Columnas

La partidocracia mexicana es una hidra

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Sebastián Godínez Rivera

La mitología griega está plagada de monstruos y bestias que tenían el objetivo de espantar a la ciudadanía, como el caso del minotauro; otros habían sido producto de injusticias como Medusa, quien fue convertida en monstruo por la diosa Atenea, luego de que Poseidón abuso de ella. Mientras que había otras bestias que habían surgido desde la creación como los cíclopes, cerbero, la quimera o la hidra.

Este último monstruo era conocido porque cada que perdía una cabeza le crecían nuevas y estas se multiplicaban.  Así ha sido la historia reciente de los partidos políticos en México desde el periodo (2018-2024) y las asociaciones que aspiran a convertirse en partido nacionales rumbo a 2027. Pero la historia no es diferente con los institutos que sobreviven actualmente y todos los personajes que integran sus filas, ya sea porque han estado en la política desde el siglo pasado o porque encuentran una oportunidad para mantenerse vigentes, sin importar sus ideologías, cargos o pasado oscuro.

El oficialismo de Morena es producto del extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el liderazgo carismático del expresidente, Andrés Manuel López Obrador. Asimismo, el otrora Sol Azteca, surgió de la escisión de la corriente democrática del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1987. Aquí tenemos el ejemplo de la hidra electoral, puesto que del tricolor surgió el que fue el principal instituto de izquierda; y de este nació el partido que ha gobernado México desde 2018.

Por otro lado, institutos como el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) no podrían ser considerados como cabezas de la hidra, ya que esos tienen otro modus operandi, la sobrevivencia a través de coaliciones. Acción Nacional (AN) es de los pocos que surgieron de otro contexto y base social desde los años treinta del siglo XX, por lo tanto, no puede ser analizado como un derivado de otro instituto.

Las nuevas cabezas 2018-2021

Luego del terremoto electoral y el crecimiento de Morena tras las comicios presidenciales, surgieron nuevos partidos políticos que si bien no nacieron del oficialismo, si estaban ligados a él. Como el extinto Redes Sociales Progresistas (RSP) fundado por José Fernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo quien fue dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y militó en el PRI.

Producto del gordillismo y heredero de lo que fue el partido Nueva Alianza, escisión del sindicato magisterial, RSP fue una cabeza más de la hidra porque nació como un actor político ligado al poder político. Empero, perdió el registro en 2021 al no alcanzar el umbral del 3% para conservar el registro; no obstante, este partido solo fue muestra de que la clase política solo se transforma o crece como una cabeza más.

Otro caso fue el Partido Encuentro Social (PES) que perdió su registro en 2018. El instituto fundado por Hugo Eric Flores, hoy en las filas de Morena se caracterizó por ser un partido evangélico; en 2021 nació Encuentro Solidario, pero volvió a perder el registro por no alcanzar el 3%. Este partido es una cabeza más, porque fue parte de la coalición oficialista e incluso cobijó a algunos morenistas.

Hasta este punto, los partidos políticos mencionados con antelación, estaban ligados a institutos existentes o políticos que contaban con los elementos para lograr la conformación. Lo cual habla de que los actores políticos ven en la formación de nuevos partidos la forma para sobrevivir tres años o un sexenio, depende de la fuerza que tengan para mantenerse vigentes o si reciben cobijo en otra institución.

Más cabezas rumbo a 2025

Tras el declive electoral de 2024 de los partidos tradicionales, el ensanchamiento de Morena a lo largo y ancho del país y la extinción del PRD, solo se hizo más visible la crisis de representación. Sin embargo, en 2025 se abrió la posibilidad de que asociaciones busquen el registro para convertirse en partidos políticos. Lamentablemente, muchos de los que aspiran a conseguir el registro, provienen de personajes que han estado en el escenario político desde finales del siglo XX y todo lo que va el XXI.

Algunos que han alzado la mano y buscan desafiar a Morena son el Frente Cívico Nacional (FCN), el cual está conformado por personajes como Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Belauzarán, ex perredistas; integrantes de la Marea Rosa, movimiento que surgió en defensa del INE en 2022; Cecilia Soto, ex candidata presidencial del PT en 1994. El FCN es uno de los proyectos más cuestionados; porque está formado por personajes que pertenecieron a la clase política perredista.

Otro ejemplo de ello es el proyecto de Jesús Zambrano, ex dirigente del PRD, quien propuso unificar los 13 comités estatales del extinto partido y apostar por uno nuevo de tendencia socialdemócrata. Prometió subsanar y atender las divisiones y los factores que llevaron al sol azteca a su extinción; no obstante, esto es muestra de la intención de clase política que intenta subsistir a través de otros institutos, osea una cabeza más de la hidra.

También se ha hecho mención de la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez que ha pensado en formar su propio proyecto. Recordemos que la exsenadora denunció la falta de apoyo por parte de los partidos que la postularon, PRI, PAN y PRD. Ahora, parece que busca formar su propio instituto y convertirse en una oposición al oficialismo, pero al igual que otros muchos proyectos nace viciado debido a que su posible fundadora es un personaje que proviene de las filas partidistas y de los mismos rostros.

Los partidos políticos en México son franquicias en las que la representación es lo que menos interesa, mientras alcancen el umbral mínimo, sus diligencias e integrantes se sienten cómodos mientras ostenten cuotas. La constante fundación de institutos con ideologías difusas, personajes de la política tradicional y cerrados a la ciudadanía son elementos que abonan al descontento y la erosión en la confianza.

Por eso los partidos políticos que existen y los que pretenden obtener el registro, son parte de la misma hidra o el mismo monstruo. Por más cabezas que se corten, siempre surgen personajes con intenciones de obtener un negocio a costa de la representación, la gran incógnita es ¿algún día se sellará a la hidra, como lo hizo Hércules para que ya no le crecieran más cabezas?

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Para DeReporteros

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