
Sebastián Godínez Rivera
El magnate sudafricano Elon Musk no solamente se ha convertido en un referente del imperio económico de Tesla, Space X o X (antes Twitter). El empresario se estrenará en 2025 como titular del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental para la segunda administración de Donald Trump.
En esa cartera el magnate se encargará de reducir gastos, reestructurará dependencias y asesorará a las oficinas encargadas del presupuesto en la Casa Blanca. Esto no es una tarea menor, sobre todo, porque Musk es un perfil que aspira a derribar las barreras estatales para que haya un crecimiento de la fortuna (su fortuna). Que Musk ocupe un espacio en el gabinete no es por su experiencia o aptitudes, sino que es leído como un pago por su respaldo a Donald Trump durante su campaña.
Recordemos que luego del asalto al Capitolio el 6 de enero del 2022, cuando partidarios del trumpismo movilizados por la teoría del fraude entraron al congreso. La entonces red social twitter cerró la cuenta del presidente Trump por incumplir con las normas de convivencia y apelar a mensajes de odio. Luego, Musk compró la empresa y uno de sus primeros actos fue regresar la cuenta a Trump, a quién señaló de ser censurado.
Durante la campaña de 2023-2024 el dueño de Tesla utilizó sus recursos económicos y humanos para hacer campaña a su favor. La llegada de Trump a la Casa Blanca solo desnuda (aún más) los nexos entre el poder político y el económico como motor de los políticos estadounidenses. Empero, Musk no se ha conformado con la cartera y el poder que tendrá en el gobierno que está por iniciar, sino que ha decidido extender su influencia a Europa.
A finales del 2024, Musk anunció que apoyaría económicamente al partido inglés, Reform UK (antes del partido del Brexit) el cual es dirigido por Nigel Farage. Este instituto político está dispuesto a desafiar a los conservadores y aspira a ganar espacios de representación para volcar al Reino Unido al nacionalismo. Tras el declive electoral de los tories en 2024, Reform UK aspira a llenar ese vacío y convertirse en una fuerza relevante.
El apoyo económico de Musk no solo tiene que ver con el capital que de acuerdo al The Times of London versaría sobre los 100 millones de dólares. En un análisis más prospectivo, lo que el magnate aspira es a consolidar una serie de partidos y liderazgos que podrían fortalecer el discurso antisistema; mientras los tories siguen aturdidos por la derrota electoral, el nacionalismo inglés se está moviendo para consolidarse como una opción política.
Sin embargo, no es el único país en el que Musk ha puesto los ojos, sino también en Alemania; el dueño de X declaró que apoyará económicamente al partido nacionalistas Alternativa por Alemania que tuvo un crecimiento en las intenciones del voto. El millonario se ha entrometido en la política interior y ha atacado al canciller, Olaf Scholz y cuestionado a la burocracia. También ha defendido sus posturas ideológicas y ha defendido la política de exclusión de inmigrantes, a quienes señala de desprestigiar la cultura occidental. Como podemos ver, el millonario aspira a consolidar una red de líderes que rechazan las reglas de la democracia liberal y apuestan por la mano dura, el carisma y la visión proteccionista. Sin embargo, esta no es la primera vez que Musk tiene acercamientos con líderes mundiales o personajes.
En 2023 cuando ganó la presidencia argentina el libertario Javier Milei, elogió su programa económico y ha tenido reuniones con él. El ejecutivo sudamericano tampoco ha tratado de ocultar sus simpatías por el empresario; también ha intercambiado elogios con el presidente salvadoreño Nayib Bukele. En 2024, el magnate señaló a Bukele como un “líder increíble”; la plática se dio en medio de los planes para fortalecer el bitcoin e invertir en la inteligencia artificial.
En este tenor, Musk ha logrado estrechar lazos con personajes del subcontinente, empero, lo hizo como empresario. Ahora, desde el nuevo departamento de Estados Unidos, tendrá mayor poder para tejer redes y alianzas con políticos y partidos de todo el orbe que puedan formar un bloque iliberal. Sobre todo, porque Elon Musk se ha convertido en uno de los máximos promotores de la ola autoritaria que recorre el mundo; si bien, no en todas las naciones si en algunas que tienen liderazgos afines.
Por ejemplo, tras las fraudulentas elecciones de 2024 en Venezuela fue señalado por el tirano Nicolás Maduro de ser enemigo de la revolución, militar en la extrema derecha y encabezar ataques cibernéticos contra ese país. Musk solo respondió con burlas e incluso se sumó al reto de pelear con el dictador sudamericano, apostando que si Maduro ganaba entonces el empresario lo llevaría al espacio gratis, pero si era al revés Maduro debería renunciar a su cargo.
Como si de un pulpo se tratara, Musk estirará su influencia en cuanto inicie el mandato de Trump; sin embargo, nadie ha podido dilucidar hasta qué punto pueden llegar y las repercusiones que tendría.
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Para DeReporteros