Por: MIGUEL A. ROCHA VALENCIA
• Si tiene ganada la elección su corcholata, porqué está tan agresivo y se victimiza
Con ademanes fuera de lo normal, sobre todo el pasarse el dedo debajo de la nariz como lo hacen algunos fármacos dependientes el ganso no tiene rienda que lo sujeto y se lanza con todo contra la candidata de la oposición en férrea defensa no de su corcholata sino de su fracasado movimiento mientras el INE apenas si alcanza a pedirle casi de rodillas que no se meta en la elección. Le vale.
Y tira tarascadas por donde sea, intenta burlarse pero sus muecas parecen rictus de dolor en tanto que las tragedias en el país aumentan especialmente en Guerrero donde ahora no sólo los policías matan a normalistas sino que hasta desaparecen a representantes de la Fiscalía General de la República que investigaban un caso y se somete a golpizas despiadadas a quienes no se someten al crimen que controla el transporte, la comercialización de alimentos o no pagan derecho de piso.
Frente a la impunidad e ingobernabilidad que hay en Guerrero donde al igual que el tlatoani, la delincuencia no tiene límites, la chachalaca tabasqueña se encrespa contra personajes de la “derecha” que desde el extranjero le dicen lo que piensan de él en todo el mundo y trata de meter a todos sus críticos en el mismo frasco de sus enemigos.
Casi llora de enojo y se defiende ante una derecha que afirma, busca rescatar privilegios que hoy están, según sus dichos, en manos de Morena y que administran muy lucrativamente sus hijos y amigos quienes se enriquecen con los negociazos de obras que por el momento son inútiles, inviables financieramente, pero son un filón de casi billón y medio de pesos donde los pellizcos que vuelven auténticas tarascadas.
Lo peor es que a sabiendas el protector de la delincuencia oficial acusa a todos de corruptos y no ve por conveniencia todo lo que sucede a su alrededor donde el lema es “se vale robar siempre y cuando veneres al profeta”.
Una vez más se lanzó contra la aspirante de la oposición Xóchitl Gálvez Ruiz por aquello de disminuir la edad para otorgar pensiones debajo de los 65 años y 60 años en discapacidad. Intentó burlarse con una mentira pues ese programa viene desde sus odiados enemigos. Las pensiones para adultos mayores y las becas estudiantiles, ya tienen varios sexenios y tenían la intención de apoyar a la superación.
Becas se entregaban al comprobar que el estudiante sí destacaba y se esforzaba, hoy ni siquiera necesita echarle ganas porque está prohibido reprobar.
A lo que propone la candidata le llama demagogia, pero no a lo de la súper farmacia o el sistema de salud por arriba de Dinamarca o el mejor del mundo. Menos al hecho de que la gasolina costaría 10 pesos o que no iba a pedir prestado y hoy “disfrutamos” de una deuda superior en 3.5 billones de pesos a como la dejó Enrique Peña.
Para él, ofrecer un país sin corrupción y sin violencias en cuanto asumiera el poder y no cumplir, no es un fracaso sino culpa de los opositores. Los 182 mil asesinatos de hoy, entre quienes se cuenta a más de 11 mil mujeres, no se deben a su fallida política en seguridad sino a la crítica de los periodistas que no lo quieren.
Pero claro, en el fondo hay que distraer la atención de los latrocinios de su familia y amigos ante los cuáles no adopta ninguna medida y deja que se burlen, se autollamen la nueva mafia y anuncien que, por mal hecho, el Tren Maya del que han mamado miles de millones de pesos, se pueda descarrilar, al fin y al cabo cuentan con la impunidad que les otorga desde palacio nacional ese que defiende una investidura que le quedó demasiado grande.
Es parte del juego, golpear a los opositores para que la corcholata no se ensucie las manos y caiga en un debate público del cual saldría muy maltratada en temas indefendibles y aunque todo en campaña son promesas en rango de demagogia no tiene más alcances que aquello de construir el segundo piso de algo que hasta hoy es una tragedia para los mexicanos.
En esos menesteres al mesías tropical no le importa violar la ley, su pecho no es bodega y su derecho de réplica le dan el pretexto para incidir permanentemente en las campañas electorales, al fin y al cabo, Guadalupe Taddei, la consejera presidenta del INE, le debe el cargo y fidelidad a ciegas como la pide el machuchón.
Por eso los sainetes mañaneros donde casi llora la pobre víctima del neoliberalismo que pretende sacarlo de un poder que considera suyo y difícilmente dejará… al menos no por las buenas, conforme a Derecho.
Curioso pues él y su protegida pregonan que ya la tienen ganada, al menos en las encuestas.
Por cierto, ya notaron el cambio del estimado maestro Enrique Quintana; en sus artículos de El Financiero ya no estamos tan mal y en algunos casos mejoramos. No cabe duda que las presiones si hacen efecto ¿Será por lo de los reclusorios?
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