Sebastián Godínez Rivera
La presidenta Dina Boluarte convocó a elecciones para el 12 de abril de 2026; la relevancia de estos comicios es que la ciudadanía elegirá a representantes al Senado de la República desde 1992 cuando el entonces ejecutivo, Alberto Fujimori, desapareció la Cámara Alta y asumió todos los poderes del Estado.
Perú ha optado por el regreso al sistema bicameral, con el objetivo de superar la crisis política en la que ha estado inmersa desde 2016, puesto que el país ha tenido seis presidentes hasta 2024: Pedro Kuczynski (2016-2018), Martín Vizcarra (2018-2020), Manuel Merino (2020), Francisco Sagasti (2020-2021), Pedro Castillo (2021-2022) y Dina Boluarte (2022- actual). La razón por la que Perú ha tenido tantos presidentes es por la fuerza que tiene el congreso para determinar vacancias, retirar la confianza y debilitar presidencias.
El sistema político peruano está caracterizado por la debilidad del presidente y la fortaleza del congreso; esto proviene de la historia política y el constante ascenso de personajes autoritarios. Sin embargo, el congreso se convirtió en un superpoder que ha logrado derribar a diversos ejecutivos. Esta fortaleza proviene del sistema de partidos, el cual puede ser catalogado como un modelo atomizado, es decir, existen más de siete institutos políticos que se disputan los espacios de representación, esto se traduce en dos fenómenos:
1) la dificultad para formar mayorías legislativas para que un presidente gobierne;
2) los grupos parlamentarios tienen la facilidad para quitar presidentes y con ello violentar la voluntad popular.
La disparidad de fuerzas en el sistema hace que este sea inestable; sin embargo, solo una persona ha logrado mantenerse en el poder a pesar de la fragmentación, Dina Boluarte. Varios analistas peruanos han analizado este fenómeno y encontraron que la presidenta ha establecido acuerdos con el fujimorismo, la fuerza más poderosa del congreso. A pesar de que la ejecutiva pertenece al partido de izquierda Perú Libre, ha logrado satisfacer algunas demandas de la oposición.
Cabe recordar que Boluarte asumió el poder tras el fallido intento de golpe de estado de Pedro Castillo en diciembre de 2022. Fue a partir de ese evento que la violencia se volvió una constante de la vida política peruana. La ciudadanía protestó en las calles exigiendo la renuncia de Boluarte, el llamado a nuevas elecciones y la formación de un congreso constituyente. La presidenta reprimió las manifestaciones, dejando a varias personas muertas; Perú se convirtió en una democracia híbrida.
De acuerdo a proyectos que analizan la calidad de la democracia como V-DEM, IDEA Internacional o Freedom House comenzaron a catalogar a Perú como un régimen híbrido debido a la combinación de elementos autoritarios y democráticos.
Con el paso del tiempo, la presidenta y el fujimorismo tendieron lazos, esto puede confirmarse porque el congreso promovió dos mociones de vacancia y la fuerza mayoritaria se opuso, lo que ha mantenido a Boluarte en el poder.
Luego de estos escenarios, los peruanos apostaron por el regreso del Senado para que funja como cámara revisora. Lo que se busca es eliminar la disparidad de fuerza y con ello ganar la estabilidad. El escenario es incierto, porque dependerá de los escaños que obtengan los diversos partidos políticos, aunado a la capacidad de llevar la cohabitación, presidencia y congreso de distintos partidos.
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