Mujer

Empoderamiento de la mujer, clave en su salud reproductiva

En todo el mundo, el uso creciente de métodos anticonceptivos ha dado lugar a una reducción de la mortalidad materna e infantil.

La participación de las mujeres en el mercado laboral y su acceso a la atención de la salud, ha contribuido a disminuir la fecundidad observada en todo el mundo.

Actualmente, se calcula que la tasa mundial de fecundidad se sitúa en 2,4 nacidos vivos por mujer, casi la mitad que los niveles observados en 1970-1975, cuando ascendía a 4,4 nacidos vivos por mujer.

Al respecto, el doctor Said Plascencia, director médico de Salud Femenina en MSD México señaló que hoy la mujer ocupa un rol importante en la sociedad y en la toma de decisiones. Ahora decide sobre su cuerpo, su sexualidad, tener o no hijos, el momento ideal para ser madres y qué métodos anticonceptivos usar.

“MSD trabaja para contribuir en el fortalecimiento de acciones y programas que permitan mayor conocimiento del uso de métodos anticonceptivos, su acceso y elección libre e informada por parte de usuarios”, destacó el doctor Plascencia.

En 2015 los estados miembros de la ONU adoptaron una serie objetivos fundamentales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los cuales están relacionados con el empoderamiento de las mujeres y niñas, la igualdad de género y salud. 

Una de las principales metas planteadas es lograr el acceso universal a los servicios de salud reproductiva, ampliando el acceso a la anticoncepción y garantizar que se satisfaga la demanda de planificación familiar mediante el uso de métodos anticonceptivos eficaces.

En todo el mundo, el uso creciente de métodos anticonceptivos ha dado lugar a una reducción de la mortalidad materna e infantil, mejoras en las condiciones socioeconómicas y un aumento de la escolarización de niñas y mujeres. El uso de anticonceptivos ayuda a las mujeres y las parejas a decidir libre y responsablemente si quieren tener hijos, cuándo y cuántos.

Actualmente, los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC), brindan protección anticonceptiva durante un periodo de tiempo prolongado, permitiendo posponer la maternidad por unos años. 

El Día Internacional de la Mujer surgió a principios del siglo XX a partir de múltiples protestas realizadas por mujeres en donde sus principales objetivos fueron la mejora de las condiciones laborales y la igualdad de género.

Como parte de este progreso, los derechos sexuales de las mujeres también han sido involucrados en esta evolución, razón por la cual se han creado múltiples marcos internacionales de derechos humanos que sientan importantes bases normativas en torno a sus derechos reproductivos.

Disminuye de manera desigual la fecundidad a nivel mundial

La región de América Latina y el Caribe registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo. Una de las tendencias demográficas más destacadas en las últimas décadas es el descenso de la fecundidad a nivel mundial. Se calcula que la tasa global de fecundidad se sitúa en 2.4 nacidos vivos por mujer, casi la mitad de los niveles observados en los años 70 cuando ascendía a 4.4 nacidos vivos por mujer. Sin embargo, esta tendencia es muy desigual según las regiones, países y determinados grupos sociales.

El doctor Said Plascencia, señaló que “existen regiones en el mundo donde los embarazos precoces afectan de manera desproporcionada a mujeres de grupos económicamente desfavorecidos, y pueden colaborar en reproducir la pobreza y la falta de oportunidades de una generación a otra. Los embarazos tempranos se producen, sobre todo, estando en pareja, pero a menudo no son planificados”.

Las tasas de maternidad adolescente es un fenómeno especialmente prevalente en África subsahariana, y en América Latina y el Caribe. La región de América Latina y el Caribe registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo2, donde el 18.2% de las mujeres de 20 a 24 años dieron a luz antes de los 18 años.

La maternidad temprana ocasiona numerosos perjuicios a las adolescentes: limita su nivel educativo y sus posteriores oportunidades ocupacionales, además de elevar el riesgo de mortalidad materna e infantil. Por esta razón, en México la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo Adolescente busca disminuir el número de embarazos en los adolescentes, para 2030, la meta es reducir el 50% la tasa de fecundidad en personas de 15 a 19 años de edad.

Se estima que a nivel mundial hay alrededor de 210 millones de embarazos y 4 de cada 10 no son planificados, por esta razón es necesario el uso cada vez mayor de métodos anticonceptivos, que contribuya a la reducción de la mortalidad materna e infantil, a mejoras en las condiciones socioeconómicas y al aumento de la escolarización de niñas y mujeres.

La capacidad de las mujeres para decidir de manera libre y responsable el número de hijos que desean tener y el intervalo entre los nacimientos tiene consecuencias positivas para su bienestar y sus oportunidades, así como para su disfrute de los derechos humanos. 

Foto: Archivo (Ilustrativa)

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