«Quienes tienen un padecimiento mental, corren el riesgo de morir antes de esperanza de vida, de aproximadamente 15 a 20 años».
“Ya no sirve pensar en la seguridad que ofrece el trabajo formal, tenemos que pasar a sistemas más universales, en donde la gente tenga acceso mínimo garantizado a la salud, a la educación, a la pensión y a un sistema de cuidados adecuados”, sostuvo Fajardo Chica.
La preparación para la vida en su última etapa y los cuidados que se deben tener para ayudar a la población a contar con una perspectiva de salud y comunitaria, a través de la psicología y la medicina, fueron los ejes rectores del conversatorio ¿Por qué necesitamos un sistema integral de cuidados?, coordinado por María Elena Medina-Mora, miembro de El Colegio Nacional.
La sesión formó parte del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la Facultad de Medicina de la UNAM y el Seminario Permanente de Cuidados Paliativos, y contó con la participación de los especialistas David Fajardo Chica, Luis Miguel Galindo, Susana Ruiz, Francisco Javier Mesa y Luz Adriana Templos Estaban.
De acuerdo con la colegiada, una de cada ocho personas en el mundo vive con enfermedad mental. En México, en 2021, se registraron 18.1 millones de habitantes con algún trastorno de este tipo. Actualmente, la depresión ocupa el tercer lugar de los trastornos que provocan años de vida perdidos por discapacidad. “Es poco visible, porque no es prioridad para el sistema de salud, debido a que no produce una muerte rápida como el cáncer, pero no deja de ser un problema serio. Su carga tiene que ver con los días vividos sin salud, por ejemplo, una persona con esquizofrenia va a morir con esquizofrenia y no de esquizofrenia”.
Medina-Mora explicó que, quienes tienen un padecimiento mental, corren el riesgo de morir antes de esperanza de vida, de aproximadamente 15 a 20 años. “Uno de los factores que juega en contra es el medio ambiente. Sabemos que una persona que tiene diabetes tiene tres veces más riesgo de padecer una enfermedad mental, si la persona ingiere drogas tendrá más del 84% de probabilidad de padecer un trastorno. La comorbilidad no es una excepción, sino una regla”.
Entre los aprendizajes que dejó la pandemia de COVID-19 en esta materia, la psicóloga mexicana hizo hincapié en que se necesita una nueva concepción de salud para que los servicios de tratamiento mental se incorporen al sistema; además se debe contar con la capacidad de atender la salud mental de los que ya están en los hospitales, es decir, que el paciente no tenga que ir a un hospital distinto para cada enfermedad. “Los servicios deben unirse para atender las necesidades de salud y no dividirse por enfermedades”.
David Fajardo Chica, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, enfatizó que el tema del cuidado toma relevancia internacional en el discurso público. “Me parece clave señalar que no solamente se necesitan transformaciones sociales, en las prácticas, en las políticas, también en el fondo se requiere de una concepción conceptual, de otra manera de entender lo que significa cuidar y, en particular, lo que significa cuidar al final de la vida”.
Agregó que, en la filosofía mexicana reciente, para la fundamentación de las nuevas concepciones del cuidado, se entiende como sufrimiento a la amalgama de cuestiones físicas, cuestiones psicológicas y espirituales. Lo espiritual se plantea como lo existencial, en relación con lo religioso. “En general, lo que conjunta a estas formas de sufrimiento, es que todas ellas versan acerca de lo que significa para el paciente, para la persona enferma, sus dolencias, su malestar. Ese es un aspecto novedoso en la concepción del cuidado, porque no sólo duele la condición orgánica, también aquello que la persona piensa sobre su propia circunstancia y eso es objeto de cuidado, de alivio e intervención”.
Al tomar la palabra, Luis Miguel Galindo Paliza, de la Facultad de Economía de la UNAM, aseguró que es posible desarrollar un Estado de bienestar en México para transitar a un desarrollo sustentable.
Pero ¿qué significa un sistema de cuidados para un estado de bienestar? “Tenemos el bono demográfico, esto significa que mientras la población está creciendo, la gente va participando en el mercado laboral, hay menos adultos mayores y eso ayuda a la productividad. En México, ese bono democrático se está acabando”.
“Con un sistema de cuidados ayudamos si mejoramos el bienestar de los infantes y los adultos mayores, cuando les ofrecemos mejores condiciones para alimentarse, mejoramos sus capacidades cognoscitivas y se reflejan en una mejor capacidad de estudio que a la larga se traduce en mayor productividad y mayor ingreso”. Sumado a lo anterior, está el papel de las mujeres, “cuando las liberas del cuidado de los infantes y de los viejos, puedan competir de manera igualitaria en el mercado laboral formal y eso permite reducir la brecha de participación y de salarios”, subrayó el especialista.
Concluyó que “tenemos que pasar a sistemas de protección mucho más universales, ya no sirve pensar en la seguridad que ofrece el trabajo formal, tenemos que pasar a sistemas en donde la gente, por ser mexicana, tenga acceso mínimo garantizado a la salud, a la educación, a la pensión y a un sistema de cuidados adecuados”.
La psicóloga Susana Ruiz Ramírez respondió a la pregunta ¿por qué el hablar del morir y la muerte debería ser una conversación importante dentro de las familias? La especialista describió que la muerte es natural, es parte de la vida y es inevitable. “610 mil personas requieren cuidados paliativos en México, pero solo el 3% lo reciben. Las primeras causas de muerte a nivel nacional están asociadas a enfermedades del corazón, diabetes mellitus y tumores malignos, condiciones crónico-degenerativas frecuentes. En México, la mayoría de las defunciones totales, 48.6%, ocurrieron en el hogar en 2022”.
“Es importante que platiquemos sobre la muerte, que lo hagamos de forma natural con los niños. La muerte nos recuerda que debemos disfrutar de la vida, no nos debe espantar y es inevitable”, comentó Ruiz Ramírez. Expuso que las preguntas básicas al respecto son ¿Cómo nos gustaría morir? ¿Qué características me gustaría que tuviera mi proceso de final de vida? y ¿A quién le encargaría que se cumplieran dichos deseos?
En relación con lo anterior, Francisco Javier Mesa Ríos, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, sostuvo que las personas con enfermedad mental requerirán en mayor o menor grado un sistema de cuidado en cualquier momento de su vida. Necesitarán que las personas a su alrededor estén listas para cuidarlas porque, además, tienen un sufrimiento, “ahí es donde debemos estar listos como país, como nación, como sistema de salud para saber que no solamente es algo que debe estar en los hospitales, también tiene que estar en las casas y en las comunidades”.
Finalmente, Luz Adriana Templos, directora de Cuidados Paliativos del Hospital Gea González, señaló que la educación basada en competencias es un modelo que se elabora desde los distintos centros académicos para poder tener excelencia en el trabajo. “Básicamente consiste en poder formar una persona para que tenga habilidades cognoscitivas, emocionales y mentales para poder ejecutar una tarea”.
Subrayó que, en México, la inclusión de Cuidados Paliativos en el currículo de pregrado de medicina es menor al 25%. “A partir del próximo año, se impartirá una nueva especialidad en Medicina Paliativa. La visión de la UNAM está muy enfocada al manejo, control y tratamiento de los síntomas de niños y adultos”.
En la foto de portada: María Elena Medina-Mora
Fotos: El Colegio Nacional