Columnas

¿Cómo los niveles récord de CO2 agudizan crisis ambiental actual?

Por Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo

Tal y como fue previsto hace cuatro meses, en mayo de 2019 se han registrado máximos históricos de concentraciones de dióxido de carbono a nivel mundial.  El pasado 12 de mayo de 2019 se rompió la barrera de las 415 partes por millón (PPM) de este indicador, el cual es una de las principales causas del calentamiento global antropogénico.  Los datos correspondientes a estas concentraciones han sido reportados por el Instituto Scripps, adscrito a la Universidad de California en San Diego(ver imagen).

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Las consecuencias del calentamiento global han sido advertidas desde hace décadas por parte de la comunidad científica internacional. Dichas advertencias son independientes de intereses económicos y/o políticos, y están sustentadas en metodologías formales que abarcan evidencia empírica y modelos teóricos reproducibles en cualquier parte del mundo.

Esta misma evidencia apunta al agudizamiento de la crisis actual, incluyendo el incremento en frecuencia de ondas de calor mortales, aumento del nivel de los mares debido al derretimiento de glaciares, presencia creciente de huracanes de alto poder destructivo e incendios forestales asociados a altas temperaturas, baja humedad e imprudencia humana.

Para estimar de forma realista los efectos del cambio climático es necesario el uso de modelos probabilísticos, los cuales a su vez requieren del empleo de matemáticas formales. En el caso de los incendios forestales, el comportamiento humano puede modelarse de manera aproximada como posible detonador de una conflagración.

A su vez, el desarrollo ulterior de cada evento está condicionado al entorno, el cual ha sido deteriorado por las crecientes emisiones de dióxido de carbono registradas a partir de la revolución industrial. Altas temperaturas, combinadas con baja humedad, facilitan la propagación de incendios, de forma tal que ante conductas humanas semejantes se generan efectos más destructivos que en décadas anteriores. Este fenómeno ha sido constatado en distintas latitudes, incluyendo a vastas regiones de países tales como Estados Unidos, Suecia, Italia, Grecia y México.

Toda conflagración es capaz de generar efectos altamente dañinos para poblaciones vulnerables. Los riesgos crecientes para la salud humana derivados de los productos de alta toxicidad arrojados al aire están siendo experimentados en el Valle de México, al igual que lo han sido en otros países en los últimos meses.

En este contexto, las campañas actuales de prevención para prevenir desastres tendrán un alcance limitado para afrontar problemas tales como los incendios forestales. En el fondo, es indispensable reducir las concentraciones de dióxido de carbono globales a niveles preindustriales (350 PPM); para ello se requiere un descenso drástico de emisiones de este gas en el corto plazo, en armonía con los acuerdos internacionales promovidos por la Organización de las Naciones Unidas, y la ejecución eficiente de programas de reforestación para salvaguardar los pulmones de nuestro planeta

*Académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México e Investigador Nacional Nivel II (SNI).

Twitter:  @Fred_FisMat

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