Cultura

El Inehrm revisará la historia de la salud pública de principios del siglo XX

La historia de un país no podría ser entendida sin saber cuál ha sido el papel de la salud, la enfermedad y la muerte. Para reflexionar sobre la historia de la salud pública moderna, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), invita al foro virtual: “Salud pública y enfermedades en México a inicios del siglo XX”, el lunes 25 de octubre de 2023, a las 17:00 horas, en su sede, Plaza del Carmen 27, San Ángel, CP. 01000. Álvaro Obregón, Ciudad de México. 

La reflexión académica contará con la participación de las especialistas en historia de la medicina, la profesora e investigadora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) Ana María Carrillo y la doctorante en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Unam, Marisol Hernández Rivas, podrá ser vista a través de las redes de Facebook (/inehrm.fanpage) y en YouTube (Canal Inehrm), con los chats abiertos a preguntas, dudas o comentario. 

El foro se lleva a cabo como parte de las conmemoraciones por el Día del Médico y de la Médica en México, el cual, desde 1937, se instauró el 23 de octubre para reconocer la labor de estos expertos en la búsqueda de la salud, la prevención y el diagnóstico de enfermedades, el tratamiento médico y la rehabilitación de la población. 

México ha recorrido un largo camino en la salud pública moderna desde el porfiriato. “En ese periodo de 34 años, los médicos mexicanos tuvieron acceso a los descubrimientos de la microbiología, la inmunología y la epidemiologia”, considera la historiadora en la salud pública de la Facultad de Medicina. 

Para Ana María Carrillo, autora del libro Matilde Montoya. Primera médica mexicana, otro aspecto importante fue “la concentración creciente del poder del Estado en asuntos sanitarios que fue paralela a su concentración de poder político disciplinador y permitió poner los nuevos conocimientos al servicio de la prevención de los problemas colectivos de salud”. Por último, señala, “la necesidad del imperialismo y la elite porfiriana de proteger sus intereses comerciales” 

Carrillo, quien también es coordinadora del Seminario Permanente de Historia de la Medicina y la Salud Pública en América Latina, de la Unam, concluye que “los sanitaristas porfirianos estuvieron atentos a los adelantos que entonces tenían las ciencias médicas; dichos conocimientos influyeron en la promulgación de leyes sanitarias las cuales fueron cambiando al tiempo que lo hacían las teorías médicas  y se pusieron al servicio de la salud pública que entonces nacía, y que se vería interrumpida de manera abrupta y durante casi una década por el movimiento revolucionario iniciado en 1910”. 

Hombres como el doctor Eduardo Liceaga, parte de la élite científica, estaba convencido de los logros del régimen de Don Porfirio y, con motivo de la celebración de las fiestas del Centenario de la Revolución, organizó la Exposición de Higiene, la cual inauguró con un discurso titulado Progresos alcanzados en la Higiene de 1810 a 1910. Según señaló Liceaga, “México se encontraba en un punto de notable desarrollo sanitario, ubicándose al mismo nivel de los países ‘civilizados’”.  

Al final de la revolución, el proyecto sanitario fue una piedra angular de la creación del Estado mexicano, la cual incluía la necesidad de formar médicos que actuaron como delegados sanitarios en las fronteras y puertos marítimos, y luego en los estados, así como técnicos que ocuparon cargos en dependencias, como el Departamento de Salud Pública, y la creación de nuevas instituciones de salud.  

Las enfermedades del siglo XIX, una de ellas, el cólera, analizado por la también historiadora Marisol Hernández Rivas en su tesis Teorías y disposiciones sanitarias ante el cólera morbus durante la epidemia de 1850 en la ciudad de México cedió su presencia en el siglo XX a la fiebre amarilla, el tifo exantemático, la viruela, el paludismo y la influenza española, entre las principales. 

Para tal efecto, el Estado mexicano implementó algunas normativas sanitarias para conservar la salud colectiva de la población, a través del control y la implementación de ciertas prácticas higiénicas en las fábricas, los teatros, las cantinas, los mercados, los rastros, los parques y las viviendas. 

El foro, que es de acceso gratuito para todo el público, permitirá reflexionar sobre la participación médica en torno a la construcción de cuerpos saludables y el desarrollo de prácticas sanitarias ligadas a los intereses del proyecto de modernidad de finales e inicios del siglo XX en México. 

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