Por: MARTÍN MARTÍNEZ OLVERA
En Cuba y en Venezuela, pensar y opinar son antivalores que se persiguen porque ponen en riesgo la “riqueza, estabilidad y felicidad de sus pueblos”, que salvo Venezuela, en Cuba no ha logrado surgir ningún liderazgo que intercepte la caída de su pueblo, en tanto en el otro país, éstos son aniquilados para que la lección sea para quienes tengan esas intentonas.
Son tan poderosos económicamente esos países que necesitan para salir adelante la subvención de países como México que a su vez, no tiene recato alguno en gastar lo que paga el pueblo a través de impuestos y la riqueza que genera el suelo mexicano.
El bolsillo ajeno llenado con dinero que no es del que lo envía no es solo hipocresía, es un desvío de recursos, no es una manifestación de amor hacia esos pueblos, es conveniencia que pasa sobre los hombros de un pueblo al que se necesita pobre, pero que en el fondo se desprecia.
Silenciar los medios es la mejor medida que pueden adoptar quienes han vivido del señalamiento hacia quienes estaban en el poder no porque quisieran cambios, sino estar en esas posiciones para hacer uso de lo que no es suyo.
Primero los pobres?, nos han vendido esa idea comprada con otra subvención con que se intenta someter cualquier movimiento en su contra, pero donde se están atendiendo a los pobres no es a los que no han podido salir de la marginación y el atraso como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, el triángulo de belleza y pobreza, sino a los pobres económicamente hablando, de Cuba y Venezuela.
En una de sus mas recientes entregas periodísticas, el periodista Carlos Loret de Mola, perseguido por evidenciar que Pio recibía sobres amarillos con dinero, que no fue visto ni por la Fiscalía ni por el INE y lo declararon libre y que ahora persigue a quien evidenció su hecho, muestra cómo está nuestro país subsidiando a Cuba y a Venezuela.
En el caso de Venezuela la subvención es sutil a través del pago de espacios en la televisora TELESUR usada por el todavía Presidente Nicolás Maduro, para confundir a sus súbditos y que reciben spots publicitarios del IMSS Bienestar, que aquí no cuenta con medicina y que mucho ayudaría a los pobres mexicanos, pero que no interesa al gobierno federal según se deduce.
A Cuba no solo se le apoya enviándole gasolina a través de PEMEX para que no se suspenda la movilidad gubernamental ni ciudadana, sino que además, el gobierno cubano regatea el salario profesional del sector médico que en países como México, trabaja pero que su salario es pagado directamente al gobierno y éste envía a sus familiares… lo que a su criterio requiere para vivir.
Y como no es fácil tener excedentes, como si los tienen los nietos de Fidel Castro que no tienen empacho en mostrarse en redes sociales en autos fifis, nuestro país envía a Cuba dinero para que imprima sus libros de texto que distribuye gratuitamente a su población con contenidos, obviamente, a modo.
Primero los pobres? De México que sufren el embate de la violencia, de caminos destrozados, de falta de servicios y que se emplean como jornaleros o se van como migrantes a los Estados Unidos para obtener recursos económicos que permitan a sus familias salir adelante, mientras nuestro país se preocupa políticamente del uso mediático de apoyar a otros pobres, pero de Cuba y Venezuela. Surrealismo?
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Para DeReporteros
