Metropoli

Polimnia pide a líderes del mundo parar la guerra de Ucrania y Rusia

Presentó el libro ‘Ucrania entre la esperanza y el infierno’.

*Advierte sobre las graves consecuencias para la niñez

*Crean una generación resentida, violenta y llena de odio

La vicecoordinadora del PRD en el Congreso capitalino, Polimnia Romana Sierra Bárcena, lamentó que a dos años de la invasión de Rusia a Ucrania, “las niñas y niños ucranianos son asesinados, heridos y han perdido a sus progenitores, hermanos y casas; privados de agua, alimentos y calefacción que los obliga a acostarse con hambre, frío y miedo. 

Al presentar el libro “Ucrania entre la esperanza y el infierno”, la perredista denunció que en suma, los menores ucranianos han sido despojados de un entorno seguro y protegido y, por tanto, se han violado grave y sistemáticamente sus derechos humanos, por lo que llamó a la comunidad internacional para detener esta guerra, “porque las consecuencias serán graves. Van a cosechar una generación de niñas y niños resentidos, violentos y llenos de odio”, advirtió.

“Es una infamia que tengan que ser testigos de la destrucción y violencia, que sean desplazados de su entorno, separados de sus familiares y amigos. Condenamos las violaciones graves contra los derechos de la infancia en tiempos de guerra: el asesinato, la tortura, la violencia sexual, el reclutamiento por grupos armados, los ataques a escuelas y hospitales y la obstaculización de la ayuda humanitaria”, sostuvo entre lágrimas Sierra Bárcena.

Acompañada del autor del libro, Marcelo Fabián Monges; Ilona Dluzh, presidenta del proyecto Axolotl e integrante de la Diáspora Ucraniana en México, AC; Francisco Plancarte, abogado y catedrático de la UNAM; Jorge Lara Rivera, abogado internacionalista; y Victoria Jaladzhy, consejera de la Embajada de Ucrania en México, en representación de su titular, Oksana Dramerétska; entre otros invitados, la diputada local expuso el tema “Los niños de la guerra”.

La también presidenta de la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez en el Congreso capitalino destacó en el evento, realizado en el salón “Heberto Castillo”, que la Unicef ha señalado que el 40% de la infancia en Ucrania, no accede a educación continua, lo que ha provocado una crisis de aprendizaje y salud mental, pero también la mitad de los menores tiene problemas para dormir, por lo que uno de cada cinco manifiesta trastornos de estrés postraumático. 

“Muchos tienen manifestaciones de miedo excesivo, fobias y tristeza. Han dejado de participar en actividades y tienen sensibilidad a ruidos intensos. A estas consecuencias y horrores de la guerra, diversos medios de comunicación y autoridades, incluso, Rusas, han referido la sustracción o retención por parte de Rusia de alrededor de 700 mil niñas y niños”, sostuvo.

Sin embargo, denunció, las autoridades rusas justifican este acto como “evacuaciones por seguridad y un esfuerzo humanitario”, pero la Escuela de Salud Pública de Yale informó que “Rusia ha reubicado, al menos, a 6 mil niñas y niños de Ucrania en una red de instalaciones de reeducación y adopción, pero los investigadores concluyen que en realidad se trata de un crimen de guerra, con el único objetivo de adoctrinar a las nuevas generaciones para su ‘rusificación’”.

Sierra Román sostuvo en su exposición que pocos son los que han evitado el traslado escondiéndose, además de que existen registros de que menos de 400 pequeños han sido recuperados y regresados a Ucrania, “por lo que estamos en presencia de una de las más brutales violaciones a derechos de los menores. En su ambición de poder, los beligerantes no sopesan las consecuencias de la guerra y su impacto en la infancia y adolescencia”, enfatizó.

Lo grave de la situación, destacó, es que este conflicto no se limita a esa zona del mundo, pues Ucrania y Rusia exportan un tercio de producción mundial de trigo, cebada y otros cereales a las naciones de Oriente Medio, que dependen de esos productos para alimentar a millones de personas que sobreviven con pan subvencionado y fideos en oferta, además de encarecer el combustible e interrumpió los suministros ya provocado por la pandemia. 

Sostuvo que de acuerdo con Unicef, más de 1.7 millones de niños menores de cinco años en Kenia, Etiopía y Somalia sufren de desnutrición grave aguda, debido a la peor sequía en el Cuerno de África, a lo que se suma la inestabilidad política de esas naciones y el encarecimiento de los alimentos por la guerra.

Incluso, esta oficina de Naciones Unidas, alertó que, si la situación se prolonga, tendrá un grave impacto sobre los niños de la región, especialmente en Egipto, Libia, Líbano, Sudán, Siria y Yemen, que ya sufrían conflictos y graves crisis económicas antes del inicio de esta guerra.

“Las niñas y niños no tienen por qué ser víctimas de la guerra. No tienen por qué vivir con miedo, ni estar expuestos a la pobreza, hambruna y desnutrición. No se debe robar más su futuro, su felicidad. Toda guerra es absurda, sin sentido y cruel, pues representa el fracaso de los principios de la fraternidad, la tolerancia, el respeto, la ética, la moral y de todo lo que nos hace llamarnos humanos”, señaló.

Ante esta situación, Polimnia Romana llamó a la comunidad internacional y, sobre todo los gobiernos, “hagamos realidad el sueño de toda niña y niño ucraniano; exijamos el fin de esta guerra. Si la comunidad nada hace para detener este absurdo, las consecuencias serán graves. Van a cosechar una generación de niñas y niños ucranianos, resentidos, violentos y llenos de odio”, advirtió.

Fotos: Cortesía

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