Trump busca seguir impulsando el uso de combustibles fósiles y sus derivados.
Por Karen Janett Carranza J.
WASHINGTON, D.C.- Justo unos días antes de que se realizara la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP), la cual se enfocó en tomar acciones climáticas en torno a los océanos, el gobierno de los Estados Unidos decidió retirarse definitivamente de Acuerdo de París.
La salida del tratado le permitiría al presidente Trump seguir promoviendo de manera deliberada la extracción en tierra y mar abierto, así como la comercialización de combustibles fósiles y sus derivados, sin la necesidad de acatar ningún acuerdo internacional para el combate al cambio climático.
Estas acciones que favorecen a los grandes corporativos energéticos, vulneran las tierras públicas y sobre todo los mares, que ahora quedan a merced de los derrames que provocan las exploraciones y extracciones de petróleo, los cuales causan daños en la salud humana, afectan la procuración de alimentos del mar para consumo personal y comercial, al tiempo que acaban con los ecosistemas marinos que absorben alrededor de un cuarto del dióxido de carbono que los humanos emiten hacia la atmósfera y retienen hasta el 93% del calor generado por este gas de efecto invernadero.
La salida del Acuerdo de París
A pocos meses de haber llegado a la presidencia en el 2017, Donald Trump declaró que el país se retiraría del Acuerdo de París y que “cesaría toda la implementación del mismo”, y así lo ha hecho durante el tiempo que ha estado en el mandato. A través de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, ha llevado a cabo acciones para debilitar y vulnerar la normatividad y políticas federales de las agencias, en materia de reducción de gases de efecto invernadero.
De acuerdo con una publicación de Independent, hasta abril de 2019 su administración ha otorgado más de 378 millones de acres de concesiones para la exploración de petróleo y gas, lo que podría emitir entre 854 millones y 4.7 billones de toneladas de bióxido de carbono. Por otro lado, bajo el argumento de que otras naciones abusan de los recursos que otorgaron los Estados Unidos en esta materia, desde el inicio de su gestión también dejó de contribuir con fondos climáticos internacionales que eran otorgados a los países más pobres para que éstos pudieran tomar medidas de adaptación y combate al cambio climático.
Sin embargo, aún cuando las firmes acciones del presidente Trump para beneficiar a los grandes corporativos emisores de contaminación climática han sido claras, la misma industria de la energía y manufactura, organizaciones no gubernamentales, productores agrícolas y ciudadanos, tribus y legisladores han unido fuerzas y voluntades para continuar con el combate hacia el cambio climático. Este conjunto de aliados se ha posicionado como la oposición a la altura de un presidente que a todas luces, sigue creyendo que el desarrollo y futuro de una nación residen en el impulso de empresas y políticas ‘sucias’ que contribuyen al aceleramiento del calentamiento global; lo que a su vez promueve el aumento en el nivel del mar, la acidificación de los océanos y vulnera las actividades económicas de pesca y turismo que sustentan a las comunidades costeras. Esto sin contar que las deja en peligro de desaparecer ante los riesgos del alza en la marea.
Ante la negativa del gobierno federal de continuar reforzando las acciones para frenar y reducir emisiones de gases de efecto invernadero, California y Nueva York surgieron como los dos grandes estados campeones de la defensoría e implementación de acciones y políticas de adaptación, resiliencia y combate al cambio climático. Asimismo, el pasado 21 de noviembre, Congresistas de los Estados Unidos presentaron la Ley por una Economía 100% Limpia, misma que cuenta con el respaldo de más de 150 copatrocinadores entre los que se encuentran la Nueva Coalición Demócrata, los Comités Progresista, Negro del Congreso, Hispano del Congreso y el de líderes Senior de la Casa de Representantes; entre más de una docena de las principales organizaciones ambientalistas y climáticas líderes en el país.
California y su liderazgo ambiental en el 2018
En el 2018, la ciudad de San Francisco en California, fue sede de la Cumbre Global de Acción Climática (GCAS por sus siglas en inglés), la que se enfocó en resaltar a la naturaleza como la solución inminente para frenar al cambio climático y reunió a gobiernos nacionales y subnacionales de distintos países destacando la participación de líderes indígenas.
