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Taxonomía de los autoritarismos

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Sebastián Godínez Rivera

El tema de la erosión democrática, las transiciones al autoritarismo y la destrucción institucional han cobrado relevancia no solo en Ciencias Sociales, sino en la opinión pública. El problema central es que la generalización del autoritarismo, dice mucho y nada a la vez, sin embargo, al contextualizar el concepto se encuentran una diversidad de ramificaciones que se encuentran dentro de este universo.

La taxonomía en Ciencias Naturales, inaugurada por Carl Lineo, sirve para clasificar a los seres vivos mediante sus características y relaciones. En Ciencias Sociales se ha discutido sobre la necesidad de delinear los conceptos sin estirarlos y sin que estos pierdan su esencia. En las últimas décadas, el uso excesivo ha hecho que estas palabras pierdan su esencia politológica y en algunos casos tergiversando su significado.

Cuando se habla de autoritarismos se debe especificar el marco bajo el cual se conceptualiza, es decir, a nivel Estado, sistema político, régimen o gobierno. Para efectos de este texto se habla a nivel de régimen, entendido como las reglas que delinean la división de poder. Cuando se habla de regímenes autoritarios se hace referencia al sometimiento de los poderes del estado, por ende, la falta de pluralismo.

El totalitarismo se entiende como el extremo de los regímenes autoritarios. Se caracteriza porque la fuerza gobernante interviene la vida pública y privada, se imponen métodos coercitivos para eliminar la disidencia y una ideología es la que domina. Hanna Arendt, Raymond Aaron y Tzvetan Todorov. Naciones ejemplos de esto fueron, la Alemania Nazi, la Unión Soviética de Iósif Stalin o la Cuba castrista.

Los regímenes sultanísticos son identificables porque una sola persona y a través de un pequeño grupo ejerce el poder de forma autoritaria. La corrupción es el combustible que hace funcionar la maquinaria política; no cuenta con una ideología definida, sino que todo depende del caudillo. Juan Linz y E. Chehabi delinearon a este régimen inspirado en República Dominicana de Rafael Trujillo, Nicaragua de Anastacio Somoza y Cuba de Fulgencio Batista.

Luego encontramos las autocracias electoral, autoritarismos competitivos y democraturas las cuales, han servido para estudiar casos específicos de regímenes en el mundo. Estas categorías se caracterizan porque celebran elecciones periódicas, pero no necesariamente son limpias, es decir, la oposición no tiene las mismas posibilidades de competir frente al oficialismo. Los medios de información están sometidos al partido gobernante y los comicios no cuentan con los estándares mínimos de integridad.

Países como Venezuela hasta 2024, Hungría de Viktor Orbán, Rusia de Vladimir Putin o Uzbekistán son muestra de estos regímenes. También es posible encontrar a los llamados autoritarismos plebiscitarios, los que se caracterizan porque mediante mecanismos de democracia directa como referéndums, consultas populares o plebiscitos aspiran a consolidar poder y debilitar las instituciones que fungen como contrapeso.

Los países de Asia Central como Kirguistán, Turkmenistán, Kazajstán y Uzbekistán desde los años noventa utilizaron mecanismos de democracia directa para extender los periodos presidenciales, cerrar el parlamento o someter a la oposición. Esto permitió que estas naciones se mantengan alineadas con un líder personalista y la democracia liberal, es decir, donde hay pesos y contrapesos es casi desconocida.

Los regímenes militares son quizá la clasificación más conocida, puesto que durante varias décadas militares en todo el mundo se hicieron con el poder a través de golpes de estado. Aunque en América Latina estos están casi extintos, en Asia y África proliferan. Naciones como Birmania, Burkina Faso con Ibrahim Traoré, Gabón de Brice Oligui Nguemo o Isaias Afwerki de Eritrea son ejemplos donde las juntas militares se han hecho con el poder, bajo el argumento de devolver la gobernabilidad al país. Estos tienden a disolver las instituciones democráticas y basan su fuerza en el ejército.

Las teocracias se caracterizan por ser regímenes que están sustentados en una religión y una élite que utilizan las sagradas escrituras como fuente de legitimidad y del poder político. Esto les permite mantener el control como Irán con el Ayatola Jamenei o Arabia Saudita que es una monarquía absoluta de corte islámico. En este tipo de régimen la fe, el fanatismo y la política se unen con el objetivo de controlar a la ciudadanía.

Luego están toda la gama de lo que se denomina regímenes híbridos o zonas marrones, las cuales hacen referencia a las naciones que combinan elementos democráticos y autoritarios. Estos se caracterizan porque están en proceso de transición hacia otra cosa y pueden dividirse en: regímenes de partido hegemónico como Singapur con Acción Popular; Sueño Georgiano en Georgia; o la Unión Africana de Zimbabue.

También es posible encontrar a los regímenes iliberales los cuales se jactan de ser democracia, pero no comulgan con el liberalismo como ideología o columna vertebral del estado. Polonia gobernada por Ley y Justicia o Eslovaquia bajo Robert Fico, son considerados dentro de esta categoría por la censura a los medios, la persecución de la oposición y el uso de retóricas nacionalistas radicales.

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Taxonomía de los autoritarismos

Para DeReporteros

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