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Badiraguato, we have a problem

«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que no se entrega porque no delinque)

A estas horas, el mejor presidente que ha tenido el crimen organizado en la historia nacional debe tener una soltura estomacal que no la para ni el mejor té de hojas de guayaba. Miren que eso de que la DEA se meta a detener al «Mayo» Zambada y a uno de los hijitos de su respetado Don Joaquín Guzmán Loera (no le digan «Chapo» porque para su empleado el Peje eso es ofensivo) sin siquiera avisarle, pega gacho al ánimo y a la impunidad.

Y es que eso de andar defendiendo a los narcos desde el inicio del sexenio con la payasada de los «abrazos, no balazos», que los empoderó como jamás antes habían podido los narcos, no es cosa fácil. A Ovidio Guzmán lo hizo liberar ilegalmente (cometiendo un delito grave que, por supuesto, no pagó) cuando fue detenido en el Culiacanazo, y una vez recapturado, el mesías hizo lo todo que en él estuvo para retrasar una extradición que clarito decía que era INMEDIATA, hasta que no le quedó de otra más que mandarlo.

De su adorado Don Joaquín, se condolió de que al pobre capo lo tuvieran bien encerrado en verdaderas condiciones de alta seguridad, no en penales patito en los que podía comprar a quien se dejara para mandarse hacer un túnel chido para pelarse con la gracia de una dama hacia la impunidad, hasta que lo agarraron de nuevo. Otra vez, hacerse guaje con la extradición hasta que fue forzado a cumplirla, y de ahí a defenderlo y a mover a al menos tres secretarios de estado para que la pobrecita mamá del capo, a quien fue a hacerle zalemas a domicilio, pudiera ver a su pobrecita lacra en el penal de EU e, incluso, llegó a pedir el mesías que lo regresaran a México para cumplir acá la condena de los gabachos, jurando ahora sí no se les iba a pelar de la cárcel, al menos por un ratito.

Con esos antecedentes, y con sus alegatos de que en México no se fabricaba fentanilo y que eso era mentira, para que a los días saliera un megalaboratorio en Sinaloa, propiedad de los hijitos de su querido Don Joaquín, amén de más instalaciones de fabricación de la peligrosa droga que fueron brotando como hongos en nuestro país, los gringos se dieron color que el parásito de Palacio Nacional no es de fiar.

Entonces, fue por eso que a la torera se lo brincaron y que no le avisan ni máiz sobre el «Mayo» Zambada, porque de haber participado el mesías, júrenlo que le avisa antes y éste se habría pelado a seguir gozando la impunidad que por cinco décadas tuvo, sin ser detenido jamás.

Si yo fuera una especie de presidente que trae semejante narcocola, pública, criticada y señalada en México y el mundo, no trataría de hacerme el chistosito en este caso, porque el «Mayo» bien puede, y eso se espera, que revele de una buena vez cómo son los nexos y negocios entre su cártel y AMLO.

Una duda medio babosa: ¿empezará su empleado el mesías a decirle «Don Ismael» al «Mayo» Zambada, y a pedir por él que lo encierren pero no mucho, igual que al «Chapo»?

Regresando al tema, y cuando comiencen a surgir las revelaciones del capo, al macuspano no le va a servir la tontería de «¿Y cuánto gana Loret?» para distraer a los débiles mentales que se dejaron comprar por el mesías en las elecciones, y menos ponerse a chillar porque se ganó a pulso el hashtag #NarcoPresidenteAMLO.

Que si el «Mayo» y el chapito se entregaron o los agarraron distraídos es lo de menos: El caso es que ya los tienen y que el desgobierno mexicano no puede adjudicarse ningún mérito en este asunto. ¿Cuánto más tardará la DEA en venir por AMLO para que se vaya a vivir con su amigo Don Joaquín?

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