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Rodrigo Paz el reformista moderado

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Sobre todo porque Evo Morales quien se erigió como caudillo y piedra angular del sistema político durante 20 años ha dicho que reorganizará a su militancia

Sebastián Godínez Rivera

La segunda vuelta electoral por la presidencia de Bolivia entre Rodrigo Paz del Partido Democrático Cristiano y Jorge Quiroga de Libre se realizó el 19 de octubre. El próximo ejecutivo será Paz quien desde la primera vuelta fue una revelación para quienes realizan encuestas. Pragmático en algunos temas fungió como el candidato que aglutinó los votos del entonces partido hegemónico Movimiento Al Socialismo (MAS).

Paz, de acuerdo a la cartografía electoral, ganó los departamentos que históricamente eran bastiones del MAS y Evo Morales. En una revisión sobre la fluctuación de los sufragios desde 2005, 2009, 2014, 2019 y 2020 frente a las de 2025 muestran un cambio en el sentido del voto.Cochabamba, Sucre, Tarija y Potosí fueron centro de apoyo para Morales y su partido hasta 2020; para los comicios de este año, estos departamentos fueron ganados por el candidato democratacristiano.

Cabe destacar que desde que Morales apareció en la escena política obtuvo más del 50% de los votos en la primera vuelta y así evitar el ballotage. Tras el derrumbe e implosión del MAS, la derecha cobró relevancia; por primera vez en casi dos décadas la oposición tenía posibilidades de ganar. La estrategia fue nombrar a un compañero de fórmula, Edman Lara, quien capturó los votos del massismo, aunado a la estrategia moderada de Paz.

Ahora bien, el presidente electo se ha definido como un moderado que impulsará el “capitalismo para todos”. De acuerdo a las declaraciones vertidas en campaña, Paz apostará primero por un ajuste económico para sanear la crisis que hereda de Luis Arce. Además, prometió encontrar una forma para hacer legal el comercio y combatir la informalidad laboral que oscila entre el 80%.

Su plan económico se basa en eliminar aranceles que dificultan la entrada de productos; incluso él ha declarado que acabará con el “Estado tranca”. También llegó a proponer una condonación de deudas a los pequeños y medianos contribuyentes para lograr reactivar la economía. Esto contrasta con las propuestas del candidato perdedor, Tuto Quiroga, quien declaró que implementará una doctrina de shock para sanear las finanzas públicas, aunado a que su audiencia se enfocó en los grandes empresarios.

En el tema económico también mencionó que quitará el subsidio al combustible, este tema fue uno de los que desencadenó protestas durante el gobierno de Arce. Dentro del capitalismo para todos se buscará la descentralización del presupuesto público entre todos los departamentos de forma igualitaria. Paz también enarboló la bandera de la lucha contra la corrupción, por tal razón, implementará un sistema digital y congelará las contrataciones de personal para el gobierno central.

Su programa de gobierno se centra principalmente en la agenda económica, derivado de los problemas que estallaron en 2025 y el desgaste del poder adquisitivo. En el rubro político ha dicho que impulsará la profesionalización de la burocracia, evaluación del servicio público y la adopción de la gestión pública. Esta se caracteriza porque combina las experiencias de las empresas privadas con la administración pública y con ello maximizar los resultados.

Es interesante que Rodrigo Paz no haya dicho nada sobre la reforma al régimen, es decir, sobre la división de poderes. No ha abordado el tema del poder judicial y la elección popular de jueces; tampoco sobre el sistema de partidos; y menos sobre la relación que tendrá con el congreso. Parece que el reformismo del próximo presidente no tocará las fibras que dieron paso a un régimen de partido hegemónico.

Cabe destacar que los procesos de transición del autoritarismo a la democracia no forzosamente están marcados por reformas de gran calado. Sin embargo, naciones como Argentina y Brasil sí emprendieron algunos cambios para dejar atrás algunas instituciones del autoritarismo. No obstante, cuando los elementos del régimen anterior conviven con los nacientes (democráticos) estos tienden a generar enclaves.

Es imposible desconocer que mediante las elecciones no solo sacaron al MAS de la presidencia, sino que la ciudadanía lo borró de casi todos los espacios de representación. No obstante, la coexistencia entre lo viejo y lo nuevo puede generar puntos de tensión con el nuevo gobierno. Si Paz hasta el momento se niega a tocar estos elementos del régimen podrían jugar en su contra más adelante.

Sobre todo porque Evo Morales quien se erigió como caudillo y piedra angular del sistema político durante 20 años ha dicho que reorganizará a su militancia. No es un tema menor, la victoria electoral es importante, pero no lo es todo; al contrario, está mermado por el momento, pero no es posible hablar de una muerte política. Morales aún tiene la capacidad para articular a sus partidarios y capitalizar cada error político.

Claramente Paz buscará solucionar la crisis económica y de tener éxito, despresurizaría la agenda que mermó al massismo. El nuevo ejecutivo deberá caminar con cuidado y tomar decisiones efectivas que neutralicen cualquier intento por desestabilizar su gobierno. La historia está llena de personajes que perdieron el poder, pero esto no los condena a la derrota eterna o al congelamiento político.

Personajes como Bolsonaro en Brasil, que ha sido condenado no está derrotado, el bolsonarismo continúa vivo y ha desafiado frontalmente a Lula. En México antes de 2018, el bipartidismo tradicional creyó que López Obrador estaba derrotado y no fue así; cuando asumió el poder destruyó las instituciones que a su consideración lo bloquearon.

En Honduras, tras la caída de Manuel Zelaya en 2009, Xiomara Castro se hizo con el poder en 2002 y Zelaya se vio revitalizado. Mientras tanto, en Chile los intentos por una Constitución progresista, fracasaron; luego pasó lo mismo con la propuesta derechista. Sin duda, Bolivia se ha liberado de dos décadas de socialismo del siglo XXI, pero no es posible cantar victoria, puesto que el primer gobierno post hegemónico estará a prueba.

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Rodrigo Paz el reformista moderado

Para DeReporteros

 

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