En ningún caso habrá una relación personal con la presidencia mexicana, sino a través de las agencias y las secretarías.
*A unos días de que se defina quién ocupará la Casa Blanca, Roberto Zepeda Martínez, Estefanía Cruz Lera y Juan Carlos Barrón Pastor analizaron los probables escenarios para nuestro país
La elección presidencial en los Estados Unidos está tan cerrada que en estos momentos es difícil adjudicar el triunfo a Kamala Harris o Donald Trump, señalaron académicos del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
En la conferencia de prensa a distancia “Elecciones en EUA: la recta final”, Roberto Zepeda Martínez señaló que hoy las tendencias no permiten dar un ganador claro, sino que hay un empate técnico, considerando a las principales encuestadoras.
La política estadounidense es compleja y la carrera presidencial aún no se decide. “La moneda está en el aire, pero hay que estar preparados para un eventual triunfo del candidato republicano Donald Trump”, quien en días recientes ha tenido una ventaja en las encuestas.
El triunfo de la demócrata Kamala Harris, aclaró, no significa que sea lo mejor para México, entre otros aspectos, porque en el ámbito comercial, siendo senadora, votó en contra del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). También hay que recordar los desencuentros en el rubro de seguridad que ha habido con la administración estadounidense, de la cual la aspirante forma parte, y políticas migratorias de ambos partidos que, en la realidad, son restrictivas y se han endurecido en los últimos años.
Estefanía Cruz Lera recomendó guardar la calma; a lo largo de la jornada electoral del próximo martes los resultados preliminares se moverán constantemente, por lo que habrá que esperar a que los conteos finales se oficialicen.
Mientras tanto, como mexicanos nos toca mantener una política exterior congruente, apelar a nuestros principios y trabajar sobre los grandes temas de la relación bilateral de forma cooperativa. Entre las dos naciones hay una asociación inevitable, de la cual ambos tenemos beneficios y perjuicios, y lo que suceda en las urnas del vecino país del norte nos afecta. Pero ante cualquier escenario se necesita una estrategia y trabajo, precisó.
En tanto, Juan Carlos Barrón Pastor, secretario académico del CISAN, afirmó que se ha visto una carrera presidencial polarizante, y ahora viene un periodo, en el corto plazo, en el cual se va a requerir la diplomacia, no solo para el momento en que se anuncie quién ocupará la Casa Blanca, sino de aquí al 20 de enero cuando se lleve a cabo la juramentación presidencial.
Zepeda Martínez añadió que, de 2000 a la fecha, 38 estados han votado por el mismo partido; y hay siete, entre ellos Pensilvania, Michigan y Wisconsin que son clave porque se podrían pintar de rojo (a favor del Partido Republicano) o Azul (con votos para el Partido Demócrata); aunque al parecer hay una ligera ventaja hacia Trump.
Detalló que el tema de la economía es fundamental para el electorado. Durante el periodo de Joe Biden, aunque esta creció, la tasa de inflación fue de 20 por ciento en promedio, en comparación con nueve por ciento de la administración Trump. Es decir, hubo pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora en los últimos años, y eso podría definir las preferencias electorales, entre otros temas.
Nuestro país, puntualizó Roberto Zepeda, deberá prepararse para la renegociación del T-MEC el próximo año, en especial ante la amenaza del magnate de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas. Es conocida por todos, la gran dependencia que tiene México de Estados Unidos: casi 50 por ciento de nuestras importaciones provienen del vecino del norte, y es el principal inversor (se habla al menos de 10 millones de empleos directos e indirectos), por ejemplo.
“Ahora vemos a un Donald Trump con amenazas más contundentes”. En caso de ganar habrá que esperar a ver cuáles serán sus políticas, pero se advierte mayor presión en ese tema y otros, como migración (con el anuncio de deportaciones masivas) y seguridad (donde se habla de intervenciones que constituyen un riesgo para la soberanía de nuestra nación), agregó el universitario.
Estefanía Cruz explicó que la tasa actual de voto anticipado, más baja inclusive que en las elecciones de hace ocho años, denota que los electores aún están indecisos y que hasta el momento de ir a las urnas definirán su sufragio. Además, el de las minorías ha dejado de ser “de bloque”; en los latinos, por ejemplo, la preferencia por Kamala Harris está siete puntos porcentuales por debajo que la de Biden, y 18 por ciento en el caso de los afroamericanos. “Lo que sí la favorece es el voto de las mujeres”.
La especialista coincidió en señalar que el gobierno de México debe estar preparado para cualquier ganador, y trabajar como socios, ser propositivos, “ser nosotros los que llevemos la batuta de la relación bilateral”.
Ambos candidatos son “muy duros” con México: Trump con su retórica racista y antiinmigrante, y Harris porque dice que el nuestro es un país corrupto que ha permitido que los cárteles de las drogas se expandan, junto con la violencia. “Ninguno es abiertamente amigable”, por lo que habrá que enfrentar los retos de la relación, incluso en contextos adversos como los que podrían venir, aseveró Cruz Lera.
Calificó como “un alivio” que las dos secretarías del gobierno mexicano más vinculadas con EUA (Relaciones Exteriores, así como Economía) tienen al frente, respectivamente, a Juan Ramón de la Fuente, quien formó parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante la administración de Trump, y a Marcelo Ebrard, quien fungió como canciller también en ese periodo.
Ambos conocen a detalle al magnate y al mismo tiempo han trabajado con la administración de Biden, por lo que mantendrán los canales de comunicación abiertos. Y en ningún caso habrá una relación personal con la presidencia mexicana, sino a través de las agencias y las secretarías. “Hay posibilidad de que la relación fluya de manera adecuada”, consideró Cruz Lera.
Juan Carlos Barrón estimó que la campaña de Harris ha sufrido en las últimas semanas debido a las dificultades para posicionar su discurso en materia de justicia social. Se ha centrado en decir que sería mala idea no ir a votar, mientras que el expresidente Barack Obama ha llamado a la población activista para que se manifieste a favor de la demócrata; sin embargo, no han logrado que eso se muestre en las encuestas.
Fotos: UNAM