
PUERTO ESCONDIDO, Oax.- En la costa de Oaxaca, donde el paisaje tropical se encuentra con el océano Pacífico, ha surgido una escena culinaria que destaca por su autenticidad, creatividad y fuerte vínculo con el entorno.
Más allá de sus playas, esta región se consolida como un destino gastronómico en el que convergen producto local, técnica refinada y una sensibilidad estética distintiva.
Restaurantes como Almoraduz, La Bóveda, Glou Glou y Séptimus reflejan esta evolución, delineando una ruta que pone en valor los sabores del territorio y define una nueva expresión de la cocina contemporánea en uno de los escenarios naturales más cautivadores de México.
Septimus

A cargo del reconocido chef Eduardo García –Máximo Bistrot, Havre 77–, Septimus es el corazón gastronómico del hotel Kymaia, un restaurante que exalta la riqueza del Pacífico mediante ingredientes locales tratados con precisión y respeto.
Inspirada en la tradición mexicana y sustentada en una técnica contemporánea, su cocina encuentra un equilibrio entre lo esencial y lo sofisticado.
A través de platillos como la tostada de calabacita y puré de frijol criollo, el risotto al azafrán con langostino de río, y rib eye de Wagyu a la bras, Septimus ofrece una experiencia sensorial inmersiva donde la frescura, la temporalidad y el entorno asumen un papel central, reafirmando el compromiso del chef con una propuesta que honra la tierra y el mar.
Almoraduz

Almoraduz establece un diálogo entre los legados de la cocina oaxaqueña y la culinaria de autor, ofreciendo una experiencia gastronómica única que equilibra la experimentación con los sabores del territorio. Fundado en 2013 por los chefs Quetzalcóatl Zurita y Shalxaly Macías, el proyecto nace con la intención de revalorizar los productos de Oaxaca a través de recetas originales que integran técnicas y procesos de diversas tradiciones culinarias.
Entre sus platillos más reconocidos se encuentra la pesca del día con mole de camarón y puré de guayaba, el tataki de atún en emulsión de betabel, o las enchiladas de pato confitado bañadas en mole negro. Recientemente recomendado por la Guía Michelin, este restaurante se ha convertido en un referente tanto para locales como para viajeros de distintas latitudes.
Glou Glou

En La Punta Zicatela, dentro del hotel boutique Casa TO, Glou Glou presenta una propuesta culinaria precisa y sensible que ha conquistado a sibaritas y viajeros gracias a una visión refinada y sin artificios.
Fundado por el chef Luis Pabón y la sommelière Gabriela Moreno, este espacio celebra la cocina estacional con ingredientes locales, técnicas personales y un espíritu profundamente cosmopolita.
Con propuestas como el aguachile de sandía y pescado, el agnolotti de calabaza con flor de calabaza y mantequilla de hierbas, y el arroz de almeja y camarón, su menú refleja una búsqueda constante del equilibrio entre lo sensorial y lo esencial. Vinos naturales, fermentos, mezcales artesanales y una carta en constante evolución hacen de Glou Glou un punto de referencia gastronómica en la costa oaxaqueña.
La Bóveda

La Bóveda, el restaurante de Casona Sforza, ofrece una experiencia culinaria serena y sensorial que rinde homenaje al producto local. Bajo la dirección de los chefs Vanessa Franco y Andrés Trujillo, la cocina privilegia ingredientes de temporada provenientes de pequeños productores de la región, dando lugar a una propuesta sobria, elegante y profundamente conectada con su entorno.
Entre el mar y el huerto, con opciones como el tiradito de pescado en emulsión de chicatana, el risotto de huitlacoche y trufa, o el pescado a la parrilla con mole verde, cada plato celebra la temporalidad y el ritmo natural de Oaxaca.
Fotos: Cortesía Wish & Co.