Ecatepec, Estado de México — La colonia Miguel Hidalgo de Ecatepec se ha convertido en un páramo de desesperación, donde el vital líquido, un derecho humano fundamental, se ha negado a aparecer en las tomas domiciliarias durante más de quince días. La angustia y la indignación crecen entre los vecinos, quienes han lanzado un llamado de auxilio urgente a la Alcaldesa Azucena Cisneros para que intervenga en lo que catalogan como una crisis de olvido e ineficiencia administrativa.
La paradoja que viven los habitantes es tan dolorosa como la sequía en sus grifos: pagan puntualmente cuotas anuales que alcanzan los tres mil pesos a las autoridades municipales, esperando un servicio que, simplemente, no llega. “¿Para qué pagamos si ni una gota cae?”, cuestiona con frustración una residente de la zona.
La carencia golpea especialmente a calles como la Cerrada 15 de Septiembre, donde los tinacos permanecen vacíos y la vida diaria se ha paralizado. Ante la omisión de las autoridades, los vecinos se ven forzados a una economía de supervivencia hídrica. La única alternativa es el mercado negro del agua, donde las pipas particulares se han convertido en un negocio boyante a costa de la necesidad. Los afectados deben desembolsar al menos 250 pesos por cada 1,000 litros, un gasto que desequilibra las finanzas de familias de por sí golpeadas por la economía. Este costo es un doble castigo, pues se suma al pago anual ya realizado al Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Ecatepec (SAPASE).
Lo más grave de esta denuncia es la promesa incumplida y la preferencia visible por el sector privado. Los vecinos han recibido en el pasado la garantía de que SAPASE enviaría pipas gratuitas para mitigar la emergencia. Sin embargo, en el actual ciclo crítico de más de quince días, las unidades oficiales simplemente no han aparecido. Mientras tanto, las pipas particulares sí circulan, abasteciendo a quienes pueden costearlo, dejando a la intemperie económica a quienes no.
Este escenario no solo representa una falla logística, sino una profunda deuda social. No se trata solo de la molestia, sino de la higiene, la salud y la dignidad de miles de personas. La falta de agua pone en riesgo la sanidad en los hogares y obliga a tomar decisiones imposibles entre comprar comida o comprar el líquido esencial.
La Alcaldesa Azucena Cisneros tiene en sus manos la responsabilidad de responder a este clamor popular. Los habitantes de la colonia Miguel Hidalgo esperan acciones inmediatas: el envío de pipas de SAPASE sin costo y una solución de fondo que garantice el suministro que ya han pagado con creces.

