Columnas

Vittorina López Hilario*

Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares

«En mi familia nos gustamos mucho»

*Por Zakie Smeke

En mi familia nos gustamos mucho, nos dice Vittorina López Hilario. De seguro, pensó en amuzgo, su lengua materna. Siento curiosidad y le pregunto, ¿nos gustamos? Sí, me dice, y rectifica, nos apoyamos mucho. Me agradan sus tropiezos de lenguaje porque en realidad su español es muy fluido. Ella es una mujer bilingüe. Maestra del arte textil en telar de cintura. Madre de familia y dedicada a mejorar la calidad de vida de su comunidad. Aprendió el idioma español para comunicarse con sus clientes. «Me costó mucho hablar el español, pero gracias a las salidas a la ciudad para ofrecer nuestros productos lo fui aprendiendo al escuchar a las personas».

Cuando llegué a la entrevista, Vittorina estaba sentada frente al telar de cintura, atado a un árbol, tejiendo un producto que tenía que entregar para un museo de la CDMX. Ella estaba concentrada en su trabajo, pero de manera muy amable, me recibió y comenzamos a platicar.

El centro de su trabajo consiste en elaborar los huipiles tradicionales hechos con telas tejidas en telar de cintura, además otros productos como manteles, bufandas, sacos. Aunque los huipiles pueden parecer iguales, nos dice Vittorina, cada uno de ellos presenta una gran variedad de dibujos y de colores que dependen de la habilidad del creador y de la disposición de grupos específicos de motivos y colores. Los huipiles son piezas originales y únicas y eso los hace diferentes de la vestimenta moderna y actual de las mujeres citadinas.

El huipil tradicional es de muchos colores y lo trabaja una sola artesana porque cada uno lleva tres lienzos y si lo tejen diferentes personas no queda igual. Influye la manera de sentarse de la tejedora, cómo se amarra el telar de cintura si más tenso o más suelto. 

¿Cómo se visten las mujeres en las festividades de la comunidad? Cuando hay fiesta en el pueblo o patronal todas las mujeres visten huipiles de diferentes colores. Cada familia tiene sus colores. El mío es el azul plumbago y otros tienen el azul rey, el verde. Cada huipil lleva siete colores.

El tejido en telar de cintura se está vinculado al proceso agrícola en el cual participa toda la comunidad. La siembra del algodón comienza en el caluroso mes de agosto. Después la limpia del algodón dura una o dos semanas. Para noviembre el algodón florea y ver las flores de los distintos colores del algodón como son el rojo, el amarillo, el blanco amarillento es maravilloso. Para diciembre ya están casi todos abiertos y empieza la recolección. En enero recogemos todos los frutos y ahí se termina la cosecha de algodón. Nosotras lo secamos bien y lo guardamos porque de ahí obtenemos los hilos que vamos a utilizar. También de lo que guardamos vamos sacando la semilla para volver a sembrar en agosto. También es una forma de prevenir la producción porque el algodón está expuesto a las lluvias y cuando llueve mucho como ahora pues todo se pudre y tenemos que esperar a la nueva cosecha. Entonces trabajamos con el material que guardamos. 

La gasa es un tejido de algodón más abierto. Sobre la gasa se borda, pero en realidad, es un brocado porque montan los hilos de uno por uno y los tensan sobre el telar, posteriormente entrelazan los hilos de diferentes colores, dando como resultado una obra única. Los tejidos de algodón son más cerrados. Mezclamos los colores. El tejido liso es fino, pero cerrado y la gasa es un tejido abierto. Podemos hacer cualquier color y mezclarlos. Básicamente los colores que utilizamos son el blanco, el verde y el coyuchi, que designa a los distintos tonos pardos, desde un beige claro hasta un color canela.

Xochistlahuaca significa llanura de flores y puede ser que por eso los huipiles llevan flores para hacer referencia a su lugar de origen. El tejido en telar de cintura sobrevive como una labor propia de las mujeres amuzgas; aunque, en la actualidad también los hombres de la comunidad además de sus labores en el campo, tejen. Este tipo de telar se utiliza para tejer textiles a mano y es conocido por su portabilidad y versatilidad. El telar de cintura se sostiene a la altura de la cintura con una correa, lo que permite a la tejedora moverse libremente mientras trabaja.

Nos cuenta que en la comunidad el proceso que culmina en la elaboración de una prenda comienza desde la siembra del algodón. Después viene el hilado que es una actividad que se realiza de manera compartida en familia.

Ella recuerda que en su infancia cuando aún no había luz en el municipio de Xochistlahuaca, llanura de flores, anochecía y a la luz de las estrellas, ella con sus hermanas se sentaban a hilar en compañía de su madre quien les repartía las tareas. Mi mamá limpiaba el algodón para abatanarlo para que conserve la humedad y la temperatura necesarias. Para abatanar el algodón tiene que poner hoja de plátano seca muchas y después lo amarra y después le pone petate para después quitarle la semilla y así ya está preparado.La gran sorpresa con la que las niñas jugaban incluso a apostar consistía en adivinar de que colores serían los brotes de la planta de algodón. Las niñas estábamos atentas y tratábamos de adivinar de que colores serían los frutos, eso era muy divertido. 

La maestra de este arte popular, Vittorina López Hilario, imparte clases de telar de cintura desde, hace 27 años en la ENCRyM, (Escuela de Restauración del INAH). También enseña en la Casa de Cultura del pueblo. Hay quienes dan clase de música y yo doy clases de tejido para transmitir este arte popular a las nuevas generaciones para que esta técnica ancestral perdure. Yo siempre enseño a las niñas que quieren aprender porque sus madres ya no quieren tejer porque se quieren dedicar a otras actividades.

¿Vittorina, cómo te sentiste cuando recibiste el Premio Nacional de Arte Popular (2015) que te entrego el presidente Enrique Peña Nieto? 

Pensé que tomaron en cuenta nuestro trabajo y todo lo que hacemos. Es un reconocimiento a la persona, la verdad un gran agradecimiento. Estaba muy contenta con mi trabajo de tejido. También El Festival Original nos apoya y reconoce nuestro trabajo. Es un gran apoyo para nosotros.

* Victorina López Hilario, ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015 en la categoría Artes y Tradiciones Populares y la C. Florentina López de Jesús (1939 – 2024) cuando recibieron los premios de Arte Popular, Fonart 1991 y el Nacional de Artesanías de Secofi en 1993, respectivamente (Gob. de Gro 2018).

****Zakie Smeke, Doctora en filosofía política, maestra en periodismo y psicoanalista

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