Ese mismo año California se comprometió a utilizar 100% energía limpia en su red eléctrica para el año 2045 bajo la Ley SB 100, promovida por el gobernador Jerry Brown. Esta legislación estableció además que para el 2030 las compañías deben obtener el 60% de su energía de fuentes renovables, incrementando en un 10% la meta que se había establecido anteriormente. Para el 2016 California ya había alcanzado la producción de energía limpia en un 46%.
Además de las graves sequías, lluvias torrenciales e incendios forestales que han afectado al estado a consecuencia del cambio climático, el incremento en la temperatura del océano y su acidificación han dañado gravemente otro de los sectores productivos del estado: la pesca, la cual se ha visto lastimada por la pérdida de ecosistemas marinos que permiten la regulación del clima y el sustento de cientos de miles de familias que habitan la costa.
Nueva York y su Cumbre de Acción Climática en el 2019
Otro estado que ha demostrado su liderazgo en materia de adaptación, resiliencia y combate al cambio climático es Nueva York, cuyo territorio se ve amenazado por el aumento en el nivel de los océanos y que en abril de este año dio a conocer el Green New Deal de la Ciudad de Nueva York, proyecto que busca construir una ciudad fuerte y justa a través de acciones contundentes para afrontar la crisis climática, lograr la equidad y fortalecer la democracia.
Aunado a esto, en septiembre de 2019 Nueva York fue sede de la Cumbre de Acción Climática de las Naciones Unidas. Durante esta cumbre se publicó el reporte El Océano como la Solución al Cambio Climático, que ha establecido que existen 5 importantes oportunidades de acción climática en torno a los océanos y que complementa los hallazgos encontrados en el reporte 2019 del IPCC:
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Generar energía renovable que se obtenga de fuentes oceánicas tales como la eólica y otras innovaciones como celdas solares flotantes y el uso de la energía generada por las olas y la marea.
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Transporte marítimo que implemente tecnologías disponibles que permitan incrementar la eficiencia energética y sostener el desarrollo de combustibles bajos en carbono.
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Conservar ecosistemas costeros y marinos de “carbono azul” como los manglares, pastos marinos y pantanos salinos, para prevenir la liberación de gases de efecto invernadero e incrementar los esfuerzos de restauración de los mismos.
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Cambios en las pesquerías, acuacultura y hábitos alimenticios para reducir la intensidad de las operaciones de éstas, optimizar la captura de peces y consumir alimentos marinos de granjas sustentables.
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Almacenamiento de carbono en el lecho marino: invertir en investigaciones para minimizar los impactos ambientales del almacenamiento de carbono a largo plazo, y eliminar las barreras regulatorias y económicas.
We Are Still In, pabellón climático en la COP 25 en Madrid
La edición 25 de la COP se llevó a cabo en España debido a las problemáticas sociales que se presentan en Chile, sin embargo, seguirá bajo la presidencia y organización de este país, el cual tomó el liderazgo de esta importante cumbre tras la renuncia de Brasil.
Si bien el presidente Trump claramente dejó un espacio vacío de participación en la COP, el país fue representado en esta Cumbre Climática por la coalición de más de 3,500 representantes de los 50 estados: We Are Still In (Seguimos Dentro).
La coalición que representa a más de la mitad de la población de los EE.UU., ha tenido una fuerte presencia en los eventos de la COP desde el 2017. En su participación, se ha caracterizado por recalcar que en los EE.UU. las medidas de adaptación, resiliencia y combate al cambio climático seguirán aplicándose aún cuando el país quede fuera de los tratados internacionales.
Debido a que este año la COP 25 se enfocó en los océanos y el cambio climático, el pabellón de esta coalición contó con un espacio determinado que se enfoque en la defensa del Ártico, el cual ha quedado abierto y vulnerable a exploraciones petroleras a consecuencia de permisos otorgados por la administración Trump en el 2018.
Foto: Archivo