«La Grilla en Rosa» de Fabio (versión que vuelve al carril de la actividad)
Oigan, nomás se va uno tantito, a atender asuntos propios de mi tesis sobre la vida sexual del león de melena negra del chiste de Polo Polo, y hacen el país un desbarajuste.
Como diría el insigne anatomista, que suponemos inglés, Jack el Destripador: vamos por partes. Empiezo con el gandallismo de los muy supuestos ejidatarios de un pueblucho de Puebla que cerraron por días la importantísima carretera México-Puebla, valiéndoles gorro a quienes dejaran atorados-secuestrados-hambreados-sedientos en sus ridículas demandas de que les paguen al precio que creen que valen sus tierras. ¿Hubo alguien tanto del desgobierno estatal como del federal que hiciera algo para remediarlo? Nadie.
Y más cuerda les dio el vándalo número uno de este pedazo del mundo, que lejos de responder como se debe, quitando con policía al grupo de delincuentes, hasta los instó a que se quedaran bloqueando la vía el tiempo que quisieran. Al cabo en Palacio la vida es más sabrosa (y gratis para un haragán profesional como el macuspano).
A ese grado de indefensión estamos. Los delincuentes hacen con toda la protección del desgobierno, mientras los ciudadanos ven impotentes cómo el morenarquismo sigue infectando todo.
Por otro cachete, un poco de exceso de buena labor de Tláloc-Chac en su chamba de traer la necesaria agua al antes reseco México ha dejado muchos puntos del país remojándose en aguas pluviales y de las otras.
Ya van casi tres semanas que los habitantes de amplios sectores de Chalco reciben el mismo tratamiento privilegiado de los tabasqueños aún no tienen negocios con los hijos del mesías pero vendieron el c(h)ulo por lentejas para que su papito y ellos siguieran robando bien agustín. Así, están inundados en aguas de drenajes llenos de popodrilos y cacaimanes.
Los mexicanos que seguimos dolidos por el fraude electoral que avaló nuestra candidata en vez de oponerse a él, reaccionamos de manera parecida al drama chalquense: querían Morena, ¿no? Su municipio se dejó ir en votos comprados a las urnas para favorecer a la títere, de modo que si ahora los inutilísimos morenarcos los tienen nadando hasta el cuello en medio de miasmas, no se quejen. Por eso votaron, así que ahora disfruten su inteligente decisión electoral por la continuación fraudulenta por el oficialismo.
Por otro cachete, al mesías le enoja que los gringos nada le dijeron sobre cómo, cuándo y dónde le detuvieron a su otro patrón, el Zambada, y lo tienen en ascuas con las revelaciones que va a hacer. Porque, ya se vio con una simpática primera carta del capo por medio de su abogado: no va a joder a los presidentes pasados; va contra el narcopresidente actual, y ese papel se lo asignó a web el Dios de Dios, Luz de Luz, pejendrado, no creado.
El raspón a Pejito vino, en primer lugar, vía el primer y auténtico narcogobernador en México, alias un patán protector de abusadores sexuales llamado Rubén Rocha Moya. Este hijo de su Badiraguata -es paisano del Chapo y del Mayo, fíjate qué suave-fue acusado por Zambada de tenderle una celada a él y a otro ex gobernador y ex rector de la universidad sinaloense, Héctor Melesio Cuén, quien además era enemigo de toda enemistad del narcogobernador.
Zambada terminó detenido y extraditado en txinga por los gringos, mientras que a Don Héctor le dieron chicharrón a golpes y balazos el mismo día de la detención del capo, y su cuerpo fue ilegalmente incinerado por la fiscalía del narcoestado de Sinaloa para borrar todas las pruebas de su asesinato.
Otro simpático detallito: un comandante de las policías que se supone comanda el narcogobernador para cuidar a la población (jajajaja) era el guarura oficial de Zambada.
O sea, el desgobierno federal y el estatal hacían como que buscaban al narco a la vez que lo tenían bien protegidito con cuicos pagados por el erario. Oh, Badiraguato, mon amour…
¿Cómo reaccionó la bufalada oficialista? Publicando un desplegado luego de que su diosecito defendiera a mi pobre narcogobernadorcito de lo asegurado por Zambada. ¿Resultado? Todo mundo le cree al capo.
Este lunes, ese tipo que celebró y dio por ciertas todas y cada una de las aseveraciones que contra su odiado Genaro García Luna hicieron narquitos protegidos, como son ahora Zambada y otros, «exige» a Estados Unidos que «demuestren» las acusaciones que hagan (ojo con el tiempo verbal; que hagan, es decir, insiste en defenderse y desmentir lo que aún ni siquiera se sabe si ha sido declarado) sobre funcionarios mexicanos -o sea, el mesías-, porque si no eso es «violación a la soberanía».
¿Sacarle sus verdades al narcopresidente en base a los testimonios de los narcos que protegió hasta que se los birlaron los gringos, ya es «violación a la soberanía»? Me parece que es en realidad sacar a la luz los negocios y amarres que hizo y cumplió a la delincuencia organizada para que le aseguraran llegar a la silla. Y eso es delito, nene. Muy grave.
El punto es que el mejor comprador de mediocridad mexicana para votar por Morena está que se hace chiquito porque a su narcosanto le va a llegar su fiestecita, y su amiguis ‘Trun’ no podría salvarlo porque éste ya no tiene seguridad alguna de repetir en el puesto porque Kamala Harris le salió más brava y respondona que Joe Biden, afectado ya por episodios de pérdida senil de memoria.
En medio de todo esto, un vendido y vergonzoso tribunal electoral avaló no sólo el fraude electoral del mesías y su títere, si no que incluso, tiró a la basura con todo y pruebas las descaradas intromisiones electorales que antes, durante y después de las elecciones hizo AMLO para imponer su maximato.
La actual presidenta del TEPJF, una vieja de apellido Soto, cumplió su misión de borrar las ilegalidades del oficialismo a la elección.
Eso sí, no hay constancia de mayoría que le quite lo títere y copiona a la sin chiste Sheinbaum. No ha habido separación, ni por medio milímetro, de la agenda destructora, discurso, dichos, tarugadas y hasta el tiple tabasqueño de su titiritero. Ni la habrá, dijo el otro. Ser una cosa que obedece sin chistar todo lo que diga su creador es la clave de su carrera.
No sé por qué hay quienes celebran que hay una mujer en la presidencia. Olvidan mencionar cómo la impusieron, las ilegalidades de su eterna campaña y de la compra de votos, y las reiteradas violaciones a todas las leyes para que se concretara el relevo, titiritero-títere.
A ella sí le queda, y muy bien, la palabrita «espuria», que con tanta rabia le escupía a Felipe Calderón en el 2006, con el cuento del fraude al pobrecito salvador de la patria que nunca existió.
En fin. Vuelvo y son puros corajes; no me cuquen o me voy de nuevo.
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