
Sebastian Godínez Rivera
Las polémicas elecciones por la presidencia de Rumanía han dado mucho de qué hablar, al punto que fueron anuladas por el Tribunal Constitucional debido a que se encontró injerencia rusa. El ganador de la primera vuelta fue Calin Georgescu, un personaje asociado al populismo nacionalista, el radicalismo y su cercanía a Vladimir Putin, presidente de Rusia. Hablar de este personaje no es un elemento menor, al contrario, es muestra de uno de los nexos de Putin con otros personajes de la región.
Georgescu fue representante de Rumanía ante la comisión ambiental de la Organización de las Naciones Unidas de 1999-2012. Sin embargo, así como varios personajes que surgieron durante la democratización de sus naciones, en el siglo XXI cambió de posición política y se unió con los nacionalistas de la alianza Unidas por Rumanía. En 2022 fue expulsado del partido porque sus correligionarios lo acusaron de ser prorruso y crítico de que el país continuara formando parte de la OTAN.
El político rumano no ha tardado en rendir tributo a los líderes fascistas que surgieron en Rumanía entre 1930 y 1940. Esto revela un elemento fundamental de su pensamiento político, puesto que las derechas pueden ser analizadas de acuerdo a sus raíces ideológicas. El politólogo Cas Mudde ha señalado que algunos partidos como el entonces Front National de Francia, el Partido de la Libertad de Austria y Vox de España buscan reivindicar discursos que surgieron durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial.
Es así como Georgescu podría ser ligado a esta corriente ideológica que es radical y que tiene una diferencia significativa con los nuevos líderes autoritarios que han surgido en el país. Otro elemento a considerar es que es un populista de manual, es decir, critica al gobernante Partido Democrático y se ha promocionado como un personaje que no pertenece a la élite política, sino que proviene del pueblo.
Ha elogiado a la Guardia de Hierro fundada por Corneliu Zelea Codreanu quieanticomunista, antisemitas, anticapitalistas y anti parlamentarias, a fin de presentarse como una alternativa patriótica a los partidos tradicionales. Codreanu se presentaba como un nuevo Mesías, enviado por el arcángel Miguel para lograr la regeneración del pueblo rumano según sus dictados.
Sin embargo, Adina Marincea quien es investigadora del Instituto Nacional Elie Wiesel para el Estudio del Holocausto en Rumania, ha encontrado que este personaje está ligado a varios presidentes y ministros rumanos. Marincea destaca que el político populista se ha decantado por el apoyo religioso para sus giras, campañas y algunas propuestas políticas. Los nexos entre Georgescu y la iglesia ortodoxa pentecostal son claros, al punto que se la ha permitido predicar su proyecto político en rituales religiosos.
Al igual que otros populistas del mundo, la mezcla entre política y religión ha sido un pilar fundamental para su campaña. Estudiosos como Ionuț Biliuță han encontrado que Georgescu ha apostado por los valores, la exclusión de la diversidad sexual, el punitivismo y el conservadurismo para fortalecer su campaña. Sobre todo, porque la iglesia ortodoxa ha sido un actor relevante en el ejercicio del poder como garante e impulsora de los valores tradicionales de la sociedad rumana.
Por otro lado, este líder ha sido señalado de ser un populista médico, en referencia a que su liderazgo creció en medio de los cuestionamientos a las vacunas, las medidas sanitarias contra el Covid-19 y a una variante conspirativa sobre el uso de mascarillas. De acuerdo a la Escuela de Estudios Eslavos y de Europa del Este, encuentran tres elementos centrales de su discurso:
1) Simplifica el conocimiento científico o médico, a un discurso que pueda entender un amplio sector de la ciudadanía. En lugar de explicar mediante los métodos técnicos y especializados, Georgescu reduce la problemática en la concepción social, pero señala a la ciencia como enemiga.
2) Una ‘actuación’ de la política sanitaria, en la que sostiene que las medidas contra del Covid buscaban evitar el desgaste del partido gobernante, sin importar las consecuencias. Sobre todo, acusó al magnate húngaro, George Soros, de obligar a los gobiernos a comprar vacunas, para hacer crecer su fortuna.
3) La construcción de un establishment o una élite que se opone a las personas a las que debería proteger. Esto es un elemento general de los populismos, puesto que necesitan un adversario en común que funja como el villano en el escenario político, en este caso la Unión Europea, como organismo supranacional que obliga a Rumanía a seguir ciertas políticas.
En el caso europeo, la Unión Europea tiende a ser el adversario de los nacionalistas, puesto que consideran que un organismo supranacional no debe tener jurisdicción sobre la soberanía. Así mismo, las diferencias entre los estados miembros no son menores, quienes señalan las cuotas que deben aportar, el plan migratorio y otros rubros que permean sus estructuras nacionales.
No es para menos que un personaje de este nivel haya aparecido en un país que se democratizó en los años noventa y que al igual que muchos otros de la región está presenciando la aparición de liderazgos populistas. La religión y la política han cruzado sus caminos, convirtiéndose en herramientas para la obtención del voto y la seducción de la población. Seguramente Calin Georgescu se presentará nuevamente a los comicios, ya ganó una vez, posiblemente un triunfo una segunda vez no sea descabellado.
De
Para DeReporteros