Claudia Carrillo
Atlixco, Puebla, vuelve a encender el color de la Navidad con un paisaje que conmueve: millones de Nochebuenas cubriendo los viveros de la región. El aire fresco, la calidez de su gente y el orgullo por una tradición que ha pasado de generación en generación convierten esta experiencia en una invitación irresistible para quienes buscan sentir la esencia de la temporada.
En este marco festivo, las autoridades, productores y representantes del sector rural compartieron la emoción de recibir a visitantes y medios de comunicación, recordando que la magia de Atlixco no solo se mira, también se vive.
“Somos un municipio maravilloso que abre sus puertas con cariño”.
La presidenta municipal, Ariadna Ayala Camarillo, ofreció un mensaje lleno de historia y orgullo local:
“Estamos muy contentos de recibirlos. Para nosotros es un gusto abrir las puertas de un municipio con 446 años de historia, donde cada familia ha puesto su esfuerzo para posicionarnos como el segundo lugar nacional en producción de Nochebuena. Aquí se combinan nuestras tradiciones: lo turístico, lo artesanal y el trabajo del campo. Atlixco sabe recibir al turista con los brazos abiertos”.
Recordó que Atlixco es un territorio fértil gracias al volcán, un municipio que vive de su campo y que ha logrado conjuntar su identidad histórica con un turismo comunitario creciente que atrae a miles de visitantes cada año.
Dos millones de Nochebuenas y 30 años de esfuerzo*
El ingeniero Manuel Santiago Cruz, productor y representante de los viveristas, resaltó la magnitud del trabajo detrás de cada planta:
“Somos cerca de 90 productores y este año logramos 2 millones de ejemplares. Nos ha costado más de 30 años llegar a esta cifra. El clima de Atlixco nos permite producir una planta de excelente calidad, de manera natural. Cada año tratamos de innovar con variedades nuevas y muy llamativas”.
Agregó que en la zona existen más de 350 viveristas, y que siete de cada diez turistas que visitan Atlixco llegan directamente a los viveros, atraídos por la calidad, el precio y la atención personalizada.
El campo como prioridad y una experiencia sensorial única
La secretaria de Desarrollo Rural del estado, Ana Laura Altamirano Pérez, destacó que la floricultura es un motor económico relevante en Puebla: “La producción de flor de Nochebuena representa más de mil millones de pesos en derrama económica. Atlixco es uno de los municipios más importantes para este sector. Queremos que los visitantes vivan la experiencia completa: ver la producción, conocer el proceso y llevarse una planta de calidad excepcional”.
La secretaria también invitó a disfrutar de la gastronomía local, especialmente los famosos sorbetes artesanales con sabores únicos como ponche, mazapán, cempasúchil o el sorprendente sorbete de flor de Nochebuena, una tradición que rescata la creatividad y el espíritu de la región.
Un destino para sentir, saborear y recordar
Visitar los viveros de Atlixco en temporada navideña es encontrarse con un corredor lleno de vida: montañas de rojo intenso, variedades nuevas como las “princesa”, macetones gigantes, mini Nochebuenas y productores dispuestos a compartir consejos y anécdotas.
La experiencia se complementa con la historia local, como la del famoso sorbete “hueleque”, un recuerdo de los años 60 que aún provoca sonrisas entre los visitantes.
Cada rincón del pueblo está impregnado de tradición: flores, artesanías, cecina, mezcal y la hospitalidad que distingue a Atlixco como un destino imperdible en Puebla
Así cuando el sol comienza a esconderse entre los cerros y las Nochebuenas encienden su rojo más profundo, Atlixco se transforma en un abrazo luminoso. Cada planta, cada aroma y cada sonrisa de sus productores cuentan una historia tejida con manos que aman la tierra.
**La Navidad no solo se celebra: se cultiva, se respira y se comparte
Por eso, este diciembre, deja que tus pasos te lleven a los viveros, deja que los colores te envuelvan y permite que Atlixco pinte tu memoria con su magia única.
Ven, siéntelo, vívelo y llévate un pedacito de esta tierra donde las flores también cuentan milagros.
Fotos: Cortesía
