Ecología

Hipótesis: algunas variedades de peces han disminuido su tamaño

GACETA UNAM

La sobrepesca podría ser uno de los factores que causara este impacto: Felipe Amezcua

En 2022, las industrias pesquera y de acuicultura generaron más de 406,000 millones de dólares y emplearon a más de 60 millones de personas, de acuerdo con los datos más recientes de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y la Global Fishing Watch. Por tanto, ambas actividades siguen siendo importantes fuentes de alimentos, nutrición, ingresos y medios de vida en todo el mundo.

Pero, ¿qué sucedería si los actores principales de estas actividades, los peces, comenzaran a disminuir su tamaño corporal paulatinamente? ¿Cómo afectaría a las cadenas alimenticias este fenómeno? ¿Cuál sería su impacto en las industrias pesquera y de acuicultura? ¿Nuestra alimentación correría riesgo? Aunque no lo notemos, este fenómeno ya ha comenzado a suceder.

Recientemente un estudio publicado en la revista Science (https://www.science.org/doi/10.1126/science.adg6006), bajo el nombre “Cambios generalizados en el tamaño corporal dentro de poblaciones y conjuntos”, analizó las tendencias del tamaño corporal de numerosas plantas y animales en el mundo durante el lapso de 1960 a 2020, y observó que los peces marinos han tenido un patrón consistente de reducción, mismo que aplica en las especies silvestres como para aquellas que son comercialmente viables.

Este trabajo ha hecho eco a otros que también se han centrado en estudiar la disminución en el tamaño de los peces en años anteriores realizado en distintas partes del mundo, como Estados Unidos, Brasil, España, Canadá o México, donde Felipe Amezcua Martínez, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, ya había percibido esta situación cuando analizó el tamaño de los peces estuarinos en el sistema lagunar Teacapán-Agua Brava, ubicado en la costa norte de Nayarit y sur de Sinaloa, hace 10 años.

La respuesta a esta situación, según la investigación de Science y las otras antes mencionadas, tiene un común denominador: la pesca excesiva. Maria Dornelas, profesora de la Universidad de Saint Andrews en Gran Bretaña y autora principal del artículo, mencionó que la industria pesquera “ha estado retirando selectivamente a los individuos más grandes de las poblaciones de peces en todo el planeta durante mucho tiempo ocasionando un déficit”.

De acuerdo con Amezcua Martínez, esa sobrepesca genera dos situaciones: una, que los peces como estrategia para sobrevivir reduzcan su tamaño; y dos, que para sustituir las bajas en su población maduren antes de tiempo, lo que no les permite alcanzar el volumen que deberían, ya que se enfocan en reproducirse antes que en crecer.

Lo comentado por el experto del ICMyL concuerda con lo planteado en el estudio “Las recientes disminuciones en el tamaño corporal del salmón impactan los ecosistemas y las pesquerías”, publicado en Science. En este trabajo, los investigadores concluyeron que el salmón del Pacífico se “está haciendo más pequeño porque la edad para reproducirse es más temprana”, y esto a la larga “también causa una disminución en la producción de huevos en al menos un 15 %”.

El experto en el área de ecología de peces costeros dijo que se percató de una situación similar cuando estudió el volumen de los peces estuarinos en el sistema lagunar Teacapán-Agua Brava hace 10 años. “Comparamos los datos que obtuvimos con los que se habían tomado en los años 70 y 80 del siglo XX, y observamos no sólo la reducción de tamaño, sino también una madurez sexual más temprana”, señaló.

¿Influye el aumento de la temperatura?

En 2017, dos científicos de la Universidad de Columbia Británica publicaron un trabajo en la revista Global Change Biology, en el cual argumentaban que el aumento en el nivel de temperatura del mar, debido al cambio climático, afectaría el tamaño de los peces ocasionando una disminución en su volumen entre el 20 y 30 %.

Ese trabajo generó polémica por sus conclusiones, y aunque parte de la comunidad científica lo avaló, otra descartó por completo dicha relación. Pero esa discusión permitió que los científicos se centraran en revisar si el cambio climático tenía algún vínculo con el decrecimiento en el tamaño de los peces, y si era así, cómo ocurría.

Seis años después de que se difundió esa información, la Universidad de Viena en alianza con el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona presentaron los resultados de un estudio en el que analizaron los otolitos (estructura que sirve para el equilibrio y la audición) de los peces linternas a lo largo de los periodos glaciares e interglaciares. Los resultados demostraron que estos peces eran un 35 % más pequeños cuando aumentaba la temperatura del mar, y que la posibilidad de que esto estuviera sucediendo actualmente era grande.

A pesar de ese trabajo, se necesitaba tener otro en el cual se abordara el estudio de aquellos peces que están más cercanos a la superficie y son importantes en la industria pesquera.

