Quejas y denuncias

Ex ministeriales llegan como jauría de perros a la Policía de Acolman, EdoMéx

Bajo la complicidad del alcalde Rigoberto Cortés Melgoza quien sirve de cómplice ante el arribo de estas finísimas personas expertas en la extorsión al ciudadano

Por J. Martín Ponce R.

ACOLMAN, EdoMéx.- Se generaliza el malestar de la policía municipal en contra del alcalde Rigoberto Cortés Melgoza y de su jefe de la policía Jacobo Reyes León, quien llegó con su pandilla de ex agentes ministeriales expertos en corrupción, abuso y extorsión en contra de la población.
En ocho meses de gobierno, van dos directores de la policía, denunciaron elementos municipales a ESCENA DELICTIVA, pero, subrayaron que lo más grave es que estos elementos foráneos llegaron a poner en práctica el trabajo sucio que aprendieron en la entonces procuraduría mexiquense, hoy Fiscalía General de Justicia.
Desde el inicio de su gobierno, Cortés Melgoza, no era bien visto por la mayoría de la población, ya que anteriormente fue alcalde en la administración 2000-2003 como militante del PRD, no gustó su trabajo y hubo mucha inconformidad de la gente.
Sin embargo, como buen oportunista cambió camiseta en la pasada elección y participó como candidato de la coalición PES-PT-Morena, pero tuvo la suerte de ganar gracias al fenómeno electoral que provocó la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, así sembró su triunfo Cortés Melgoza.
Acolman, dicen los uniformados de la policía municipal, siempre ha sido una localidad tranquila, sin embargo, de repente con el triunfo de Cortés Melgoza y el arribo –hace tres meses- del comisario Jacobo Reyes León, la inseguridad se disparó de manera alarmante y preocupante.
Sin embargo, todos saben el origen de este fenómeno de inseguridad, es debido a la presencia de ex agentes de la policía ministerial que llegaron como policías municipales y, tomaron al municipio como un auténtico botín, porque se dedican no a labores preventivas, sino a extorsionar al ciudadano inventando delitos, fabricando delincuentes como lo hacían en la procuraduría, dejando de lado la seguridad pública.
Pruebas y denuncias en contra de ellos, hay muchas, pero, el alcalde Cortés Melgoza no se atreve a poner orden, sirve de tapadera a su jefe policiaco quien tiene una bien ganada fama de policía mañoso, de esos que no tientan el corazón para inventar delitos, extorsionar o moverle el tapete a quien le estorbe en el camino. De ahí, el malestar.
El 1 de enero de 2018 al inició del actual gobierno, el alcalde nombró al comisario Jesús Castillo Vázquez, -ex policía estatal- como nuevo jefe de la policía local, sin embargo, meses más tarde se dice que Reyes León, quien se ostenta como licenciado en Derecho le metió el pie a Castillo Vázquez en el Centro de Control y Confianza de Ecatepec, donde tiene una gran influencia.
Reyes León a través de esta sucia maniobra logró que el comisario Castillo Vázquez fuera despedido por no aprobar el examen del polígrafo, según trascendió. De esta manera lo quitó del camino junto con su personal de confianza y más de cincuenta uniformados, todo ello con la intención de abrir la puerta a varios ex agentes de la policía ministerial del Estado de México, con quienes mantiene lazos de amistad y complicidad.
Fue de esta forma como llegaron a la corporación municipal Oscar Israel Martínez Vázquez, quien fue nombrado subdirector, Rubén Ávila García –designado RG Beta-, así como los hermanos Francisco Javier y Rubén Becerril Casique, quienes forman parte del grupo táctico. Esta cuarteta de individuos ex agentes fueron corridos por sinvergüenzas de la policía ministerial. Otro de los amigotes de Reyes León es el ex policía municipal de Nezahualcóyotl, Rafael Ramírez Luna, “El Lenguardo” quien fue habilitado como jefe de región en la policía de Acolman. Todos ellos cuentan con un historial negrísimo, pero, el caso de Rafael Ramírez Luna, llama poderosamente la atención.
La noche del lunes 3 de octubre de 2016 un grupo de 30 agentes de la policía ministerial, destacados en Nezahualcóyotl, se presentaron a un salón ubicado en las instalaciones de Bomberos a espaldas del Sector I-Campestre donde se hallaba reunido el turno saliente de la policía municipal. Con armas largas y cortas los agentes ministeriales bajo las órdenes del comandante regional Juan José Grangeno Olascoaga detuvieron al jefe de turno José Manuel Palma Zúñiga.
Resulta que los agentes ministeriales, según trascendió, daban cumplimiento a una orden de aprehensión girada por un juez de control en contra del comandante Palma Zúñiga. La procuraduría mexiquense informó que éste era probable responsable de los delitos de secuestro y robo, situación por la cual quedó a disposición de la autoridad judicial. Cabe subrayar que aquella noche toda la policía municipal adscrita al segundo turno, recibió la orden de no retirarse porque habría una reunión con altos mandos de la corporación, pero, todo fue una treta de los jefes para entregar a Palma Zúñiga a los ministeriales.
El trasfondo de todo esto fue la detención de un militar retirado al cual encontraron armas en su vehículo y, de inmediato, los policías municipales lo privaron de su libertad en vez de presentarlo al ministerio público, para pretender extorsionarlo mediante llamadas telefónicas a sus familiares, quienes de inmediato denunciaron el hecho ante las autoridades de Nezahualcóyotl.
Después de algún tiempo se conoció la forma en que venían trabajando policías municipales en la zona norte de la tierra del Coyote Hambriento. En aquel entonces comandante José Francisco Villagómez Pulido fungía como jefe de servicios del Sector I-Campestre. Los uniformados tenían ahí a una joven a quien usaban de gancho, ofrecía servicio sexual a automovilistas y, cuando alguien se enganchaba, eran sorprendidos y la víctima extorsionada.
El militar cayó en el engaño, subió a la joven –gancho- y luego milagrosamente apareció la patrulla y los uniformados actuaron valientes para salvar a la joven mujer que sería violentada sexualmente, cuando ésta era cómplice. El militar cayó, pretendieron extorsionarlo, pero, un familiar de la víctima los denunció y posteriormente detuvieron a Palma Zúñiga que nada tuvo que ver en el asunto.
Quien sí estaba involucrado en este caso fue el entonces también jefe de turno, Rafael Ramírez Luna, El Lenguardo quien de inmediato se dio a la fuga causando baja de la policía municipal que aún encabeza el nefasto Jorge Amador Amador. Cabe subrayar que Ramírez Luna, ahora flamante jefe regional en la policía municipal de Acolman fue el negociador en el caso citado anteriormente.
Esto es un botón de muestra del negro historial que hay detrás del comisario Jacobo Reyes León, el subdirector Oscar Israel Martínez Vázquez, el jefe regional-Beta Rubén Ávila García y los hermanos Francisco Javier y Rubén Becerril Casique, auténticos pájaros de cuenta que, al igual que Ramírez Luna, también cojean de la misma pata.

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