un texto que da cuenta del paleoarte en el recinto de Santa Lucía, el cual también llega a la revista en forma de siete vistosas imágenes a color, la mayoría a doble página; son piezas de arte digital realizadas por él. En una de ellas plasmó un día nublado en la Cuenca de México, como estos de agosto, pero al final del Pleistoceno, con dos mamuts de enormes defensas caminando por el lago mientras cae la lluvia.

 Las ilustraciones que reúne la publicación dan una idea de cómo debió ser el paisaje en la Cuenca de México hace 10,000 años, basadas en estudios y datos aportados por los científicos. Asimismo, a través de mapas, la publicación permite visualizar rutas migratorias y sitios donde se han hallado mamuts, y un plano de las salas del museo facilita la ubicación de cada tema.

El fin de esta edición especial es compartir más información sobre lo descubierto en Santa Lucía y enriquecer la visita al Museo Quinametzin; contar los procesos de investigación y las técnicas que utilizaron las y los 25 investigadores de diversas disciplinas que participaron en la elaboración de los artículos, y dar una pauta de la complejidad del trabajo paleontológico que hay detrás de la construcción científica del museo.

Así lo explicó la presidenta del Consejo de Paleontología, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Felisa Aguilar Arellano, al presentar la revista en días pasados, en el Museo Paleontológico de Santa Lucía, donde comentó que este número especial de Arqueología Mexicana se concibió como una guía para acompañar al público en su recorrido por las seis salas del recinto:

1. Geología y paleoambiente en la Cuenca de México, 2. El mamut, icónico animal del Pleistoceno final, 3. La biodiversidad en la Cuenca de México durante el Pleistoceno tardío, 4. El poblamiento temprano en México, 5. Los fósiles y los imaginarios culturales, y 6. La excavación en síntesis; mismas que se explican brevemente en esta edición, describiendo los cambios ambientales y del paisaje de la región, sus volcanes, los hallazgos de restos humanos más antiguos, como el de Tlapacoya (11,868 años antes del presente), y aquellos con artefactos asociadas a mamuts, como los de Santa Isabel Ixtapan II (11,000-16,000 años), Tequixquic (10,000-12,000 años) y Tocuila (11,280 años).

«Aquí comenzó la construcción de un aeropuerto y nadie tenía idea de lo que había abajo, de lo que iba hallarse. Hoy estamos frente al yacimiento del Pleistoceno más grande de América Latina, lo que se traduce en que serán años de estudio para las nuevas generaciones dedicadas a la investigación paleontológica, y esta edición especial es parte de eso, de los resultados que comienzan a salir a la luz», expuso el paleontólogo del INAH, Eduardo Corona Martínez, coordinador de este número de la revista.

El investigador destacó que este gran proyecto es resultado de la colaboración de las secretarías de la Defensa Nacional y de Cultura, así como del INAH, que a través de acuerdos han podido desarrollar este espacio. «Una labor épica y titánica que involucra a muchas especialidades para conservar y estudiar la colección paleontológica más grande de Latinoamérica».

La publicación también fue comentada por el editor de Arqueología Mexicana, Enrique Vela, quien recordó que esta revista no solo aborda temas prehispánicos, sino que llega hasta los pueblos indígenas actuales y, por supuesto, la paleontología, porque los vestigios fósiles forman parte del imaginario cultural de la humanidad.

El resultado de este esfuerzo editorial de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, del INAH y Editorial Raíces es un compendio claro y resumido, además de atractivo, de la prehistoria en la Cuenca de México, el cual ninguna persona apasionada por el tema puede perderse.

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