En febrero pasado, la Universidad de Tokio indicó que 13 especies de peces del océano Pacífico han disminuido en volumen y peso en los últimos 40 años por los efectos del calentamiento global. Los científicos japoneses señalaron que esta situación se debía a una escasez de alimento: “el plancton grande que consumían fue reemplazado por el incremento de la temperatura del mar por algas más pequeñas y especies menos nutritivas para ellos, como las medusas”.

Felipe Amezcua Martínez destacó que él no se percató que el tamaño de los peces estuarinos que estudió en el sistema lagunar Teacapán-Agua Brava se viera afectado por ese factor. Sin embargo, consideró que se necesitan mayores investigaciones para respaldar estos trabajos.

Y agregó: “También sería importante tener en cuenta el aumento de la temperatura del mar como un factor para la alteración de las cadenas alimenticias. Es decir, hay especies que pueden aprovechar esas condiciones cálidas para extender su territorio. Un nuevo depredador en una cadena alimenticia establecida impacta las demás áreas y puede dar como resultado la disminución en el tamaño de las presas con fines de supervivencia”.

Una situación que ejemplifica lo comentado por el universitario es la invasión del pez León, que ha visto extendida su presencia en el Caribe, Atlántico sur y Atlántico norte, cuando anteriormente sólo estaba en los océanos Índico y Pacífico occidental. En México ha causado que especies nativas desaparezcan, pero también que predadores como los pargos vean reducida su población, ya que cuando son jóvenes están a su merced y pocos llegan a la etapa adulta.

Afectaciones en el ecosistema

Aunque en el corto plazo no lo podremos ver, la disminución del tamaño de los peces afectará las cadenas alimenticias. Felipe Amezcua explicó que estas variaciones de volumen en los peces harían una reconfiguración de éstas.

Expuso que en todas las cadenas alimenticias existen niveles en los que hay productores primarios y consumidores de primer, segundo o tercer orden para finalmente llegar a los depredadores máximos. Estas cadenas se encuentran vinculadas al tamaño, por lo que si, por ejemplo, el de los consumidores de segundo nivel se redujera, a los de primer nivel nadie se los comería. Lo anterior ocasionaría un vacío que estos últimos llenarían al abundar mucho más.

Para comprender mejor este fenómeno citaremos el trabajo realizado en la Universidad de Lancaster, Gran Bretaña, en el que se analizó cómo la pesca ha estado afectando la población de peces depredadores en las cadenas alimenticias en los arrecifes de coral del océano Índico. Después de examinar 253 sitios, los investigadores concluyeron que la sobrepesca a diversas especies predadoras, como el pargo y el mero, ha generado una disminución de éstas que se ha sustituido con una mayor presencia de peces de menor nivel, pero también con erizos de mar.

Por otro lado, la Organización de la Comunidad de Investigación Científica e Industrial de Australia presentó un trabajo en el que se demostró que la pesca de peces pequeños –como anchoas, sardinas, macarelas– tiene un impacto en las aves marinas, tiburones y peces más grandes.

“Las cadenas alimenticias están basadas en un equilibrio. Si una especie desaparece, o hablando en este caso de los peces que reducen su tamaño, se ocasiona una cascada trófica. Es decir, al no existir peces depredadores, en el nivel inferior que le prosigue ocurren dos escenarios: la potencialización o debilitación de sus presas, esto a la larga causará otros efectos; y dos, se desbalancean las interacciones existentes.”

Efectos en la sociedad

Felipe Amezcua Martínez expresó que algunos de los escenarios a nivel social que se podrían suscitar por una reducción en el tamaño de los peces son:

  • Peces más pequeños, significa para la industria pesquera un mayor esfuerzo para capturar el mismo volumen que se obtenía antes.
  • Afectaciones a pescadores artesanales. Las dinámicas sociales de los productos pesqueros cambiarán y tendrán que recorrer grandes distancias para poder continuar con su labor.
  • Oferta y demanda. Un mayor esfuerzo de la industria pesquera para capturar peces influye en que los costos de ciertas especies aumenten, pero de igual manera los que se encuentran escasos se venderán a un mayor precio.

Finalmente, Amezcua Martínez indicó que ante un problema tan complejo es necesario que todos los gobiernos del mundo trabajen en dar soluciones a este fenómeno y se investiguen más sus repercusiones y, de ser necesario, se sancione a aquellos que no respetan la veda de especies y sobreexplotan la vida marítima; asimismo, considerar más zonas de acuicultura para que no se dependa totalmente de la pesca industrial, pero tomando en cuenta las afectaciones que aquélla causa en los ecosistemas, como contaminación, uso de agua y mortandad de larvas silvestres en algunos cultivos.

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