Por: ARMANDO RÍOS RUIZ
La señora Sheinbaum no necesita propaganda para que sepamos cabalmente que protege, igual que su maestro, a la llamada delincuencia organizada. Ella misma parece deseosa de exhibirlo. En una mañanera dijo textualmente: “regresar a la guerra contra el narco no es una opción. Primero, porque está fuera del marco de la ley”.
Concepto por demás aberrante, porque hasta hoy sabíamos lo contrario o que el gobierno tiene obligación de combatir la delincuencia. Si no conoce la Constitución, por lo menos debería consultar a su consejera jurídica. O por su cuenta, leer el artículo 21 constitucional o la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, porque sus declaraciones sólo nos permiten ver su ignorancia.
Añadió que,“los de la derecha pretenden la guerra contra el narco. Contra el narco estado y eso permitiría matar sin ningún juicio y eso en México muy poquitos están de acuerdo. Están fuera del marco de la ley y segundo, no sirvió de nada, más que para aumentar los homicidios en México y el nivel de violencia. Entonces, estos llamados autoritarios, porque son autoritarios, es ir hacia el fascismo”. ¿A dónde nos lleva esta reflexión? Pues a creer que estamos, ni más ni menos frente a la declaratoria abierta de protección a la delincuencia.
¿Y quién es el que está fuera del marco de la ley? Pues ella y su gobierno, extensión del anterior, que son precisamente los que han permitido el aumento de los homicidios a niveles nunca sospechados y la violencia sin límite. Sus palabras la dibujan a ella y a su antecesor de cuerpo entero, porque son quienes impusieron un autoritarismo sin precedentes, al grado de tener que recurrir a la infame estrategia de suplir a los muertos con desaparecidos.
El tabasqueño llevó a México a cifras de muertos que se antojan insuperables, salvo que su alumna esté dispuesta a competir contra su record, de 200 mil durante su ejercicio de gobierno. Sus palabras revelan que no tiene ningún interés en decir sin rubor, que no ejercerá ninguna acción contra los delincuentes porque, según ella, estaría fuera del marco de la ley.
Eso también hace ver que nos llevan a un estado en el que los verdaderos jefes, son los delincuentes y que la señora como su antecesor, no han sido más que títeres impuestos, como también gobernadores, senadores, diputados y alcaldes, así como otros colaboradores.
Esto empata con la dependencia mostrada el sexenio pasado y el presente. Se nota inclusive una sumisión del poder político.
Pero en menos que canta el gallo o escasamente a un año de mandato, la señora dio muestras de su absoluto desconocimiento en la gobernanza y los mexicanos también empezaron a dar muestras de hartazgo por siete años de yerros. De destrucción. De abusos. También apareció la fuerza de los jóvenes de Generación Z, que se expresó en una marcha a pesar de la violencia del gobierno.
La que manda Apuesta a que fue pagada desde el extranjero y vinculada con la derecha. ¿Por qué no lo prueba, como ella misma exige cuando es señalada? Esta declaración refleja que no está informada de lo que realmente significa Generación Z, una organización de jóvenes que opera en muchos países del mundo, que no está de acuerdo con gobiernos iguales al de ella.
El caso es que la marcha que realizó el sábado 15 de noviembre, del Ángel de la Independencia al Zócalo, con ataques de policías y granaderos grabados y en las redes sociales que dieron la vuelta al mundo, ante su esfuerzo por desvirtuarla, ya la puso en evidencia con Donald Trump, quien se dijo desalentado por la nula cooperación de México en contra del narcotráfico. Añadió que estaría contento de combatirlo, porque evitaría millones de muertes.
Parece una advertencia seria que tal vez la señora no tome en cuenta, por creer que Trump la quiere mucho. No conoce al Zorro de Manhattan. Pero una cantidad muy importante de mexicanos aplauden esas expresiones.
PERFIL DE MÉXICO
Armando Ríos Ruiz
ariosruiz@gmail.com
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