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El Grito 2024

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión independentista)

-Tendremos que ir a coger gachupines, dadas las circunstancias que obligan a ello -dijo muy serio el Padre Hidalgo en el cuartel general de Novohispanos Sediciosos, SA-. El Maximato nos ha ganado de todas todas por goliza y sin salivita.

-Nomás aclarad si estáis usando el verbo con la acepción de la Real Academia, o en el sentido que le dan los mexicanos más albureros de un mercado de abastos -pidió Miguel Allende, que era medio califas.

-Por supuesto que como sinónimo de capturar a los miembros del Maximato y liberar a lo que queda de nuestra nación de las corruptas garras del Virrey NuevaCuba López.

-¡Ahjijoesuchi! -dijeron todos en coro, con cara de verdadero desánimo.

-¿Qué, no quieren entrarle? Porque si es así, en vez de andar dando gritos me pongo una borrachera patria mientras me voy a un bar a ver la pelea del Canelo acompañado por unas novohispanas que conocí en OnlyFans.

Quien se animó a decir algo fue Nicolás Bravo:

-Ya no estoy muy seguro si ser oposición es negocio en este tiempo. Nuestros partidos políticos son fardos a los que se aferran rateros como Miguel Ángel Yunes, papá e hijo, que nos dan unas quemadas peores que aparecer en la Casa de los Babosos, digo, Famosos. Si el plan es la borrachera patria, yo pongo una bolsa de botana.

-Debidamente ordenada y con sus ingredientes en su lugar -dijo Josefa Ortiz de Dominguez, quien no podía contener su compulsión de corregir todo.

Miguel Hidalgo estaba sacado de onda por la falta de entusiasmo de los Héroes de la Patria. Era comprensible después de todos los fraudes monumentales que el Maximato había hecho en menos de cuatro meses desde las últimas elecciones, pero no esperaba que sus conspiradores fuesen víctimas de la depresión postelectoral.

-Bueno, ¿pero qué mosco os ha picado que mostráis semejante actitud? A fe mía que jamás en estos dos siglos de vida medio independiente os había visto tan abúlicos y sin ganas de cumplir vuestros deberes de héroes patrios de cabecera. Os recuerdo que tenemos un contrato firmado que debemos cumplir a pie juntillas.

Todos los conspiradores se vieron entre ellos, e Ignacio Aldama finalmente inquirió al Padre de la Patria.

-¿Qué, no sabéis, o estáis de broma y queréis vernos la cara de merluzos?

El padre Hidalgo hizo su mejor cara de «¿Ah, chingá?».

-¿De qué me habláis?

-De que el Maximato cometió todos los delitos habidos en todos los códigos penales de la Nueva España y de aquí hasta Gunung Padang en Indonesia, y destruyeron el Servicio Patriótico de Carrera como parte de la venganza del virrey NuevaCuba López porque no le habéis aplaudido cuando estaba presentando sus Otros Datos imitando la voz de «Chuponcito».

-Que a mí no me hizo ni la mínima gracia, donde la hubiere -replicó Hidalgo-. Es tan chistoso como ser decapitado por los realistas y ser exhibido en la Alhóndiga de Granaditas.

-Pues el Maximato ha mayoriteado la iniciativa para que cualquier animal sea Héroe Patrio aunque no llegue ni a salario mínimo en civismo y amor a la Patria. Con eso, nos sacaron de circulación y ahora la plebe de pelados será la que elija quién es héroe patrio y quién no.

Miguel Hidalgo se puso lívido. No esperaba semejante bomba informativa, y menos antes de zamparse un chocolate con churros que acostumbraba para conspirar y gracias a lo cual la faja que usa en su traje de héroe ahora es más ancha.

-¿Y cómo es que no me enteré de semejante pecado mortal contra nosotros?

La Corregidora fue puntillosa:

-Si dedicarais más tiempo a vuestras labores de héroe de la Patria en vez de andar de influencer haciendo bailecitos en bikini en TikTok, vuestros sentidos habrían estado menos distraídos.

El comentario llegó justo cuando Hidalgo les iba a presumir que su último video había tenido 7 millones de vistas, pero consideró que ya no tenía caso presumir sus redes sociales.

Tras pasear de un lado a otro de la habitación, el Padre Hidalgo dijo lo único que era posible decir en un momento tan definitorio como ese:

-¿Y ‘ora?

-O cambiamos de país al cual independizar con el mismo contrato y prestaciones, o nos resignamos a que te sustituyan por el asesino Ché Guevara, a la Corregidora por la esposa de Daniel Ortega y a mí con Nicolás Maduro.

-O peor: que los héroes de la Patria salgan de las filas del Maximato, y ahora hasta los juniors de NuevaCuba López se turnen para ser el Pípila.

-Y que el nuevo José Joaquín Fernández de Lizardi sea Epigmenio Ibarra.

Hidalgo se dejó caer de sentón en la silla de conspirar. Se unió a la ola de desánimo de sus conspiradores. Nunca esperó que un ignorante resentido acabara con sus días como símbolo de la Independencia mexicana.

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