Por Guillermo Barba*
Tanto en México como en Estados Unidos, los bancos centrales se enfrentan a dilemas en sus respectivas políticas monetarias. Por un lado, el Banco de México (Banxico), según las minutas más recientes, está evaluando activamente la posibilidad de mayores recortes en las tasas de interés, una medida que se alinea con la persistente desaceleración económica del país.
Mientras tanto, la Reserva Federal ha mostrado señales de cautela respecto a sus propios recortes, debido a la incertidumbre sobre la inflación, que sigue siendo un riesgo latente.
En la más reciente discusión de la Junta de Gobierno del Banco de México, al menos dos de sus miembros ya han planteado la posibilidad de que se aceleren los recortes a la tasa de referencia, actualmente en 10.50%. La moderación de la inflación subyacente y la percepción de que los choques de oferta se están disipando crean un ambiente propicio para más reducciones en la tasa de interés, según argumentan algunos subgobernadores.
Sin embargo, no todos comparten este optimismo. Jonathan Heath, uno de los subgobernadores más conservadores y “halcones” contra la inflación, argumentó que aún es necesaria cautela debido a los riesgos de volatilidad y a la persistencia inflacionaria en ciertos sectores, como los servicios.
Lo relevante aquí es que, aunque existe un consenso en que la política monetaria debe continuar con una tendencia de flexibilización (baja de tasas), hay diferencias en cuanto a la magnitud y la rapidez de los recortes.
BNP Paribas estima que para finales de 2024 la tasa podría llegar al 10%, con mayores recortes en 2025 que la situarían cerca del 8%. Esto implica que los instrumentos de renta fija en pesos, como los CETES, perderán cada vez más su atractivo, ya que las tasas más bajas se traducirán en menores rendimientos reales.
¿Qué pasa con la Fed?
Mientras en México se discuten recortes adicionales, la situación en Estados Unidos es distinta. Aunque la inflación ha mostrado señales de desaceleración, cayendo al 2.4% en septiembre, aún hay incertidumbre sobre su trayectoria a largo plazo. Las actas de la última reunión de la Reserva Federal revelan que los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) siguen preocupados por la inflación subyacente. Si bien se espera que la Fed realice un nuevo recorte de 25 puntos base en noviembre, algunos miembros han señalado que el ritmo de los recortes podría moderarse si la inflación no se mantiene bajo control.
Más y más “impresión” monetaria
Lo que queda claro es que nos encontramos en un innegable y evidente ciclo monetario expansivo a nivel global, impulsado por la necesidad de liquidez en un entorno de crecimiento económico débil.
La tendencia general hacia la relajación de las políticas monetarias en México y Estados Unidos parece inevitable, aunque con diferencias en su velocidad y magnitud.
Por lo anterior, los inversionistas deben ser cautelosos con los instrumentos tradicionales de renta fija, especialmente los denominados en pesos, que perderán atractivo a medida que las tasas continúen disminuyendo y los riesgos sobre el tipo de cambio se incrementen.
Es relevante asimismo mencionar la advertencia que hizo el Banco de Pagos Internacionales (BIS) sobre el nearshoring en México. Aunque este fenómeno ha generado entusiasmo en el país, el BIS cuestiona la falta de evidencias tangibles que respalden una tendencia robusta de relocalización de empresas.
El informe del BIS asegura que a pesar del crecimiento del sector manufacturero, la Inversión Extranjera Directa (IED) no ha mostrado un desempeño significativo, lo que plantea dudas sobre la sostenibilidad del nearshoring como motor de crecimiento en México.
Estos factores, sumados a las proyecciones inflacionarias y las decisiones de política monetaria, sugieren un entorno económico complejo.
Una llamada de atención para los inversionistas
A medida que los instrumentos de renta fija pierden atractivo, los inversores deberían diversificar hacia inversiones que puedan beneficiarse de un entorno inflacionario y de incertidumbre económica. Activos como materias primas, el oro, y activos digitales como el Bitcoin se presentan como opciones más seguras y con mayor potencial de ganancias de capital.
Dado que las perspectivas apuntan hacia una inflación más alta e inestable en las próximas décadas, este tipo de activos se beneficiará de la continua inyección de liquidez en los mercados, favoreciendo a los inversionistas que sepan posicionarse de manera estratégica.
*Economista y autor de TOP MONEY REPORT
Guillermo Barba se posiciona en el Top de Influencers financieros de EUA, España y Latinoamérica