Columnas

El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila

«La Grilla en Rosa» de Fabio  (versión que no promete porque no da ni las gracias)

Desde el pesadillezco sexenio anterior y ahora en su continuación con la títere, pareciera que vivimos en el reino de Santa Claus y todo se va en prometer que se va a regalar todo: becas a la güevonada, becas por dizque estudiar, becas para algunas pacientes con cáncer, becas para todo, becas, becas, becas…

Esta semana, por ejemplo, el inepto, corruptísimo y ahora secretario de educación -puesto al que llegó, pero claro, sin estudios ni experiencia en docencia, pedagogía o alguna materia relacionada a la educación-, el cleptómano Mario Delgado, alias la Rana Violada, prometió que en 2025 habrá «beca» universal para estudiantes de secundaria.

Viva viva, bravo bravo. Qué ideota del idiota. Nada mejor que ponerse a gastar en cada moconete de secundaria para que con eso no quieran dejar la escuela. Súper la ocurrencia, pero hay un pequeño detalle: ¿de dónde piensan sacar lana para pagar sus promesas?

Porque la titina, fiel a los usos y costumbres del que la manipula, también anda prometiendo que dará dinero por aquí y por allá, en mal disimuladas «ayudas» que no son otra cosa que compra de votos.

Ya se sabe que la especialidad de la casa morenarca es el manejo corrupto de las supuestas ayudas sociales para ser punta de lanza de la compra de votos, pues ya ven que la otra costumbre de la secta es nunca dejar de estar en campaña.

Pero hay una diferencia entre hace seis eternos años de mentiras y buffet de robadera y ahora, y es que al imbécil fundador de la secta le dejaron todas las arcas llenas de dinero, mismo que se gastó en sus proyectos inútiles, caros y corruptos, y en becas para cuanta estupidez fuera posible justificar con tal de seguir comprando voluntades. Secó todos los presupuestos, todos, especialmente en salud y educación, con tal de seguir comprando votos, y endeudó él solo al país por la misma deuda que se había acumulado en 35 años, con tal de que la maquinita de coacción no dejara de funcionar.

Sólo la deuda del mesías es de aproximadamente 6.2 billones de pesos; o sea, 6200 millones de millones de pesos, o 6 200 000 000 000 000 de pesos. Más el costo que ese tarado tuvo para el país, pues el columnista Enrique Quintana de «El Financiero» calcula que el narcopresidente y sus ocurrencias le costaron a México, nos costaron, 2.5 billones de pesos, o sea 2 mil 500 millones de millones de pesos, o 2 500 000 000 000 000.

El corrupto de Macuspana se acabó el dinero de todo, incluidos los fondos de desastres, fideicomisos de todo, y el ahorro de contingencias que Peña Nieto le dejó gordo y cachetón. Por eso nada tan fácil como empeñar el país para que el culto siguiera adorándolo. El esquemita de «regalar» dinero se lo copió a Mico Mandante Hugo Chávez, que tenía la inmensa fortuna del petróleo venezolano para hacerlo, hasta que se la acabó y arruinó esa nación.

Aquí no hay tal fortuna petrolera, y lo que se acabó no se va a reponer. ¿De dónde piensa la reseca marioneta que va a tener dinero para seguir regalándolo a nombre suyo en las viejas y nuevas ocurrencias del bienestar?

Hay un daño colateral que no se ve, pero que hace mella en la de por sí débil psique del mexicanito promedio: ya los acostumbraron a ser güevones y recibir dinero por ello. Así como hay mexicanos que se desloman trabajando, hay millones que son muuuuuy haraganes, justo los que conectaron con las ideotas del mesías de que los mantuviera. Esos mismos ya no van a querer empleos formales cuando la lana deje de llegar -lo cual va a ocurrir más pronto que tarde-.

Ejemplo: en Qatar, en la bota arábiga, el jeque decidió que sus ciudadanos estaban muy chulos como para trabajar, y se puso en marcha el plan «Gordolfo Gelatino» local: todos recibirían lana del petróleo, trabajaran o no. La ideota del jeque de distribuir la riqueza regalando lana sólo derivó en que hizo una punta de perezosos a sus ciudadanos, pues aumentó el desempleo pagado -oigan nomás la contradicción-, pues todos querían su dinero gratis por ser «su derecho».

Viendo la regada de tepache, el jeque cerró la llave del dinero gratis y quiso ahora incentivar que los jijos de todo su Mahoma trabajaran. Andavete que los qataríes ya no quisieron, y los que sí lo hacen trabajan de mala gana y no se molestan en disimularlo.

Quien me platicó lo anterior, un inglés de raíces hindús que vivió allá, dijo que los meseros casi le tiran el café encima y el servicio es pésimo, debido a que los obligaron a trabajar después de estar de mantenidos subsidiados. La tónica es la misma con otros trabajadores de servicios.

Qatar, claro, tiene dólares de sobra para darse el lujo de haber perdido tanto manteniendo güevones; México, no.

El dinero se le va a acabar a la marioneta, y ahí no va a haber mesías que valga que evite la rebelión y las exigencias del dinero gratis al que ya acostumbraron a muchos talachones del país.

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