Jaime García Terrés (1924-1996) fue diplomático, traductor, editor, fundador de instituciones culturales y crítico literario, pero, sobre todo, fue poeta. «La poesía fue el centro, el núcleo y la razón de su obra”, escribió el colegiado José Emilio Pacheco sobre García Terrés.
En su centenario de natalicio, El Colegio Nacional prepara un homenaje al autor de Reloj de Atenas (1977), que se celebrará el miércoles 8 de mayo a las 18 h, en El Colegio Nacional (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX).
Durante el homenaje participarán la traductora Selma Ancira, crítica y traductora literaria; Manuel de J. Jiménez, poeta, ensayista y docente; y Vicente Quirarte, poeta, ensayista y miembro de El Colegio Nacional. La coordinación de la ceremonia correrá a cargo del colegiado Christopher Domínguez Michael.
El centenario del nacimiento de Jaime García Terrés invita a revisitar la vida y legado de un destacado intelectual cuya influencia se extendió por diversas esferas culturales y literarias del siglo XX.
Desde su rol como director de la Revista de la Universidad de México, hasta su labor como embajador en Grecia, defendió la importancia de la cultura y el arte como pilares de la civilización, abogando por un espacio propicio para el florecimiento de la élite cultural.
Jaime García Terrés en su centenario
García Terrés nació en la Ciudad de México el 15 de mayo de 1924, en el México posrevolucionario transformado “por la actividad de José Vasconcelos, los muralistas y los Contemporáneos”, a decir de José Emilio Pacheco. Su actividad literaria la desarrolló alrededor de la década de 1950, por lo que se le inscribe en la generación del medio siglo, junto con Rubén Bonifaz Nuño, Jaime Sabines y Rosario Castellanos.
Como editor, García Terrés colaboró en la revista México en el arte, La Gaceta, del Fondo de Cultura Económica, Biblioteca México y en la Revista de la Universidad de México. Domínguez Michael explica que en esta revista “hizo de la crítica la manera más eficaz de colocar las bellas artes en el corazón de la tolerancia pública”.
En su faceta de director de Cultura UNAM, García Terrés puso en funcionamiento la Casa del Lago, promovió el Nuevo teatro, cineclubes, exposiciones pictóricas de vanguardia y conferencias especializadas sobre temas que, hasta entonces, solo se analizaban en aulas universitarias.
Derivado de su ejercicio diplomático en Grecia de 1965 a 1968, García Terrés publicó Reloj de Atenas (1977), “uno de los mejores libros de viaje de nuestra literatura […] Nada más propicio que la escena diplomática y ningún sitio mejor escogido que Grecia para exhibir la flemática gravedad del poeta”, escribió Domínguez Michael.
Jaime García Terrés ingresó a El Colegio Nacional la tarde del 20 de octubre de 1975. Su discurso fue contestado por Rubén Bonifaz Nuño.
La mesa que prepara El Colegio Nacional para conmemorar el centenario del García Terrés, se analizarán las distintas facetas del autor de La feria de los días (1972), así como la impronta que dejó en las letras y la cultura nacional.
