Ciencia y tecnología

¿Se pueden predecir las rutas del sargazo?

Un modelo matemático podría ayudar a definir la circulación de estas algas marinas.

Por Elisa Domínguez Álvarez Icaza, Ciencia UNAM-DGDC

Las playas mexicanas caribeñas padecen la llegada del sargazo. Las consecuencias son palpables cuando los paraísos de arena blanca y mar azul se ven invadidos por estas masas de alga. Por ello, es natural pensar si habría alguna manera de predecir las rutas del sargazo.

La doctora María Eugenia Allende Arandía, investigadora dedicada a las interacciones entre la atmósfera y el océano, es parte de un proyecto que propone nuevas herramientas para entender cómo se mueven las manchas de sargazo hasta llegar a las costas del país.

El sargazo no es un fenómeno reciente. Desde 1970 se han registrado este tipo de arribazones a las costas. Oímos de él por todos lados por el impacto socioeconómico que tiene hoy en día en las playas cada vez más desarrolladas.

Sin embargo, precisa la investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, las afluencias habían sido cíclicas en cierta medida, por lo que detectar las razones detrás de este crecimiento masivo no es tarea fácil.

En el 2018, por medio de imágenes satelitales, se detectó una llegada masiva de sargazo que culminó en la saturación de las playas.

Se sabe, gracias a las investigaciones, que el cambio en su cantidad, frecuencia y duración está asociado a las alteraciones en el clima. En dichas modificaciones intervienen los cinco componentes: la hidrósfera, la atmósfera, la criosfera, la biosfera y la litosfera.

El viento y las corrientes

La doctora Allende participa en un proyecto para elaborar una caracterización numérica de las rutas del sargazo. Es un modelo matemático, por lo que no se consideraron todos los factores determinantes en la proliferación de estas macroalgas. Por ejemplo, características biológicas como la potabilidad, la tasa de crecimiento o la tasa de mortandad de las algas no fueron tomados en cuenta.

En cambio, el foco de la investigación se encuentra en las características de los movimientos del agua, es decir, la capacidad de desplazar estas manchas de sargazo a grandes distancias. La velocidad de las corrientes, junto con el campo de vientos, genera cambios en la dinámica del océano que se traducen en qué tan rápido y qué tanto sargazo puede llegar a las costas.

Desde el Ecuador, las grandes masas de sargazo van aumentando su volumen conforme se van desplazando hacia el norte. Se ha determinado que 79% de la variación anual de la abundancia del sargazo está asociada a la dinámica de la corriente del Atlántico Ecuatorial.

“Existe una conectividad a lo largo del año entre la dinámica oceánica del Ecuador y lo que sucede en el Caribe, que hace que estas grandes masas lleguen a las costas mexicanas”, comenta la investigadora.  

Crear un Sistema de Alerta

Allende, junto a un equipo de investigadores, combina herramientas estadísticas y numéricas para crear un Sistema de Alerta Temprana para la toma de decisiones oportunas en relación con el sargazo. El sistema funciona con una simulación de partículas, que fue la forma de configurar los desplazamientos del sargazo, sin necesidad de seguir las algas reales, sino de analizarlas a partir del modelo unmérico.

Para encontrar las rutas que las partículas tienden a tomar, se combinaron diversas técnicas. Una de ellas son las estructuras coherentes lagrangianas, modelos que ayudan a entender cómo las partículas se mueven en un campo de velocidades dentro de un sistema que cambia con el tiempo.

Los datos permiten ver las divergencias y convergencias de las corrientes, así como las trayectorias recurrentes a partir de la velocidad climatológica. Asimismo, se detectan las regiones aisladas y de máxima atracción. Las segundas, extrapoladas en el océano, pueden funcionar como barreras de transporte del sargazo.

Los integrantes de este proyecto hicieron un experimento con estas partículas inertes sin considerar ningún componente biológico. Tomaron una malla de datos de 153 nodos; en cada nodo se liberaron 100 partículas cada tercer día durante un año. La simulación se hizo sin viento, con 1% de viento y 2% de viento. Las imágenes, ubicadas en un mapa, facilitan vislumbrar la llegada de las partículas (que representan el sargazo) a las costas y la influencia del viento cuando se suma a la fuerza de las corrientes.

Al cotejar la distribución de partículas de los patrones obtenidos del modelo numérico con la distribución arrojada por la base de datos de las corrientes climatológicas, los resultados son muy similares. Lo mismo pasó cuando los resultados del modelo se compararon con imágenes satelitales reales.

Del modelo matemático, se eligió un área de estudio, correspondiente al Mar Caribe. Al ver las barreras de transporte y las zonas estratégicas según el nivel del viento, se concluyó que las trayectorias en la costa este de la península de Yucatán son variables. Hay meses en los que el área de acumulación de las partículas es muy ancha y otros periodos en los que es angosta.

El Sistema de Alerta Temprana no permite pronosticar el sargazo, sino tener una visión más certera sobre las condiciones promedio esperadas. Al analizar las interacciones que ocurren entre el viento y el océano a través de un sistema de redes, se pueden determinar los tiempos de aproximación de arribo y las zonas de acumulación.

Tomar decisiones 

Esta investigación se traduce en herramientas para mejorar la contención y disposición del sargazo. La Doctora Allende expresa que se trata de alcanzar “una sinergia que debe de generar una participación sectorial entre el gobierno, la ciencia, el sector privado, y la comunidad local”.

La propuesta surge como una medida de adaptación y de manejo, ya que estos arribazones de sargazo no se pueden evitar. La idea es poder contenerla antes de que llegue a la costa para mejorar su aprovechamiento y evitar que se mezcle con la arena. 

Hay iniciativas que proponen disponer del alga y transformarla en materia prima. O de manera natural, después de cierto tiempo, el sargazo es removido por tormentas o por la intensificación del oleaje.

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