México

Crece el costo para sostener a los centros urbanos: AMTM

Al participar en el VIII Congreso Internacional de Obras y Servicios Públicos, precisa que la contaminación del aire representa el 1.17 por ciento del PIB y la congestión vial el 1.19

México ocupa el séptimo lugar mundial y el tercero en Latinoamérica por muertes ocurridas en siniestros viales, lo que representa pérdidas económicas que corresponden al 0.68 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), alertó Nicolás Rosales Pallares, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), durante su participación en el VIII Congreso Internacional de Obras y Servicios Públicos “Infraestructura Verde Resiliente”.

Ante representantes de diversos países que se reunieron de forma híbrida en este congreso para analizar la problemática de las ciudades y cómo resolverla, el presidente de la AMTM dio a conocer que, además, cada año mueren en México 20 mil personas por efectos de la contaminación del aire, lo que representa el 1.17 por ciento del PIB, a lo cual se añade que la congestión vial cuesta a nivel nacional 257 mil 123 millones de pesos anuales, lo que representa el 1.19 por ciento del PIB.

Esto significa, añadió, que México, como los principales centros de población, han entrado en una fase de altos costos en cuanto a su sostenimiento, sustentabilidad y calidad de vida, toda vez que la rentabilidad de las ciudades va en constante decrecimiento.

Convocado a esta reunión como especialista en materia de transporte público, en un contexto donde su gestión al frente de la AMTM se ha definido por un impulso hacia la movilidad urbana sustentable, Nicolás Rosales señaló que, pese a los esfuerzos gubernamentales, en el país el 87.76 por ciento del transporte público colectivo concesionado sigue operando bajo el modelo hombre-camió́n, lo que se traduce en inseguridad, congestionamiento, baja calidad de servicio, altos costos ambientales y un esquema financiero difícil de transparentar, aún cuando se trata de servicio público.

Participante en la primera sesión de este encuentro, denominada Movilidad Urbana Sustentable y Sistemas Integrados de Transporte, Rosales Pallares compartió sus puntos de vista con Aníbal Ehrler, director de Movilidad Urbana Municipalidad de Distrito Central, Tegucigalpa, Honduras; Bernardo Baranda, director Ejecutivo del Instituto para la Planeación y el Desarrollo del Transporte (ITDP) y Dennis Quennet, director de Ciudades y Transporte Sustentable. Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ).

A la discusión sobre la dificultad de movernos en las ciudades, que se ha concentrado en el evidente crecimiento del parque vehicular, agregó el presidente de la AMTM, se suma el tema de adoptar todas las medidas sanitarias para la prestación del servicio público, lo que actualmente implica uno de los principales desafíos para los operadores de transporte.

En ese sentido, expuso que la actual pandemia por Covid-19 ha significado una caída en la demanda de transporte público del 80 por ciento, lo que significa que la crisis sanitaria se convirtió en una crisis financiera y provocó retrasos en los procesos de modernización.

Al momento, aclaró, las medidas de confinamiento, el teletrabajo y las restricciones de los viajes han tenido múltiples impactos sobre la movilidad diaria, lo que ha implicado cambios en los patrones de moverse.

Ante este panorama, los participantes en el encuentro concluyeron que para dar solución a los problemas urbanos, se deberán revisar y replantear el presente y futuro de los centros de población y atender a cada uno de estos, según sus necesidades, su perfil y con apego al entorno regional.

El desarrollo urbano y de la movilidad precisa ser replanteado de manera integral, con propuestas y proyectos de largo plazo, de gran visión, de manera plural y de forma incluyente, indicaron.

Es necesario un cambio en el modelo de negocio y de prestación del servicio, coincidieron, lo que involucra a todos los actores, como son autoridades, operadores, consultores, organismos no gubernamentales, universidades, sociedad civil.

Los nuevos sistemas de transporte público, explicaron, presentan una oportunidad para reducir las externalidades negativas que vivimos día con día, costos sociales, económicos, ambientales, de salud y seguridad, que impactan directamente en la calidad de vida de las personas y en la competitividad de las ciudades.

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