Por: ANDY S. K. BROWN
El acuerdo que no pudieron alcanzar los funcionarios de los gobiernos federal, del Estado de México y de Puebla –todos de Morena– lo logró la periodista Carmen Aristegui: los manifestantes que bloquean la autopista México-Puebla accedieron a abrirla parcialmente, durante un par de horas, para permitir que los vehículos llegaran a su destino.
Mientras López Obrador se dedicaba en su mañanera a deslegitimar la protesta de los ejidatarios, a insultarlos al inferir que son manipulables, la conductora de Aristegui en Vivo puso a dialogar a David Gamboa Estévez, dirigente de los transportistas agremiados en la ANTAC, y al representante legal de los ejidatarios demandantes de una indemnización, Ignacio López Rayón, quien aclaró que no es abogado.
Gamboa Estévez dio cifras: En las 48 horas que llevaba hasta la mañana den viernes 9 de agosto el paro total de los carriles de la vía de comunicación fueron afectados 100 mil transportes de carga y se calculan pérdidas por 4 mil millones de pesos cada día, por la pérdida de productos perecederos, principalmente.
Y ahí en el encuentro radiofónico López Rayón se comprometió a llevar la propuesta del líder transportista a sus representados quienes minutos después accedieron a liberar un par de los carriles ocupados, como lo había propuesto Gamboa.
AMLO, mientras tanto seguía en la necia, como acostumbra. Decía que su Administración no se dejaría chantajear y que pagaría conforme al avalúo original…
… ¿cuándo al peso todavía no le quitaban tres ceros?
El diálogo propiciado por la periodista Aristegui destrabó parcialmente el conflicto… lo que no pudieron o no quisieron alcanzar los dizque gobernantes.
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También en Chiapas la llamada autoridad es suplida por la población civil.
Desde el miércoles grupos de autodefensas civiles desfilaron con fusiles al hombro por los municipios de Solosuchiapa, Ixtacomitán, Ixhuatán, Pueblo Nuevo y Rayón, al norte de la entidad.
¿El Ejército? ¿La Guardia Nacional? ¿Las fuerzas policiacas estatales y municipales?
¡Bien, gracias!
Si no están coludidas con los violentos criminales, cuando menos sí están ausentes de los problemas de seguridad que enfrentan esos hermanos chiapanecos.
Tomar las armas por cuenta propia presagia más violencia, ya que estos civiles proclaman no permitir que los delincuentes ingresen a sus poblaciones.
Por supuesto, no lo harían pidiéndoles amablemente que los dejen en paz.
Y a todo esto, ¿cómo se llama el individuo que dizque gobierna en Chiapas? ¿También es de Morena?
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Un Ricardo Monreal totalmente desconocido es quien a últimas fechas aparece en medios de comunicación, ya que sea en artículos con su firma, en declaraciones o en entrevistas.
Ya no es aquel rebelde que se enfrentó con pantalones a Ernesto Zedillo, abandonó al PRI y, pese a la oposición presidencial, llegó a la gubernatura zacatecana.
Ya dejó de ser el crítico de López Obrador y el opositor feroz de Claudia Sheinbaum.
Ahora hasta ha echado al bote de la basura sus entorchados académicos, pues un doctor en Derecho –que además da clases en la UNAM a doctorantes en la materia– no avalaría la derogación del amparo ni, mucho menos, la Reforma Judicial en los términos que propone AMLO.
Lo peor es que lo hace con tal zalamería que lo hace irreconocible.
¿Qué le pasó al Monreal original?
Dicen que una mala influencia de apellido Farah es quien lo transformó.
¿Será?
@AndySKBrown1
De
